Esta frase en boca de un paciente me da pie a desarrollar varios de los recursos que se precisan en la vida no sólo para afrontar una lesión medular, como es su caso, sino para aprovechar las oportunidades que la vida nos brinda.
La frase, de forma aislada, no se entendería si no se enmarca en el contexto en que se pronunció. El paciente respondía a otro paciente que presentaba una evitación o inhibición social tras sufrir su lesión, avergonzándose de su nueva condición que le hacía dependiente y usuario de silla de ruedas. No son pocos los lesionados medulares que, aún hoy en pleno S. XXI, sienten vergüenza y temen ser rechazados y estigmatizados. Es verdad que existen diferencias según el contexto social al que pertenezca el l.m.
En contraposición, el paciente con mejor afrontamiento, extravertido y con mayores habilidades sociales previas, se exponía a las situaciones sociales sin temor ni miedo al rechazo y lo expresaba de este modo : "Pues yo me doy cada baño de multitud...". Ahora más que nunca entendía que esta integración social se hace aún más necesaria. Asimismo, el uso del humor y una actitud positiva los considera factores de protección frente al trauma y un modo de hacer más llevadera, a la familia y a quien le rodea, la situación.
El miedo a la confrontación social en las primeras salidas o al alta, según el caso, hacen que muchos pacientes las eviten aplazándolas hasta que, irremediablemente, no les queda otra alternativa que la salida.
Son variadas las posturas y estrategias utilizadas por los pacientes en las salidas, desde exponerse "in vivo" a la situación social ya sea en el umbral de su casa, en las procesiones o festividades, en la plaza de su pueblo, entre otras, o quedarse en casa seleccionando las visitas. Recuerdo, por su originalidad, un recurso que utilizó un familiar en su primera salida : mirar por la mirilla y dar paso o no a la visita de turno en función del parentesco, adecuación o intención.
Los baños de multitud o mimos comunitarios son lo mejor que nos puede pasar.
ResponderEliminarEs el momento de asomar a la superficie y poder respirar buena onda. La mayoría de la gente necesita dar esta buena onda y nosotros debemos tener la humildad de recibirla.
Tenemos que dejarnos querer aunque pensemos que quizá les sirva más a los otros que a uno mismo.
Somos animalitos sociables y nos debemos a nuestro entorno.
Y de paso aprovechemos y divirtámonos un poco.
Antes yo dejaba pasar primero, ahora soy yo el invitado. Agradezco, sonrío y adelante. Es nuestra hora.
Juguemos, escandalicemos, hagamos reir, desmitifiquemos, desubiquemos hagamos todas esas cosas que antes no nos permitíamos hacer. La vida es una y merecemos exprimirla en la medida que podamos.
Tu actitud "comprensiva y cariñosa" hacia los demás seguro que te aportará beneficios, Horacio.
ResponderEliminarYo he oído, sin embargo, a muchos pacientes quejarse de las alabanzas que reciben y los besos que les dan a raíz de la lesión y no les suele gustar mucho.
Ayer, sin ir más lejos, me comentaban que un niño de tres años le preguntaba a su madre por qué el recibía más "cariños" (particularmente, todo el mundo le toca y acaricia la cabeza como muestra de afecto) que los niños sin l.m. o sin silla.
Me ha gustado esas expresiones que ha usado sacándole "partido" a la silla : "juguemos, escandalicemos, desubiquemos, hagamos sonreir".
Es posible que la lesión ayude a sacar lo mejor de la persona o mostrar el rostro más amable como modo de compensar las pérdidas o déficits.
Me encanta ese baño de multitudes que hace referencia a mi padre...gracias Mª Amgeles.
ResponderEliminarGracias atí , Verónica, por compartir con nosotros tu entusiasmo en el blog y gracias por el admirable y ejemplar apoyo que proporcionaste a tu padre durante la rehabilitación. Los dos ¡sois extraordinarios!. Un beso, MªÁngeles
ResponderEliminarhola ha echo un año que me encuentro atado a mi silla y al principial final encuentroo fue insoportable ahora que paso este tiempo cree nuevas perpestivas de vida y cogi nuevas ilusiones hay bajones pero encuentro ganas de vivir gracias a la gente de alrededor
ResponderEliminarGracias por entrar al blog y dejar abierta la puerta de la esperanza para tanto lesionado que no es capaz de asumir la silla y que se ve "atado" (ver entradas . "La puerta de la esperanza" y "Ataduras").
ResponderEliminarMe alegro que tengas nuevas ilusiones y que te sientas apoyado por la gente que te quiere y rodea. No dejes de aprovechar cada segundo como si fuera el último porque no sabemos qué nos tiene el destino preparado. Ya ves, ayer nos dejó una paciente que temía, debido a una recidiva de su enfermedad, quedarse en silla de ruedas. Si ella hubiera sabido que le quedaban solo unos días de vida, a lo mejor los hubiera aprovechado en otras tareas y no en "rumiar" sobre lo mismo.