viernes, 30 de abril de 2021

La infancia que todos llevamos dentro (I)

Hoy quiero colgar este relato en tres actos, de uno de nuestro seguidores, Mariano Rivera. Es un relato autobiográfico. Se trata de semblanzas de infancia con un cierto toque pastoril que el autor me hizo llegar para que los colgara a modo de tres relatos para participar en el I Certamen de Primavera. Al no cumplir las normas de extensión exigidas en el certamen, no las he podido colgar pero no quería dejar de publicarlos de modo que lo cuelgo y abro un nuevo apartado bajo el título "La infancia que todos llevamos dentro" por si algún seguidor se anima a hablarnos de la suya.


Primer día de trabajo

Aquella mañana,  yo estaba despierto cuando mi madre entró en la habitación a llamarme con cuidado de no despertar a mis otros tres hermanos  pues todos dormíamos juntos, la casa y la economía no daba para más. En la cocina ya me esperaba mi padre, con la lumbre encendida calentando el desayuno :“vamos hijo, hay que espabilarse” me dijo, mientras yo quitaba una gruesa capa de nata del tazón de leche con pan.¿dónde vais hoy? preguntó mi madre. A casa de don Luis, a la finca “El Paraíso”, arreglaremos el tejado del secadero”, contestó. Era mi primer día de trabajo, tenía 14 años y estaba asustado y expectante sin perder detalle de nada. Con los nervios había dormido poco y mal, en mi memoria las palabras de mi amigo Josete, el me decía que "los hombres trabajando no tienen que quejarse, aunque les duelan los brazos y las piernas,y no tienen que demostrar miedo porque entonces son unos blandos”.–“Ten cuidado Manuel”- dijo mi madre, esos tejados están muy altos, cómete el bocadillo que llevas, haz lo que te diga el albañil , no seas contestón, y demás  advertencias, consejos de una madre llevada por una mezcla de preocupación y ternura. La mañana despuntaba ya entre dos luces, cuando salimos por el zaguán que da al patio, era primavera y las golondrinas entraban y salían veloces a sus nidos colgados de las vigas del techo. Caminando calle abajo, oímos el sonido hueco y fuerte de los cascos de las mulas al aproximarse a beber, señal que llegábamos a la plaza del pilón. Continuamos callejeando hasta la salida del pueblo, dónde estaba la panadería, el bullicio de la gente y un olor agradable a pan recién hecho lo inundaba todo. Allí nos unimos con el albañil (un hombre alto y con gesto serio) y con su ayudante algunos años mayor que yo. Tomamos el camino de la Vega hacia el río, aquí el frescor del amanecer se hacia notar, con las lluvias primaverales los bordes del camino estaban repletos de amapolas que destacaban su color rojo sobre la hierba verde.

 Primavera en el campo

Los lirios morados se alineaban con los cercados de piedra de los prados. En este tiempo lleno de margaritas, desde allí un buche, inmóvil nos miraba con sus ojos grandes y su aspecto de muñeco de peluche, para repentinamente salir corriendo moviendo la hierba y dejando un intenso olor a manzanilla. Más adelante, varios melocotoneros en flor tiñen de rosa la huerta del “Tío Colorín”, le llamamos así por tener la tez muy  pálida y cuando nos ve merodeando por allí, nos grita: “ay ladronzuelos, como os coja quitándome la fruta, os llevo al cuartelillo” y se le ponen las mejillas ruborizadas de un color rojo encarnado, como pintadas. Es primavera y a nuestro paso las plantas nos muestran todas sus variedades, aquí unas flores moradas en forma de campanillas, allí la retama con su flores amarillas, las flores del ajo silvestre lucen como bolitas rosas en medio de los herbazales. Los campos de cereal bordeado de árboles frutales ofrecen cobijo a los pájaros para poder anidar. El canto de una oropéndola delata su posición sobre una rama seca, cómo ave exótica, destaca por su color amarillo dorado. Y pienso en mi amigo Josete, seguro que diría: “está de pechuga, fijo que no le fallaría con el tirador, tendremos que venir por aquí explorar”. Con 14 años despreocupado de todo, los pensamientos son esos“ vivir jugando”. Ayer correteaba por estos campos, como un niño ajeno a las responsabilidades de la vida y hoy echo de menos esa niñez, sin haber salido aún de ella. Entramos en la finca por un camino bordeado de perales formando un túnel con sus ramas en flor que nos envuelven por completo, el zumbido de las abejas en las flores y el olor de estas nos deleita los sentidos. Al fondo, se ve una casa grande, envuelta en la bruma del río, con enormes y altas chimeneas (donde incluso las cigüeñas han podido construir sus nidos) y flanqueada por dos gigantescos nogales. Me preguntó si mi padre, pudo elegir este idílico lugar para que yo no olvidara mi primer día de trabajo.

Finca “El Paraíso"

Nos recibe Claudio, el encargado. –“Buenos días, a ver si arregláis bien los tejados y sobre todo no dejéis ni un pájaro, hacen sus nidos levantando las tejas, se llena todo de goteras y después se pudre el tabaco. Tras conversar ambos un rato, el albañil asiente con la cabeza y nos dirigimos al secadero, un edificio imponente de unos diez metros de altura, con una construcción característica, llena de ventanas a modo de rejilla de ladrillo, por donde el viento entra, formando corrientes de aire que secan el tabaco. En el interior todo está en penumbra, con una luz difusa como en una iglesia. Subimos al tejado desde aquí, por unas escaleras de madera, que no ofrecen ninguna seguridad, hasta una buhardilla. El trabajo consiste en levantar dos filas de tejas de la parte superior, con lo que queda al descubierto la canal inferior para poder limpiarla. -Tú colócate aquí en la parte alta, en el caballete, no te acerques a la orilla del tejado y no corras aunque salgan avispas, no sea que te vayas a caer y tengamos algo que lamentar-, me indica el albañil. El tejado tiene mucha inclinación, además los compañeros cuentan historias algo maliciosas, consciente de mis preocupaciones como novato. Sin esperarlo, al levantar una teja, sorprendido veo cuatro huevos y reconozco que es un nido de mirlo. Tengo que tirarlos abajo, es mi obligación, pero tengo dudas y  el albañil me nota algo. –“Vamos chaval que es para hoy, tenemos que terminar este lado esta mañana”. Tiro algo de fusca del nido al aire, disimulando  y algo nervioso, le respondo:” mira un nido abandonado, estos pájaros ya han volado”. Con cuidado vuelvo a colocar la teja en su sitio. Miro hacia el campo, desde aquí arriba todo es como una alfombra de flores y árboles y allí, posada en una rama alta del nogal, sin perder uno solo de mis movimientos, aquella mamá mirlo, me observa, yo la miro y como si tuviésemos  un lenguaje común, para poder entendernos, levanto algo las manos, queriendo expresarle “tranquila están a salvo”. Vuelvo a recordar a mi amigo Josete, si me viese diría  que soy un blando y pienso “buah"es un niño, todavía está en eso de cazar pájaros. Era un día de primavera y todo estaba en orden en el paraíso.

