viernes, 3 de febrero de 2012

Atrapados en un Cuerpo

Me viene a la memoria el recuerdo de un paciente que quedó tetrapléjico y me contó que el momento más difícil del día era, para él, cuando se despertaba cada mañana y se veía "atrapado en su propio cuerpo". En sueños, su vida transcurría como antes de la lesión. Cada vez que despertaba se recolocaba en la realidad como si de una pesadilla se tratara.
Cuando la lesión medular comporta un grado alto de tetraplejia y la persona ve mermada su capacidad de reacción, la rabia, ira y desesperación se apodera de ella. Ni siquiera tiene la oportunidad de escape, huída o protesta. Se añade, en muchos casos, la intubación o conexión a ventilación mecánica que impide al paciente, en el mejor de los casos, la comunicación efectiva. Sus allegados o familiares también se frustran porque no lo entienden.
Asistir a un cambio tan drástico no debe ser tarea fácil aunque se activan en el paciente circuítos desconocidos y salen, para su propia sorpresa, recursos, que no sabía que tenía, para enfrentar la situación. Hasta los que se consideraban "nerviosos" desarrollan la paciencia alegando que no les queda otra.
Por otra parte, hay demasiado tiempo para pensar y la "rumiación" se pone en marcha aunque no todas las personas que sufren una lesión medular presentan este estilo rumiativo. Parece que el mismo está más asociado a un estilo de complejidad emocional. Con rumiación o sin ella, es habitual que los l.m. se centren, en la primera etapa de la rehabilitación, en lo que no pueden hacer.
Asuman o no las limitaciones que la lesión impone, es necesario favorecer en ellos el desahogo, la expresión de las emociones,"dar permiso" para llorar y que esta conducta no se vea como debilidad del sujeto. Asimismo, es necesario dar salida a pensamientos del tipo :  vivenciar la lesión como un castigo o el sentimiento de injusticia, entre otros.
Es evidente que a nadie le viene bien la lesión, y es frecuente oir expresiones del tipo : "por qué a mí" o "estaba en el mejor momento de mi vida". Es una forma de "protesta" ante lo sucedido de la que hablaré más despacio en otra entrada.

6 comentarios:

  1. Yo no se cómo habría enfrentado la situación si la lesión que tuve hubiese sido distinta a la que fue. A veces me siento afortunado pasándome lo que me pasó. Dicen que en el país de los lesionados medulares el cojo es el rey.
    Muchísimo respeto hay que tener con la gente que ves en el hospital moviéndose solo con la boca. O en el mejor de los casos con un par de dedos de la mano.
    Admiro el valor que tienen solo por seguir despertándose por la mañana y poder seguir.
    Mis más sinceros y profundos respeto y admiración.

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  2. Creo que todos sois dignos de admiración. Se oye decir a los "tetras" : " de qué se quejarán los "paras", si yo tuviera las manos........".
    Un paciente que quedó tetrapléjico me dijo que su estado era la mayor lección de humildad de su existencia.
    Ya sabes, Horacio, de todos modos, que el afrontamiento no está directamente relacionado con el alcance del daño y nos lo demuestran casi a diario pacientes con un alto grado de compromiso medular que llegan, incluso, a animar a otros mientras que pacientes con una lesión menor no asumen las secuelas.

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  3. A mi me hubiese pasado como a Horacio, no sabría como lo habría afrontado. Si recuerdo en unos de mis primeros cosas que le dije a mi madre, que para quedarme en una cama toda la vida, prefería morir, muy fuerte cuando aun no se conoce la forma de vida de un parapléjico o tetra, nunca es imposible, solo tienes que adaptar tu vida de diferente forma. Después gracias a Mª Ángeles y otros muchos profesionales y como no la familia y amigos, me enseñaron que no solo se podía vivir con las piernas, sino para vivir lo más importante es tener la cabeza bien puesta… La verdad que es de admirar como dice el compañero, el valor que tienen para seguir el día a día.

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  4. Mari Ángeles,mas o menos,lo que opino al respecto ya lo sabes.Es admirable recordar,cuando yo me encontraba allí en el hospital,un tetra con respirador decía incansablemente a una de mis compañeras( ella era parapléjica).Que el, la iba a ayudar en todo lo que el pudiera.
    Para mi personalmente,eso es una grandeza enorme, fuerza y coraje,de una persona capaz de superar y dar una gran lección a muchas personas que siendo capaces son incapaces.
    Este mundo es muy injusto ver a personas que dan mucho la vara por problemas absurdos(a cada uno,como suelen decir,le duele lo suyo)dejemos de ser tan egoístas y pensemos que habrá gente en mejor situación que nosotros y ¿Que pasa con los que están en peor situación?¿Que deberían decir ellos?
    Por favor,intentemos ser mejores personas.A nuestro alrededor hay muchísima gente que sufre y mucho.En mi vida he conocido gente de todo tipo y no sabeis la rabia que me da en ciertas personas que no han pasado por momentos malos,de verdad,que se sientan con tal grandeza de superioridad,como que solo te puede pasar a ti a ellos nunca.

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  5. Chelo : en la contraportada del Libro ya ves que comento que, al inicio de la lesión, un porcentaje no despreciable de pacientes prefiere morir, aunque "poco a poco" se va asimilando la situación, en la mayoría de los casos, y la adaptación es posible gracias a los recursos y estrategias que cada persona pone en marcha, al apoyo de la familia y de los profesionales, entre otros, como tú bien dices.
    Mientras hay vida hay esperanza y se ve que uno se agarra a la vida ante un nuevo renacer.

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  6. Yolanda : creo que no se puede poner uno en el lugar del que contrae una lesión medular por mucha empatía que pongamos en ello si no se está en la situación. La gente "de a pie" se sigue preocupando diariamente por esas pequeñas cosas, que a la vista de quien ha sufrido una l.m. son una tontería en nada comparable a un trauma de tal magnitud.
    Estoy contigo que hay gente, que debido a su carácter o rasgo de personalidad, tiende a quejarse de todo y de todos y tiene poca empatía con el que sufre o le tocó en suerte llevar una vida peor.
    Solo entenderá el sufrimiento ajeno si le toca pasar por la misma situación.
    Respecto a la persona a la que haces alusión, el ayudar a los demás le ayuda a él, al tiempo que le está ayudando a crecer como persona y está encontrando un sentido a su sufrimiento.

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