sábado, 28 de abril de 2012

Toda una vida (II) : Historias ejemplares

Recuerdo la frase del protagonista del film Forrest Gump : "La vida es como un caja de bombones". Yo digo que cada paciente es "Una caja de sorpresas" que encierra una historia única y ejemplar que me hace pensar sobre lo diverso del ser humano, diverso en su rostro, en sus rasgos de personalidad, en sus orígenes y biografía.

Cuando ingresan los pacientes en nuestro Hospital, tan frágiles e indefensos, tan vulnerables, es fácil caer en verlos como colectivo agrupados en torno a su lesión medular e ignorar que detrás de cada uno hay "toda una vida". A pesar del tiempo que permanecen ingresados, a veces, no se les llega a conocer y al estar mediados por un proceso tan complejo hace que no exterioricen lo que son. Además, ya comenté en otra entrada ("Consejitos") que, debido a esa fragilidad, algunos profesionales, sin querer, tienden a tratarlos como niños.

El hecho de que la esperanza de vida haya aumentado es uno de los motivos que hace que cada vez ingresen al Hospital una población de pacientes más mayores situados entre los setenta-ochenta años. Tenemos que pensar que son pacientes que pertenecieron a una generación que tuvo que hacer frente a una guerra civil o, en su defecto, a una postguerra y que tuvieron que afrontar pérdidas y adversidades como el hambre, el frío, epidemias y otras muchas calamidades. Personas endurecidas, "resilientes". Ahora, en el último tramo de su vida, les toca hacer frente a la lesión y a sus consecuencias.

Esta semana conocí a una mujer de setenta y seis años de esas que decimos que "se ha hecho a sí misma", una vida ejemplar de tesón, constancia y afán de superación. Autodidacta, abierta al conocimiento y que, a pesar de su trabajo, se ofrecía como voluntaria en su municipio.
Acostumbrada a salir de situaciones difíciles y a luchar, no se queja de nada y sigue con su mismo afán de aprovechar todo lo que el Hospital y la rehabilitación le ofrezca. Ella misma dice pertenecer a una "generación de los de antes" a los que define como luchadores y trabajadores.

A pesar de que ya había comentado que la edad es un factor que influye y condiciona el afrontamiento, vemos que el peso fundamental recae sobre la personalidad del paciente.

Desde aquí invito a no despercidiar la oportunidad de enriquecernos con todas esas personas que tratamos cada día y no perder la ocasión de abrir su correspondiente "caja de sorpresas".

2 comentarios:

  1. Hermosa tarjeta de invitación. Muchas gracias.

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  2. Gracias a tí, Horacio, por habernos dejado asomar un poco a tu interior y compartir y abrir tu particular "caja de sorpresas".

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