domingo, 15 de enero de 2012

Diversos y polifacéticos

Con lesión o sin lesión, con diversidad o sin ella, algunas personas son capaces de desarrollar un sinfín de actividades.
Ser activo es sentirse interesado por o estar involucrado en y no, necesariamente, ser activo equivale a poderse mover.
Las personas con movilidad reducida, en particular, o con diversidad funcional, en general, necesitan, incluso, más que otras, sentirse activos, productivos y útiles para dotar de sentido a sus vidas.
Por fortuna, las nuevas tecnologías han favorecido la incorporación de las personas con diversidad funcional a las, valga la redundancia, más diversas actividades.
Dejo aquí sólo una pequeña muestra de aquéllas actividades que he visto desempeñar sin nombrar a quienes las realizan por evitar olvidarme de alguien.
Actividades artísticas como pintura, dibujo, restauración de muebles, diseño, teatro, música. Actividades lúdicas como viajar, cocinar, contar cuentos, magia, humor, escribir. Actividades deportivas como esquí, vuelo sin motor, piragüismo, ciclismo adaptado, mountainbike, tenis de mesa, badminton, natación, buceo.
Otros simultanean algunas de estas actividades con una actividad profesional que, o bien venían desempeñando, o bien iniciaron después de la lesión.

2 comentarios:

  1. Después de la lesión y después de la rehabilitación hay un volver a nacer. Evidentemente el ingreso económico mensual es importante a la hora de la manutención general pero la sensación es la de volver a empezar. Reelegir lo que uno hace o atreverse a hacer eso que siempre quiso hacer o estudiar. Creo que el hecho de afrontar un accidente y salir con vida, en mi caso, da este punto de partida.

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  2. Comparto contigo, Horacio, que ser superviviente es una de las razones de peso para seguir viviendo y para hacerlo "con ganas". Ayuda el sentirse afortunado por tener una segunda oportunidad y, si se sabe aprovechar, se vive con más intensidad porque se aprende a valorar cada segundo.
    El aspecto económico también juega un papel relevante y con la crisis que atravesamos algunos se las verán con dificultad para alcanzar unos estándares mínimos de calidad de vida. No obstante, no hay que olvidar que la buena disposición en la aceptación de las pérdidas es casi la razón de mayor peso porque los que no la poseen, aún con buen status económico, no son capaces de afrontar las mismas.

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