Mariano Rivera                         Calera y Chozas (Toledo), 29 de Abril de 2021



domingo, 25 de abril de 2021

Vivir en conexión con la naturaleza

Las fotos que me ha hecho llegar de su localidad, Enrique, marido de una expaciente, Mª Paz Martinez Calvo, me han inspirado esta entrada. 

Miranda de Ebro (Burgos)


Al igual que durante el confinamiento del pasado año la gente que vivió en el campo, en espacios abiertos o pudiendo salir a una terraza, fue capaz de afrontar esa etapa mejor, en la calidad de vida de los lesionados medulares estos ambientes en la naturaleza también van a influir.

Algunas cosas que hacen la l.m. y sus secuelas y la vida, tras el alta hospitalaria, sea más llevaderas 

- rodearse de naturaleza (paseos accesibles por sendas, carriles adaptados, paseos marítimos)

- cuidar jardines

- tener plantas

- cultivar un huerto en casa o en el campo en cajoneras adaptadas


Animo a los seguidores y familiares a que me hagan llegar sus fotos para irlas colgando.

Me van enviando fotos 

Tina Ruiz de su patio




José Luis Montoya de su lugar preferido : El Paseo Marítimo de S.Pedro del Pinatar y Santiago de la Rivera. Se ve, incluso desde la azotea de la casa.




Javier Lázaro en Laguna de Duero (Valladolid)





Fernando Escribano y su mujer María de Palma de Mallorca, su nueva residencia y sus rincones y lugares favoritos





Las de Féliz J. Martinez en Viana de Cega, su lugar de residencia actual

domingo, 18 de abril de 2021

El Paciente "Experto" (II)

Llevo un tiempo editando entradas dedicadas al grado de la experiencia. Se trata del valor y el potencial que tienen los pacientes veteranos, que hemos venido en llamar "pacientes expertos", con su testimonio de superación y buen afrontamiento.

Lidero un grupo de trabajo en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, llamado "Paciente Experto" en el que hemos ido queriendo incorporar la experiencia de los veteranos en formato de vídeo en el que cuentan de forma clara, concisa y directa (grabados en HNP) su experiencia. También se han incorporado algunos pacientes ingresados en la antesala del alta que tienen mucho que decir.

Pacientes veteranos que han grabado ya y cuyos vídeos se están pasando por el Canal

- Miguel Letón

- Mamen Movellán

- David Escalada

- Vicente Orts

- Miguel A. Morcuende

- Juan de Dios Villegas

- Carmen (Asistente personal de Juan de Dios)

- Nuria

- Gonzalo Abrio

- Manolo Abrio (en calidad de familiar, hermano de Gonzalo)

- César Raymundo ( esposo de Sol Villanueva)

- José Ramón del Pino y su esposa Marimar

- David Román Gómez Maestre

- Isabel Segura

- Ignacio Pérez de Vargas

Pacientes ingresados que han grabado

- Juan Carlos

- Addi Mata

- Sergio Maldonado

- Gema Francos

- Francisco Javier Aparicio

- Mª Mar de Santos y Almudena Rubiales

El segundo proyecto

Se les pide a los pacientes que se graben en su entorno y nos enseñen su día a día cada uno centrándose en un perspectiva diferente , unos lo han hecho desde el deporte, otros desde un día en la vida de una persona con l.m, "Estos vídeos solo se usarán en el Canal interno de HNP.

Cuando le pedí a algunos de mis expacientes su colaboración, la respuesta fue inmediata . Así han grabado ya 


- Miguel Letón

- Tina Ruiz

- Fabiola Moro

- José Luis Montoya

- Mª Teresa Navarro

- Francisco Javiér Peña "Fran"

- Mariano Rivera

- José Luis Iglesias


NOTA : Cualquier seguidor que quiera hacernos llegar sus vivencias-experiencias en forma de vídeo, estaremos encantados de recibirlas y se puede comunicar conmigo a través del correo

mpozuelo@sescam.jccm.es


Continuará....

miércoles, 7 de abril de 2021

Mi amigo Pedro, sus nietos Lucas, Martina e Iciar y sus hijos Ana y Javi : Familia Herranz

Rescaté a Pedro Herranz durante la pandemia cuando me di cuenta de que no estaba recibiendo apoyo psicológico. Vi una nota de Esmeralda, su Terapeuta Ocupacional, que me hizo seguir la pista para ver qué pasaba. Pedro es uno de tantos "pacientes retos" en los que nos volcamos a sabiendas de que nuestras intervenciones y plena dedicación no caerán en saco roto y al final tendrán su recompensa, la del paciente y la nuestra.

Durante su hospitalización se vio afectado, como otros pacientes, por las consecuencias derivadas de la pandemia y el confinamiento tras decretarse el Estado de Alarma. En Pedro se sumaba la sordera y unos audífonos que no funcionaban, nunca supe si por falta de pilas, o por interferencias molestas que hacía al paciente abandonarlos, pero el caso es que a la dificultad de adaptarse a la silla, al paciente se le unía el aislamiento social por la sordera y la mascarilla.

A pesar de que a Pedro le iban sucediendo una tras otra diferentes complicaciones fue saliendo de todas.

He recibido un gratísimo correo de su hija Ana en el que me devuelve un feedback del día a día de Pedro.

Estaba esperando que me llegaran unas fotos suyas que muestren cómo es un día en la vida de un l.m. tras el alta. Hoy las recibo y las cuelgo.


Con Mario : Su Asistente Personal que le hace la vida más fácil y que se ha convertido en un amigo inseparable

¡Qué alegría ver a Pedro con esa sonrisa y eso que le acaban de operar del túnel carpiano!


Lucas, Martina e Iciar con Javi y Ana


Lucas, el nieto menor, al que Pedro llevaba al colegio y dedicaba mucho tiempo, es un amigo inseparable. Pedro dice que es "su tercer brazo".


Me encanta ver cómo se involucra en todos los aspectos de su educación. Lo vemos en una visita al Museo Arqueológico de Madrid, una actividad organizada por el colegio.


También callejeando Madrid con su hijo Javi y el pequeño Lucas


Con los amigos 

Aunque ahora con la pandemia todo está muy limitado y no pueden llevarse a cabo los encuentros semanales que mantenían con el Grupo de Expedición a la Antártida.

No llegué a conocer a Javier, el hijo de Pedro, mellizo de Ana, Pedro me hablaba de él igualmente maravillas, como de su hija Ana. Creo que las imágenes lo dicen todo.

No puedo cerrar esta entrada sin colgar estas palabras que Pedro me hizo llegar a través de su hija 

El mejor regalo que un paciente pueda hacerme

"Hola María Ángeles, quería mandarte un abrazo fuerte y agradecerte las atenciones que has tenido conmigo. Me estoy adaptando a la silla de ruedas".

