Ayer se alcanzó la cifra de diez mil visitas al blog, cifra nada despreciable si tenemos en cuenta que arrancó de manera formal hace poco más de ocho meses.
Gracias a todos los que hacéis posible el blog (pacientes, familiares de pacientes, profesionales, personas no relacionadas con la lesión medular, entre otros).
Ha sido una iniciativa que ha valido la pena. Siempre dije que seguiría adelante siempre y cuando aportara algo a la gente y se consultara aunque no se volcarán comentarios, algo que sabemos que no es fácil. Los motivos de no incluir comentarios son tantos como personas asoman al blog pero entre ellos entiendo que los que más condicionan son : El no desenvolverse fácilmente a la hora de acceder y el pensar que su comentario no tiene nada que aportar, entre otros. Otras personas huyen de entrar en la red por miedo a "engancharse". Estoy segura que hay personas que tendrían mucho que decir pero que son reacias a comentar.
Por mi parte, he procurado mantener un diálogo con los seguidores, respondiendo siempre a todos los comentarios que se vuelcan al blog y haciendo dinámico el mismo con entradas variadas y breves.
Los temas me vienen dados del trabajo cotidiano con los pacientes, de las aportaciones de los veteranos que me visitan, que tienen mucho que aportar, y de la práctica clínica.
Aprovecho esta entrada para recibir sugerencias sobre el modo de conducir el blog o introducir temas que interesen y que no se hayan tratado aún.
Pues hoy vengo a felicitar tu iniciativa de hace 8 meses que permiten seguir teniendo una "charla" con vos como profesional y amiga.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aporte para un pedacito de la sociedad que necesitamos de consejos, ayudas, empatía y buena onda. Además, por supuesto, de lo profesional.
10.000 besos y felicidades (ustedes dicen enhorabuena, no?)
ME ALEGRO MUCHO, FELICIDADES, UN BESO
ResponderEliminarNOS VEREMOS MUY PRONTO ;)
BELISA
Felicidades!!! y Gracias!! Sin duda el blog nos ha ayudado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo
Adry
Las ocho mil visitas a tu blog tampoco son despreciables, Horacio. La ayuda es recíproca. la razón de ser del blog sois vosotros y, respecto a la ayuda, todos la necesitamos con lesión o sin lesión. Gracias una vez más por ese estar ahí y "saber agradecer".
ResponderEliminarGracias a tí también, Belisa, por tus gracias.
ResponderEliminarMe alegrará verte de nuevo.
Yo te felicito también por ser la seguidora fiel. Espero seguir aportándote más.
ResponderEliminarPues yo aprovecho esta entrada para felicitarte por el blog que siempre sigo aunque soy de las que no comenta. Me parece muy interesante todo lo que leo y te agradezco este trabajo y todo el trabajo que haces con familiares y pacientes en el hospital.
ResponderEliminarPues yo me alegro de tener otra seguidora en el anonimato y de que el blog te aporte algo.
ResponderEliminarGracias Lety/Lucy.
(A animar a la escritura, a mí mismo sobre todo, qué tarde llego, María de los 10.000 Ángeles. Y pico ya: felicidades por los aires.)
ResponderEliminar'El salto mortal de una frase a otra. Lo siento, pero la escritura es más interesante que la vida': algo así leí ayer en la entrevista a un escritor. Se escribe no jugando al fútbol sino sentado, o acostado; con el mentón, los dientes, hasta con solo la mirada últimamente. El secreto lo es bien poco: animarse, tan difícil a veces, y tener la constancia de la dueña de este blog por ejemplo.
Gracias a internet sé que el 26.02.2007 alguien escribió lo siguiente:
Silla de ruedas
la vida se desplaza
benditas manos
Sobran comentarios, al menos los míos.
Un mexicano, Octavio Paz, escribió que “el mundo cabe / en diecisiete sílabas”. Escribir 17 sílabas, y quizá luego saltar a otras 17, puede ayudar bastante, tengamos bajo el culo una silla de ruedas o de cualquier otro tipo.
Y un argentino, Jorge Luis Borges, de visita por el Japón, tituló "DE LA SALVACIÓN POR LAS OBRAS" este otro escrito:
«En un otoño, en uno de los otoños del tiempo, las divinidades del Shinto se congregaron, no por primera vez, en Izumo. Se dice que eran ocho millones pero soy un hombre muy tímido y me sentiría un poco perdido entre tanta gente. Por lo demás no conviene manejar cifras inconcebibles. Digamos que eran ocho, ya que el ocho es, en estas islas, de buen agüero.
Estaban tristes, pero no lo mostraban, porque los rostros de las divinidades son kanjis que no se dejan descifrar. En la verde cumbre de un cerro se sentaron en rueda. Desde su firmamento o desde una piedra o un copo de nieve habían vigilado a los hombres. Una de las divinidades dijo:
“Hace muchos días, o muchos siglos, no reunimos aquí para crear el Japón y el mundo. Las aguas, los peces, los siete colores del arco, las generaciones de las plantas y de los animales, nos han salido bien. Para que tantas cosas no los abrumaran les dimos a los hombres la sucesión, el día plural y la noche una. Les otorgamos asimismo el don de ensayar algunas variaciones. La abeja sigue repitiendo colmenas; el hombre ha imaginado instrumentos: el arado, la llave, el calidoscopio. También ha imaginado la espada y el arte de la guerra. Acaba de imaginar un arma invisible que puede ser el fin de la historia. Antes que ocurra ese hecho insensato, borremos a los hombres”.
Se quedaron pensando. Otra divinidad dijo sin apuro:
“Es verdad. Han imaginado esa cosa atroz, pero también hay ésta, que cabe en el espacio de diecisiete
sílabas”.
Las entonó. Estaban en un idioma desconocido y no pude entenderlas. La divinidad sentenció:
“Que los hombres perduren”.
Así, por obra de un haiku, la especie humana se salvó.
Izumo, 27 de abril de 1984».
Cuando mi padre me citaba en los documentos legales con mi nombre completo . "María de los Ängeles", no me gustaba. Por aquél entonces, mo debía de gustarme mi nombre (en casa todas las hermanas éramos María algo....).
ResponderEliminarAhora que me llamas, Manuel : "María de los diez mil Ángeles" ¡tiene gracia!, me ha sonado gracioso, ya ves. Ojalá y que pudiera regalar Ángeles a todo el mundo.
Ya se te echaba de menos en el blog enriqueciéndonos con la literatura del que eres buen artífice.
Llevas razón, Manuel, se puede escribir y leer sentado.
Aprovecho para contar una anécdota de una niña cuyo padre quedó parapléjico por accidente de tráfico. La niña estaba acostumbrada a ver a su padre (licenciado en Filología inglesa), sentado en el sillón en casa. Pregunta a la mamá : Mamá : ¿Qué le pasó a papá, se cayó del sillón?