Los antecedentes del Movimiento “Slow”se sitúan en la “Slow Food” en contraposición con la “Fast Food”o comida rápida-basura. El Slow Food defiende un modelo de consumo de productos locales, cultivados de forma sostenible, paladeados con placer y amenizados con calmadas y agradables conversaciones.
Pero los movimientos por la lentitud no se limitan solo al ámbito de la alimentación sino que han extendido su filosofía a distintas áreas como son el diseño de las ciudades y la educación. Todos los movimientos por la lentitud cuentan con una serie de características similares como : la lucha por la desaceleración de los ritmos, la búsqueda de una mayor calidad de vida y la reivindicación de un movimiento más pausado que dé cabida al disfrute y a la comunicación entre las personas.
Se trataría de recuperar la lentitud como valor en un mundo que va a mil por hora. La “diversidad” tiene precisamente esta función : demostrar que existen varios tipos de velocidades y marchas : en este sentido, la “lentitud” puede convertirse en un recurso.
Claudio Imprudente nos enseña que las personas con diversidad nos ayudan a recuperar la lógica de la lentitud, haciéndonos tomar conciencia de las cosas que por ir demasiado deprisa, no advertimos.
El especial punto de vista de Tonino Urgesi sin duda nos invita a reflexionar; es la visión de quien vive toda la vida la condición existencial de “discapacitado”. Distingue entre el “tiempo hombre” y el “tiempo horas”. En el “tiempo hombre” el “discapacitado” puede vivir porque no tiene limitaciones, no existen en él barreras, es el tiempo del recuerdo, del sueño , de la esperanza. En el “tiempo horas”no hay lugar para el discapacitado ni su silla de ruedas : es el “tiempo” de la prisa, de la competición, de quien tiene que llegar a su meta.
Lo anteriormente expuesto nos debería hacer reflexionar sobre el modo en que es entendido el tiempo de las personas con diversidad funcional a quien se les excluye del mundo productivo. Algunos autores han venido a considerar que existen nuevas formas de exclusión social por falta de competencia personal y profesional.
En el Libro “afrontando la lesión medular” encontramos la frase “se nos vive como discapacitados pero se nos exige como si no estuvíeramos discapacitados”.
Es difícil para mí involucrarme en el Slow. Antes de la lesión era un Fast y ahora soy un Fast exigente.
ResponderEliminarClaro, imbuído por una cultura de consumo y consumo inmediato ahora me veo con dificultades a la hora de la rapidez.
Hay una canción que dice "no se lo que quiero, pero lo quiero ya!!!"
Tenemos que aprender todos los días.
Creo que no me equivoco, Horacio, si te digo que aprenderás a mirar y a pensar de otro modo, a tomarte el tiempo sin tanta impaciencia. Se habla de "crisis económica"?. A lo mejor nos ayuda a vivir de un modo diferente, a consumir menos y vivir con "menos" en el sentido material y con "más" en el sentido espiritual. Es otra lectura u otra mirada. Todos tenemos que aprender a ralentizar nuestro vertiginoso ritmo de vida y aprender de vosotros. Como dice Ramón Bayés, a gestionar bien nuestro reloj emocional.
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