Gracias, Pedro y familia por compartir.



sábado, 3 de abril de 2021

I Certamen de Primavera : Relatos presentados

 NOTA : Esta entrada solo está para colgar los relatos. En ella no se pueden hacer comentarios.


Relato nº 1                            "Primavera"


Febrero. Un viento frio del norte hace inhóspito el paseo diario por el jardín, solo las euphorbias, los aloes y el almendro tienen la gallardía de mostrar sus flores al vendaval. El resto del jardín parece muerto, los arboles y enredaderas de hoja caduca permanecen desnudos, los arbustos podados muestran sus muñones, las cepas de las viñas parecen troncos secos y no se puede atisbar en ellas ni el menor vestigio de yemas. Final del invierno.

Marzo. El viento se ha calmado y una manta de nubes abriga la tierra. El paseo hace descubrir promesas, los bulbos emergen del suelo que ha velado su reposo y presagian la aparición de flores multicolores, las cepas muestran sus primeros brotes que desarrollaran los sarmientos y los racimos de uva moscatel, las higueras se pueblan de hojas y aparecen los higuillos que serán deliciosos en agosto, los mangos y aguacates se llenan de flores y, sin transición, aparecen pequeños frutillos, las glicinias dejan ver sus racimos de lagrimas blancas y violetas, los rosales nos regalan el esplendor sus primeras rosas, los hibiscos florecen, los lamprantus se abren al sol como llamaradas y se cierran al anochecer….. Es como una explosión de vida. Es la primavera. 

En un banco del parque se han sentado dos adolescentes enamorados, cansados de vagar por la ciudad sin rumbo y sin dinero, se miran a los ojos y, simultáneamente, avanzan sus caras para darse el primer beso. Sus caras se iluminan y permanecen silenciosos para saborear la experiencia. Es la primavera. 

Dos ancianos se encuentran en el pasillo de su casa y vacilan un momento para dejar paso, ambos se mueven en el mismo sentido cortándose el paso y acabando con una carcajada, un beso y un abrazo. También eso es la primavera.


Felipe Vila                                                      Málaga, 2 de Abril de 2021


Relato nº 2                               "Primavera"

Me dices que llevas años esperando que la primavera llegue a tu vida. Que tu verano fue largo y caluroso. Que luego llegó el otoño y llorabas y llorabas sin saber bien por qué. Después vino el invierno, frío. El dolor se agudizó, tanto que se llevó hasta las ganas de lamentarte, te dejó sin lágrimas. Y me preguntas ¿cuándo llegará mi primavera? 

Mi respuesta, amigo, ya la hemos hablado más de una vez tu y yo. Ambos conocemos a personas que creyeron que encontrarían su primavera en el dinero, en casas grandes y bonitas. Otras, en el éxito profesional. Y también a quien, lo que más deseaba, era una familia. Lo consiguieron y, sin embargo, siguen esperando su primavera. Yo te digo que mires a tu alrededor, limpies y des una mano de barniz a lo que te guste y que te desprendas de lo demás. No pienses en dar una segunda oportunidad a lo que no te conmueve, a quien te hace padecer. La primavera está en lo que te estremece, en lo que te hace reír, en quién te escucha y te agarra la mano para caminar juntos el sendero de baldosas amarillas que llega hasta Oz. 


Encontré estos párrafos en lo que parece una carta, sin remite ni destino, entre un montón de papeles viejos en el trastero de mi casa. Serán sobre las seis de la tarde. Es sábado y veo a través de la ventana que algo está pasando ahí afuera; hay una luz brillante y amarilla, maravillosa. El cielo, impresiona, se está volviendo gris plomo. La temperatura es realmente agradable. Empieza a oler a tierra mojada. No hay duda, la primavera ya está aquí. Y a Dios pongo por testigo -como dijo la señorita O’Hara- de que nunca la dejaré marchar porque, esta es mi primavera. 


Sol Villanueva                               Toledo, 3 de Abril de 2021



Relato nº 3                                       "¡Ya es Primavera.....!"



¡Ya es Primavera...! Todos los años, con estas palabras acompañadas de sugerentes imágenes, una importante cadena comercial me anticipa y recuerda su inminente llegada, mostrándome los nuevos colores que deben completar el armario de esta primavera.

Quizás por el momento tan especial y complicado que atravesamos, motiva recibirla con más fuerza que nunca, con los brazos abiertos y con los cinco sentidos prestos a percibir todas las sensaciones que trae consigo.
Después de una larga travesía invernal, con la visita inesperada de "Filomena" y su manto blanco de nieve, el 20 de Marzo reapareció ella de nuevo, iluminan do el renacer de los campos, con sus partículas de polen navegando en el aire, con las flores desprendiendo todos sus variados aromas y con la percepción de olor a hierba recién cortada...
Es el momento de salir y disfrutar, enfocar el objetivo de mi cámara y capturar la belleza de colores, contrastes y momentos únicos que me proporciona la naturaleza.
Pero también, puede y debe ser el momento y la oportunidad de revisar, enfocar y reencuadrar mis objetivos personales.
En esta nueva primavera es más necesario que nunca recuperar las "viejas" ilusiones, esos proyectos aparcados sin fecha y sobre todo disfrutar al máximo de la cercanía, aunque sea restringida, de la familia y de los amigos.
Es el momento de quitarme ese manto oscuro que no me deja ver toda la luz y sacar de “mi armario primaveral”, algo que me aporte frescura, transparencia y color.

Cuántas veces hemos escuchado y repetido el viejo refrán "La Primavera la sangre altera", fundamentado en el renacer y alteración positiva de esas sustancias del cerebro, tan necesarias para impulsar nuestro ánimo.
Seguro, que, cuando alcance esas notas de frescor y color dentro de mí, lograré incrementar mi serotonina.
¡Vale la pena intentarlo!

Javier Lázaro de la Calle                                     Valladolid, 4 de Abril de 2021


Relato nº 4                       "Primavera en el corazón"


Tras un año de retiro obligado, el tiempo pasa factura, hay días en que al ánimo le cuesta remontar. Hoy tras una noche gélida sale el sol, van floreciendo las plantas, se oye el gorjeo de los jilgueros y los campos retoñan. Comenzamos a salir del letargo.

Igual que caldea las raíces, los rayos del sol abrigan las mías. Y con una taza de café entre mis manos y frente al astro rey, cierro los ojos y escucho como me habla el mundo que me rodea. Disfruto del despertar de la primavera. Pasan unos vecinos esbozados en sus mascarillas y nos saludamos con cordialidad. Es gratificante poder hablar, aun manteniendo los dos metros de distancia, poder comprobar que seguimos vivos superando aciagos meses.

Sigo frente al sol, pasa un desconocido andando ligero, saluda con timidez. A los diez minutos vuelve a pasar. Y tras otros diez minutos vuelve a aparecer, pero esta vez se detiene, con una leve sonrisa deja en el muro de la fachada un ramillete con bocas de dragón silvestres amarillos y margaritas. Sin mediar palabra le agradezco su gesto con una sonrisa. Retoma su camino y le despido con un ademán de la mano.

Coloco las flores en un jarroncillo y enciendo una vela, prendo un Palo Santo. Poco a poco se esparce el humo llenando la habitación con su aroma dulce y leñoso, mientras susurro: que el espíritu del Palo Santo limpie y proteja este hogar. Que esta madera sagrada atraiga a este hogar las mayores bendiciones y fortunas. Gracias. Gracias. Gracias.

Siento como las cadenas que me oprimían se hacen añicos. La vida es bella si podemos vislumbrar los pequeños detalles de cada día y apreciarlos, porque esa es la felicidad, los pequeños y brillantes fragmentos de lo cotidiano.

 Dolores del Cerro                               Toledo, 9 de Abril de 2021


Relato nº 5                  "Haru" (Primavera) 



Mi amiga Taka es japonesa, vive en Toledo y es una pintora maravillosa. Ella me dice que esta época es la mejor para imprimir de colores el lienzo. Ellos llaman a la primavera “haru”.

Hoy hemos cargado el coche con el caballete, los pinceles, los colores y una silla plegable y nos hemos ido a la carretera del Valle, cerca de la ermita. Pero antes de ponerse a pintar hemos contemplado el paisaje con una humeante taza de té.

Y sin darnos cuenta nos hemos enfrascado en una charla. Dice que echa de menos su tierra. Yo le contesto que es lógico, pero todo en esta vida tiene sus ventajas e inconvenientes. No la hubiera conocido sino se hubiera venido a vivir frente a mi puerta, en mi escalera. Admiro su educación y respeto, su forma de tratarme, ella me ve a mí y jamás he notado sus ojos en mi silla de ruedas. A veces intenta ayudarme, casi siempre le digo que puedo, que ya le pediré ayuda cuando la necesite. Y es entonces cuando me hace una genuflexión con las manos juntas.

Seguimos charlando, contemplando el verdor del Valle. Me cuenta que en su tierra todo se llena de tonalidades pasteles con el sakura, uno de los momentos más importantes en Japón por la floración de los cerezos, en el parque Hirosaki. La vida es como las flores del cerezo, en ellas se une lo viejo y lo nuevo, vale la pena contemplarlas aún en su declive.

El silencio nos acalla y Taka coge su pincel. Frente a nosotros hay un almendro en flor y de fondo la magnífica ciudad de Toledo, comienza a plasmar el espectáculo que observamos. Tras varias horas ya se percibe el cuadro con las flores perfectas quitando protagonismo a la ciudad.

Dolores del Cerro                                 Toledo, 9 de Abril de 2021


Relato nº 6                          "¡Añorada Primavera!"


 

Trato de recordar, sin gran esfuerzo, pero sí con cierta dosis de nostalgia y a su vez inmensa alegría, esas pequeñas vivencias de mi niñez en una primavera del 67 y no puedo por menos que retrotraerme a la época colegial y muy especialmente al mes de mayo.

 

Ese luminoso mes, en el que las flores se convertían en protagonistas, donde cada día, al llegar a clase, un nuevo dibujo pleno de colorido y esmerada elaboración nos esperaba, inundando su encerado y no dejando de provocarme gran sorpresa y admiración.


Diferente variedad de flores, como rosas, amapolas, lirios, jacintos, calas, azucenas, jazmines, claveles, ... renacían cada mañana, siempre relucientes, con dibujos muy precisos en detalles, encabezados con el nombre de la flor elegida, cogiendo protagonismo sobre el fondo oscuro de la pizarra, y todo ello gracias al tesón, paciencia y destreza con las tizas, del siempre recordado hermano Francisco, mi buen profesor y hábil dibujante.

Por cierto, nunca me atreví a preguntarle cuanto tiempo empleaba en su realización y en qué momento de la tarde/noche lo podía llevar a cabo, ¡a mí me parecía casi milagroso!


El interés que él despertaba en todos y cada uno de nosotros, sus alumnos, nos animaba con gran entusiasmo a trasladar a nuestro cuaderno de trabajo, el dibujo de esa sorprendente flor diaria, repitiendo e imitando lo mejor posible, sus trazos y colores.

Éste lejano, pero a la vez grato recuerdo, me hace renacer esa actitud ilusionante de cada día y me invita, ahora más que nunca, en la situación actual, a imitar nuevamente a mi profesor, a dibujar y mostrar, en "mi pizarra de expresión y generosidad", la extensa gama de colores de esa  bonita y añorada Primavera.


Será una forma más que merecida, de agradecer a Francisco su empeño y dedicación, al mismo tiempo que un intento de gratificar a las personas que están a mi alrededor.


Javier Lázaro de la Calle                                     Valladolid, 12 de Abril de 2021




Relato nº 7                                        "¡Abre a la Primavera!"




Sol Villanueva                                            Toledo, 12 de Abril de 2021



Relato nº 8                                       "La Primavera"


Recuerdo aquel día de primavera, que amaneció para Ella.

Fue esa mañana que Ella se despertó, como hacia tiempo que no recordaba…

Despertó, porque aquella noche sí que durmió; y despertó de un amargo sueño que la tuvo años en vela y no la dejaba dormir.

Y fue a partir de esa mañana… cuando empezó a vivir, como hacía tiempo que no vivía, con ansia viva de vida por vivir su vida.

Y Ella empezó a quererse, porque atrapada en su forma de verse, no aceptaba que la vida le estaba dando otra oportunidad.

Ella se obsesionó con la idea de que nadie así la querría. Se esforzaba por querer que la quisieran y dejaba de quererse para complacer a los demás.

Ella sabía que estaba enfermando, por esa obsesión enferma de no sentirse aceptada y por no aceptar la realidad.

Y cansada de vivir una vida, que no era la vida que ella quería, se enfrentó a sus miedos, venció sus temores, abrió sus alas y aprendió a volar.

Ese día, Ella empujó su silla con más fuerza y valentía que jamás pensé que lo haría. Miró al frente con la frente erguida y liberada de sus amargos sueños, abrió sus ojos y abrazó a su nueva vida.

Y fue a partir de aquel día que Ella aprendió a decir lo que sentía; a sentir lo que valía, a soñar lo que quería y comprendió que le sobraba con tener lo que tenía.

Vida solo hay una y a Ella la primavera se la regaló aquel día.


Inma Sevilla                                            Toledo, 19 de Abril de 2021



Relato nº 9                               "Las mariposas anuncian la primavera"


La presencia de la mariposa en el jardín, anuncia la primavera. 

Es la vida que brota, los almendros se visten de blanco y la naturaleza despierta para cubrir de verde el campo y de hojas los árboles. La imagen que ofrece la mariposa es de delicadeza, respeto y elegancia. Me maravilla ver tanta vida en una frágil criatura. Me gusta observar cómo revolotea entre las plantas posándose con tanto cuidado de manera tan liviana.

Las mariposas son de primavera. Son muy frágiles, pero muy bellas. ¿Qué buscarán? Porque todos, de alguna forma, buscamos algo aunque no sea con la delicadeza de la mariposa.

¿Por qué el ser humano es capaz de matar a una frágil mariposa sin propósito alguno?

No espantes a la mariposa de tu jardín, tiene una labor que hacer, así es la naturaleza, esencial, no superflua.

En la primavera se corre el telón del tiempo y la vida empuja la máquina de la existencia que riega la creación.


Pedro Ruano                                     Toledo, 20 de Abril de 2021



Relato nº 10                          "Florecer por dentro"


Me gusta decir que soy observadora de la vida, porque considero que aprecio los detalles. Hace poco, descubrí algo en lo que quizá no hayas pensado… y es que el ser humano también florece. No es algo solo de flores; por raro que parezca, es algo que puede suceder en cualquier momento (a veces más de una vez) y si presenciarlo es todo un espectáculo, vivirlo es algo indescriptible. Intentaré contártelo lo mejor que sepa, aunque cabe la posibilidad de que te resulte familiar porque tú mismo ya lo hayas hecho alguna vez.

Primero: ¿Cómo sabrás si floreces? Fácil. A veces se nota un cosquilleo, como un brotar suave y lento que sube desde el estómago. Otras veces es una sensación cálida, como cuando te sientas al sol una mañana de primavera. Sin darte cuenta sonríes. En ocasiones hasta cierras los ojos o se te llenan de lágrimas, pero no estás triste. Te sientes ligero y robusto a la vez, capaz y valiente. Así lo he sentido yo alguna vez.

Hay montones de formas de florecer. Cada uno termina encontrando la suya, aunque sea sin querer: al tender la mano a alguien que lo necesita, o simplemente quedándote en silencio a su lado y en disposición de ayudar; cuando cantas o bailas como un poseso, o cuando te ríes tanto que hasta te duele. Quizá esta mañana te has mirado al espejo y te has sentido genial por lo bien que te ves; tal vez hayas sentido que te llenas de amor por algo, por alguien o por ti mismo; o hayas encontrado una gran satisfacción al aprender algo nuevo; incluso al comprobar que viejos talentos siguen latiendo dentro de ti. Ahí también has florecido.

Si después de contártelo todavía crees que no lo has sentido, no te preocupes, llegará.


Irene Rodriguez                      Tomelloso (Ciudad Real), 20 de Abril de 2021



Relato nº 11                       "El despertar de la madre tierra"


Dos gotas de agua cayeron en sus ojos y lentamente los abrió. Se desperezó con calma y se incorporó. El aire llegaba fresco y le traía el olor del bosque que la esperaba fuera del hueco de aquel árbol donde siempre se cobijaba para pasar el invierno. Era hora de levantarse, así que se puso en pie, se arregló la ropa y tiró del verde y mullido manto que le había hecho las veces de cama para echárselo sobre los hombros.

La brisa de la mañana le hizo estremecer. Acarició la corteza de su guarida y se encaminó hacia una charca cercana. Arrodillada en la orilla, se miró en la superficie y la tocó con las yemas de los dedos.

- Buenos días, Agua. - dijo. Y Agua le devolvió un alegre chapoteo a modo de saludo. Cogió un poco entre las manos y se refrescó la cara. Le gustaba Agua, era fresca y cambiante.

Levantó la cabeza al oír los primeros trinos de los pájaros y un rayo de luz que traspasaba las copas de los árboles le dio en el rostro. Sonrió.

- Buenos días, Sol. – dijo. Y la luz parpadeó un instante para responder. Sol también era amigo suyo, a pesar de la distancia. Le fascinaba su calidez.

Paseó por el bosque dejando tras de sí un rastro de flores y jóvenes arbustos allá por donde arrastraba su manto, reverdeciendo el follaje en los troncos donde posaba sus manos. Acarició a los animales que se acercaban en busca de alimento fresco.

Una ráfaga de aire le alborotó el pelo, que llevaba cubierto de flores y pequeñas ramas:

- Por fin amaneces. – susurró en su oído.

- Buenos días, Viento. – susurró ella, divertida.

Estaba claro, porque si Madre Tierra estaba despierta, significaba que la primavera había llegado.


Irene Rodriguez                            Tomelloso (Ciudad Real), 20 de Abril de 2021



Relato nº 12                 "Primavera Vital"


La literatura guarda ciertos paralelismos con la vida. Generalmente, ésta no se asemeja ni por asomo al guion que hubiéramos elegido. Nos dan un puñado de palabras, y con ellas debemos ingeniar nuestra propia historia.

Cuando escucho las viejas canciones que formaban la banda sonora de mi adolescencia, me percato del inevitable paso de los años. Aunque queramos ser eternamente jóvenes, la cadena de la vida ha dado el paso a la estación otoñal, a tenor de la caída del pelo, tristemente caduco (a pesar de los mejunjes de la nueva alquimia) o, incluso, al blanco invierno, si hacemos honor al mar de canas de la sección felizmente perenne de la cabellera.

A menudo trata uno de fingir que esto no es cierto, hasta que siente sus huesos escacharrados por unos (antaño) leves ejercicios de gimnasia o, simplemente, hasta que un joven imberbe le habla de usted en la cola del supermercado. ¡Válgame Dios!

Como decía el clásico, es Ley de Vida. Al fin y al cabo, dichosos aquellos que llegan al frío invierno y lo pueden disfrutar. No obstante, permítanme deleitarme y, aunque sea a destiempo, aprender de mayor a ser pequeño.

En este sentido, ¿por qué no?, siempre es maravilloso regresar a tiempos ancestrales; cuando todo brotaba y florecía como algo completamente nuevo y brutal. A medida que envejecemos somos más resabiados, pero, ¿qué quieren que les diga?, ¡bendita ingenuidad!

Ser padre es lo más maravilloso del mundo. Esta experiencia te devuelve a la época de los dinosaurios, a construir castillos de arena o a sumergirte en una historia interminable.

No dejemos nunca de ser niños. No hay nada mejor que mantener el espíritu de la primavera en cualquier etapa de la vida. De este modo, la historia que escribimos día a día resulta mucho más feliz.

Vicente López                                  Ciudad Real, 27 de Abril de 2021

 


Relato nº 13                         "Primavera"


Quiero dormir un rato, un rato, un minuto, un siglo…….decía Federico

Cuando uno llega al otoño y este no te asusta, cuando esperas disfrutar todavía del color de los árboles y de la luz dorada de los atardeceres, cuando piensas que la meta esta próxima y que lo vivido ha valido la pena; tal vez aquello que esperabas se trastoca

Pero que todos sepan que no he muerto

y debes reconducir y reinventar tu propia vida acompañando a la persona que ha andado el camino junto a ti, que te ha animado unas veces, que te ha desesperado otras, que te necesita y a la que necesitas

Porque hay un establo de oro en mis labios

y ves en aquellos que te siguen, hijos, nietos; que la vida no se para. Que el ciclo se repite. Que vuelve la primavera y que tú la puedes sentir en las risas de esos niños con el graznido de las ocas y patos en el rio o el zureo de las palomas junto a los arboles floridos. Ves la vida renacer

Porque soy un pequeño amigo del viento del oeste

y tú disfrutas con ellos, y vuelves a tiempos ya olvidados, que recreas de nuevo y los vives y los sientes. Porque la vida continúa y tú tienes que asumirla sin dejar que te pase por encima.

Aprovechar las pequeñas o grandes alegrías y que las tristezas que vendrán, sin duda, no te derroten.

Porque soy la sombra inmensa de mis lágrimas

pues con todo ello tienes que vivir y debes aprovechar lo que cada día nos depare.

Fabrizio (Pseudónimo)                     29 de Abril de 2021


Relato nº 14               "Los lirios"



Después de un invierno en extremo frío, con la llegada de la primavera, florecen los lirios de mi huerta. 

Una floración corta, efímera y a la vez eterna, pues vuelve año tras año en un ciclo sin fin. Como la efímera primavera de nuestras vidas, la juventud, que nos pasa casi inadvertida y que tanto añoramos después. Así también, algunas vivencias fugaces, cortas, pero felices, prevalecen siempre en nuestra memoria. Como mi recuerdo de una mañana paseando con mi padre, por una zona donde había varios manantiales de aguas claras, rodeados de helechos, árboles y una espesa vegetación que surgía de aquella abundante humedad, impropia de nuestra árida meseta castellana.

Descubrí unas grandes flores moradas, que destacaban sobre el verde dominante en la vegetación. Yo escuchaba atentamente a mi padre hablar de aquella flor especial. Era la flor de lis, de reyes y caballeros, o que un pintor loco hacía cuadro de aquellas flores azules. Yo con nueve años, elegí aquella flor como mi preferida, así como ya había elegido: la naranja, el número 5 o el color rojo.

Una trágica coincidencia, hizo que mi padre muriese, casi a la vez que yo ingresaba en el Hospital de Parapléjicos. Cuando volví a casa “de alta”, lo primero que sembré en mi huerta, fueron unos lirios, que como cada año han vuelto a florecer y con ellos, ha vuelto la alegría de aquel Caballito trotador; la ilusión de aquel primer diente bajo la almohada; la magia de unos zapatitos en la ventana una noche de Reyes; una pajarita de papel y una espada de madera. Aprendiendo una canción que “llueva un chaparrón con azúcar y turrón”. Hoy los lirios de mi huerta están llenos de flores y con su efímero florecimiento han traído el eterno recuerdo de mi padre.


Mariano Rivera                    Calera y Chozas (Toledo), 10 de Mayo de 2021



Relato nº 15             "Un sueño primaveral"


Quien podría pensar que la primavera puede llegar a transportar, dentro de su inmensidad, ese inmenso brillo, donde la oscuridad del ultimo día invernal llenó de frío, a veces húmedo, otro helado y más de otro tapado por un manto blanco, que parece que, de manera formal y respetuosa, muestra a un majestuoso nuevo amanecer.

Llega el momento, sorprendido por el manto blanco que hay bajo el que le impregna con su brillo y frescor, de una fortaleza inmensa, un poco enrojecido por lo encontrado, expande desde la faz de la tierra, Esa nueva fortaleza, que se va desplazando desde la faz de la tierra hacía el inmenso cielo, no da paso en su camino, va ascendiendo segundo a segundo, va impregnando de vida, de color, donde los árboles, las ramas, aún las pocas que quedan, se mueven; y las hojas acompañan en un zigzagueo que hace, dejar en claridad el brillo que tienen en su interior, las aves que dormían sobre ellas mueven sus alas, todavía entumecidas y frías; sus ojos y su cuello se mueven al unísono.

Se dan cuenta que es el momento de remontar el vuelo y ejercitarse en busca de un alimento que les de fortaleza a un nuevo día de una nueva primavera.

Sobre la tierra empiezan a verse desplazar diversidad de animalillos que con alegría y energía acompañan el nuevo día.

Es algo digno de admirar, y el ser humano acompaña con su mirada y el resultado es placentero.

No olvidemos nunca, que sin nuestro apoyo y ayuda no se conservaría este inmenso logro de “nuestra casa llamada”: TIERRA


Manuel Penalva "Sonriman"                       Madrid, 10 de Mayo de 2021



Relato nº 16                                      "¡¡¡Silencio!!!"


Guardad silencio, escuchad mi voz de auxilio, mi grito sordo.

Hace ya tiempo que os hablo y seguís ignorando mi tragedia, mi dolor.

Estoy herida, mutiláis  mis árboles y se me agota el oxígeno, me asfixio. Maltratáis a mis animales sin piedad, invadiendo sus espacios e ignorando sus derechos. Por favor ¡evitad nuestro sufrimiento!

Vuestra tecnología es para nosotros un virus devastador, vuestros plásticos guillotinas, vuestros pesticidas nuestra inyección letal.

No olvidéis que el equilibrio es necesario para poder continuar en este juego, disfrutando de la magia que aún se os brinda. Hasta ahora he podido reparar el daño padecido y he perdonado. ¡Basta ya!

Observáis impávidos la destrucción. Sin embargo, sé que aún podéis sentirme. Las raíces que compartimos y nos unen, duelen. Cuando un escalofrío recorre vuestro cuerpo o una sensación de ansiedad os bloquea, esa es mi angustia, ese es mi tormento.

Deberíais de colaborar y repartir con la naturaleza porque si lo queréis todo para vosotros, tarde o temprano lo vais a perder.

Sin evitar el sufrimiento de la Madre Tierra y sus seres vivos, podéis ser más poderosos pero nunca felices. El bien de otros es el tuyo también. Necesitamos vuestra ayuda, que trabajemos en equipo, es por ello que os voy a proponer un pacto:

- Cerrad los ojos y concentraos para conectar con mi energía.

- Permitíos sentir la caricia limpia y suave de un mar inmenso y lo que transmite su azul perfecto.

- Apagad vuestros dispositivos para escuchar con atención la melodía infinita de la naturaleza que os cuida y os acompaña.

- Respirad profundo retirados de la contaminación, para inhalar la brisa relajante y perfumada de los campos hidratados por el agua de la lluvia, el agua de la vida.

Si vosotros conseguís reflexionar sobre mi mensaje y empezáis a actuar, yo prometo regalaros otra Hermosa Primavera.


Mamen Movellán                                 Argés (Toledo), 12 de Mayo de 2021


Relato nº 17                        "La Primavera es luz"


Cuando le pregunté a mi marido Miguel que qué era para él la primavera, me dijo: “la primavera es luz”. Luz que ilumina todo, luz para ver como florecen los árboles, las plantas y las flores y ver como los campos se inundan de colores. 

Habíamos salido de un invierno frío, y un final muy duro con un trágico accidente, pero también tuvimos la alegría inmensa de la noticia de nuestro traslado al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, y en él, estamos descubriendo la primavera en Toledo… llena de color, con sol, cielos claros y luminosos, y nuestro ánimo también empieza a florecer, a brotar con ilusión y con esperanza. 

No hay prisas, ni días acelerados, todo es día a día, con paciencia, calma en el hospital y calma para disfrutar de los días primaverales, pararnos a mirar la vegetación en los campos, disfrutar del sol. 

Hemos aprendido a estar juntos de otra manera compartiendo minuto a minuto, a oír frases de Miguel con una emoción antes no expresada: “¡volver a la vida!”; “¡Por alta que sea la muralla, veo que la puedo superar!”. 

La primavera es preciosa, pero ésta es especial, por todo lo que se ha removido en nuestro interior y valorar la importancia que tienen las cosas normales: pasear, sentir el sol, el aire, … La primavera es un fluir de la naturaleza y nuestros sentimientos. 


Mª Jesús Bueno               Toledo, 16 de Mayo de 2021


Relato nº 18                                         "Primavera"


¿Qué es la primavera? Y tú me lo preguntas… 

Esta primavera son destellos, destellos que con una poderosa luz iluminan. Breves momentos, instantes fugaces y a la vez eternos. 

Primavera es escucharnos, es una foto compartida, una llamada bajo la lluvia. Primavera es una caricia y unos ojos vidriosos. Es la crema en las manos y el masaje en los pies. 

Primavera es sabernos todos juntos con una misma ilusión y un mismo camino por recorrer. Es hacer piña y querernos más. 

Primavera son los croissants para celebrar, los abrazos, las risas por el humor redescubierto. Es disfrutar de una garra de pollo y del aire en la cara. 

Primavera es mirarme en tu espejo y aprender, aprender que por muy altas que sean las murallas se pueden superar. Aprender a sonreír en cualquier circunstancia, a celebrar cada logro, cada paso. 

Primavera es crecer juntos y aprender a vivir cada instante como algo único, como un milagro, como la rama verdecida… 


Luis Miguel Ferrer                     Ainsa (Huesca) 16 de Mayo


Relato nº 19                      "Primavera en familia"

Nosotros somos de Zaragoza, ciudad con la denominación actual de origen romano, pero de origen ibérico “Salduie”. Capital de Aragón, que como decía José Antonio Labordeta tiene “al norte los Pirineos y al sur la cordillera callada, pasa el Ebro por el centro”. Ciudad en la que existe la primavera, pero no se siente. Pasamos de las botas y el abrigo, para protegernos de la niebla y del cierzo, a las sandalias y el abanico, para protegernos del calor y del bochorno. 

Pero este año la primavera no la vivimos en Zaragoza, por suerte la vivimos en Toledo, capital de Castilla-La Mancha, ciudad de las tres culturas –judíos, musulmanes y cristianos-, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, capital imperial, casa del Greco, tierra de leyendas, bordeada por el Tajo y con un hospital público referente en lesión medular. 

Si miras en el diccionario la primavera es la estación del año que, astronómicamente, comienza en el equinoccio del mismo nombre y termina en el solsticio de verano. También, es la época templada del año, que en el hemisferio boreal corresponde a los meses de marzo, abril y mayo, y en el austral a los de septiembre, octubre y noviembre. 

Pero para nosotros, esta primavera de 2021 es cuando estuvimos juntos al aire libre sintiendo el sol en nuestra piel; es tardes de encuentros familiares, de paseos bajo el cielo infinito de la llanura castellana y descansos bajo la sombra de un olivo; es momentos compartidos en familia que creímos perdidos pero que los hemos ganado; es atardeceres cada día más tardanos, pero siempre únicos y de una belleza cromática extraordinaria; es cuando los campos se visten de primavera agreste y te llenan de energía, optimismo, fuerza y alegría. La primavera es… ¡ahora! ¡Disfrútala! 


Marina Ferrer                             16 de Mayo de 2021


Relato nº 20                       "La estación viva"

Abro los ojos, aunque al momento un diminuto rayo de luz, que pasa entre las nubes tormentosas, me haga entornarlos.Negros los grandes nubarrones que agigantan el temor a lluvia, entre las confusiones del cielo y verde hierba.

Ante mí hay tal variedad de colores que mi pupila no sabe muy bien dónde debe parar. Asimismo, me deleito con el olor a tierra húmeda y el sonido de las alas de los pájaros que se persiguen de árbol en árbol, mientras que otros, como yo, les contemplan y ensanchan con su canto la hora parada de la estación viva. Sólo por todo esto mi mente ya tiene claro que la vida es un regalo, a veces inexplicable, que merece la pena poseer. 

Sigo observando cómo las nubes suavemente se deslizan sobre un tablero profundamente azul e inmaculado mientras que percibo algo que me hace sonreír. El viento me da el placer de acercar a mis sentidos el aroma a buganvilla, tan propio de esta época, enviando imágenes a mi cerebro que ni siquiera han estado al alcance de mi vista.

También me hace pensar en ese día, ese día en que la señora negra ya no venga, y yo sonría sin fin a todo, y se quedarán los pájaros cantando, la hierba seguirá siendo verde, con su mirlo blanco y nos daremos cuenta de cuáles fueron los mejores momentos porque los echaremos de menos.

Intento moverme, pero una inusitada ligereza recorre todo mi ser. Por la ventana abierta entra una brisa fresca preguntando por mi alma, todo parece lejano, distante, de otro mundo.  Cada hora mía me parece un suspiro en el devenir del tiempo, tiempo dulce y suave como el vivir verdadero.

 Y yo me iré…O quizás ya me he ido.


Miguel Ángel Navarro (16 años)                                     Toledo, 17 de Mayo de 2021


Relato nº21               "La sombra de una ilusión"

Érase una vez un mes de mayo. Poco tiempo atrás, vivía, no muy lejos de aquí, Florencio. Le encantaban las flores y salir a pasear con su familia.  Siempre disfrutaba haciendo carreras por las praderas y jugando al escondite entre los jazmines.  Su mejor amigo venía a visitarlo muy a menudo y juntos ensayaban diferentes movimientos bajo el sol de primavera.  Su padre le recordaba siempre que tenía que repasar sus deberes al igual que él lo hacía con su abuelo.

Un día, Florencio esperaba a su mejor amigo entre las flores, como hacia todos los días, pero su amigo no llegó.  Florencio estaba muy preocupado, su madre al verlo tan triste le dijo que iba a preguntar qué había pasado. Su madre preguntó y volvió a preguntar sin descanso pero no encontró ninguna respuesta.  Una amiga suya le dijo algo sobre un virus, pero ninguno podía entenderlo.  Florencio seguía pensando en su amigo, el ganadero con el que había practicado todos los movimientos con los que un día quería llegar a hacerse famoso al igual que su abuelo. 

Después de un mes aproximadamente y casi acabando la primavera regresó con algo en la cara que ninguno de su familia comprendía.  No se le veía ni su nariz ni su boca y apenas se le podía oír.  Su amigo estaba igual de contento que Florencio de volver a verlo, pero le explicó que tendrían que seguir entrenando, ahora las celebraciones estaban prohibidas, la salud de los demás era lo más importante.

Florencio sigue aún a día de hoy entrenando entre flores, feliz en las praderas corriendo, todos los días con sus amigos, algunos con mascarilla y otros sin, deseando que llegue el día de la vuelta a la normalidad y pueda escuchar esos aplausos merecidos a su fuerza y esfuerzo.


Darío Navarro (10 años)                 20 de Mayo de 2021


Relato nº 22      "El ciclo mágico de la vida"


Colocada su silla junto al tronco de  un frondoso castaño, ya con ramas cargadas de hojas de color verde  intenso y con una floración  incipiente, que no sólo le proporciona una amplia sombra, sino que le permite escuchar y observar la naturaleza a su alrededor, en pleno crecimiento y abundancia, llena del colorido que proporcionan las flores y del sonido procedente del vuelo y del canto de los pájaros, y de fondo, del agua que fluye por el río.

Su edad y su limitada movilidad corporal, le llevan a una reflexión, si la primavera representa el renacer y el esplendor de la naturaleza, cualidades que se predican de la juventud, ¿Será cierto que nuestra primavera se haya evaporado en el tiempo con nuestra juventud?, y por tanto, ¿será cierto que estemos inmersos en una época de frío y oscuridad? ¿será verdad que de la plenitud pasamos a la decadencia y al apagamiento?

Un recuerdo le viene a la mente, los días de senderismo en el otoño de cada año, recorriendo estos mismos bosques, hoy en plena primavera de color verde intenso, pero en otoño transformadas las hojas de sus ramas en colores ocres, en diversas tonalidades, por su colorido,  a estos bosques, que cubren el inmenso valle del río Genal, con un manto de color ocre, le llaman  “la primavera dorada”.

¡Que esplendor y belleza tienen estos bosques de color verde en primavera y de color ocre en otoño¡ 

¡Qué bonita metáfora, si trasladamos la imagen de los bosques en primavera y en otoño, a las etapas de nuestro ciclo vital, juventud y madurez¡

Son tan diferentes, pero ambas pueden estar llenas de esplendor y de plenitud, por muchas que sean las dificultades que tengamos que afrontar, ¿por qué no?, cada día nos podemos levantar, volver a  renacer,  para iniciar un nuevo camino.

  Ignacio Pérez de Vargas                Estepona (Málaga), 23 de Mayo de 2021


Relato nº 23                                    "Primavera musical"


Hoy me despierto con las notas de tu voz después de tanto tiempo estando dormida mientras me abrazabas en la distancia. Acaricio, día tras día, todo tu cuerpo como el aire acaricia las hojas de los árboles encontrando lo que buscamos: sentirnos vivas. Le pregunto a la vida si tiene algo que decirme y siempre me repite cantando el mismo mensaje:

“Y llegó, por fin, la primavera donde tu nombre me sabe a hierba y en la cual te amo mucho más que te amas a ti misma. Tengo tanto que agradecerte... Tanto que “por amarte yo doy toda mi vida y doy por buenas las angustias sufridas. Estamos en el camino de erigir otros anhelos nuevos y es que nos vemos en todas las esquinas que hay en nuestro corazón pero, eso sí, tú me sientes en cada orilla de ese mar que es tu interior. Yo te siento en cada piedra que sostiene la muralla que, día a día, crea nuestro amor”.

Tenemos el enorme poder de sufrir, con gran gusto, todas las sensaciones térmicas de cada estación: desde el más puro frío del invierno hasta el calor más extremo del verano y, de manera intermedia, aclimatarnos en el resto de estaciones. Tus abrazos me quitan el frío y tus sonrisas me quitan el calor. Estoy muy enamorada de la vida contigo porque no existe nada mejor, mi Marita.

Recuerdo despertarme con las notas de tu voz pero he de decirte, amor mío, que también me duermo acurrucada en el recuerdo de tu voz, esa voz de seda que se torna en mi abrigo en invierno y que en verano es el aire fresco que necesito. En definitiva, que tu única existencia es mi eterna primavera musical en la que estoy dispuesta a ser la tuya también.


Almudena Rubiales               Toledo, 23 de mayo de 2021


Relato nº 24                    "Sensaciones en Primavera"

Abro los ojos y entro en pánico. ¿Dónde estoy? Me lo pregunto pero no consigo oírme. Veo el techo, luces a mi alrededor y gente moviéndose de un lado para otro. No puedo moverme pero quiero hacerlo. La angustia se apodera de mí. ¿Por qué no puedo hablar? Se escucha un silbido que susurra que hay vida pero a la par hay silencio. Pitidos, prisas, máquinas, términos médicos, cariño a la par, nerviosismo, estrés, sosiego. En general, confusión. “Parezco bipolar”, me digo a mí misma. Sonrío y lloro a partes iguales. Me falta el aire y el agobio me invade. “No es posible”, no paro de repetírmelo. Las horas pasan y el ahogo de saberme inmóvil se apodera de mí hasta tal punto en el que parece que se me olvida respirar. Tengo sensaciones muy raras y no sé si es primavera, verano, otoño o invierno. ¿Sabré diferenciar las estaciones?

Mis dudas son razonables. No sé si los demás lo sabrán porque, por ahora, no puedo comunicarme. También sé que lo podré hacer porque, en el fondo, confío en mí misma aunque me cueste reconocerlo. Me recuerdo a mí misma lo afortunada que soy porque sé que no me falta lo que más necesito en esta situación: amor, fuerza y ánimos. Me conozco demasiado y sé que tengo mi parte negativa pero dispongo de fuerzas suficientes para sacar a flote la parte positiva, que está más escondida pero está. Esta es, por ahora, mi pacífica lucha en la que, poco a poco y con la mejor ayuda que podría tener, saldré victoriosa y convencida de que sea una oportunidad para crecer y para mostrar que se puede ser muy feliz y valorar aún más, si cabe, las pequeñas cosas que nos pueden pasar en primavera (o en cualquier estación).


Almudena Rubiales                              Toledo, 23 de Mayo de 2021