El Pensador de A. Rodin |
Ya que Google nos recuerda que hoy se cumple el ciento setenta y dos aniversario del nacimiento de Auguste Rodin, no he podido por menos también yo que hacerle un homenaje y aprovechar esta escultur tan popularmente conocida para crear una entrada que nos haga conscientes de la importancia que tiene el seguir manteniendo nuestras funciones superiores y lo necesario que es en nuestra vida "pensar" antes de actuar y madurar las decisiones que tomamos.
Releo algo de su vida y veo que comparte con los l.m. otras pérdidas, alguna como la de su hermana que le hizo dar un giro en su trayectoria vital y profesional.
El pensador también está sentado.El autor no necesitó ponerlo para pensar en una postura más dinámica. Para pensar, no se necesita más que hacer uso de las funciones superiores que, al fín y al cabo, son las que mueven nuestra vida. Ya hablé al respecto, en otra entrada, al hilo de una frase que empleara un paciente (ver entrada : "El cerebro ya no graba"), sobre el deterioro cognitivo asociado a la edad, las demencias y la Enfermedad de Alzheimer.
Del mismo modo que pensar no requiere "estar de pie", otras actividades se pueden seguir desempeñando. De algunas de ellas se hablaba hoy en la Terapia de Grupo, como son : Relacionarse, tomarse una cerveza, ir de compras. El problema no está en la posición sino en la actitud que se adopta. Una integrante del grupo, la dificultad la tenía en el hecho de que la vieran en la silla, en su barrio, el lugar donde acostumbra a alternar, pasear. Siente vergüenza. La silla es algo de lo que avergonzarse.
Invito a los seguidores del blog a comentar qué cosas se pueden seguir haciendo aunque se esté sentado en la silla de ruedas, ya sea manual o de motor.
Jugar, leer, pintar, tocar un instrumento musical, escribir, interactuar con personas de tu entorno o fuera de él, así puedo seguir señalando cosas hasta la saciedad. Para ver no hace falta escuchar, para oír no hace falta ver. Para vivir un momento de felicidad no hace falta andar.
ResponderEliminar¡Fantástico resumen, Carlos!. Ojalá y que yo supiera desarrollar tantas facetas como las que tu desarrollas.
ResponderEliminarGracias por entrar al blog.
Quizás esa persona necesite un ángel sin alas, yo por experiencia sé que es difícil que afronten de repente el hecho de ir en silla.
ResponderEliminarCuando mi hermano salió del hospital no permitimos que se quedara en casa, salíamos a pasear y no dejábamos que las miradas indiscretas o curiosas de mucha gente nos intimidaran y eso que salir era una odisea: vivíamos en un primer piso sin ascensor (total eran "22 escalones de nada") y tenía que llevar varias almohadas para apoyar el cuello, los brazos y las manos, porque su lesión es alta pero eso no nos frenó; gracias a esto ahora sale todo lo que puede, va a tomar copas con los amigos, sale a pasear (por las zonas que puede, porque hay sitios por los que el pavimento deja mucho que desear), vamos al campo, a la piscina, a la playa, ha estado en Marruecos, Chicago, de camping en la expo de Sevilla, en Santiago de Compostela, Bilbao...
También le gusta mucho ir a Toledo, tanto de visita turística como de ocio, ahora se ha propuesto estudiar en la Uned, realiza muchos cursos online de diseño, ofimática y gracias a esto ha realizado unas presentaciones de power point que ya me gustaría a mí hacerlas.
En fin creo que quien no debe poner barreras es uno mismo y si las hay hacerlas frente, como te dije Mª Angeles ya no nos asusta casi nada.
El ángel de Oscar
Espero, Alicia, que tu comentario sirva de ayuda a muchos y, especialmente, a esos que se "atrincheran" en sus casas.
ResponderEliminarLa persona a la que hago referencia tiene otro "ángel" que es su hija pero es ella la que aún no está mentalizada y no asume lo sucedido. A las personas mayores les cuesta más, tienen más prejuicios y les importa más el "qué dirán".
¡Qué envidian me dan vuestros viajes!.
Pensar, es lo mas sencillo pero lo mas complicado, cuando meditamos, nos encontramos con nuestros pensamientos mas profundos y nos damos cuenta de la realidad, realidad que a veces nos pesa. Pero nos ayuda la actitud para hacer realidad muchos de nuestros sueños o pensamientos.
ResponderEliminarEn el caso de mi amigo, simplemente no quiere salir, le da vergüenza que lo vean, aunque el lo niegue. Aun no acepta la lesión, y ahora que ha pasado el tiempo, ha decido no regresar a trabajar e inicio los trámites de la pensión. Decisión con la que no estoy de acuerdo, es muy bueno en su trabajo y estoy convencida que le ayudaría muchísimo, pero creo que pesa mas el que lo vean en la silla que otra cosa y bueno supongo que no seria nada fácil.
Las cosas que el hace son muy pocas. Sin embargo, camino a mi trabajo me encuentro a 2 personas que están en silla de ruedas, desconozco su situación, pero uno de ellos trabaja para una empresa, lo se porque tiene el uniforme de la misma, y la otra chica va a la escuela. Así que sin duda se pueden hacer muchas cosas.
En lo personal me motiva para seguir día con día, y dar el máximo y sobretodo, nunca dejo de pensar en aquello que quiero lograr y lucho para alcanzarlo.
Adry.
El tema de la reincorporación al mundo laboral no es fácil y no siempre está relacionado con el hecho de sentir vergüenza porque los vean en la silla.
ResponderEliminarAdemás, no sólo los prejuicios están a nivel de los l.m sino que los propios empresarios los tienen y muchos no facilitan la incorporación porque estos les resultan "un modelo poco exportable o presentable". Lo he visto en infinidad de pacientes en los que la silla nada le impedía hacer su trabajo, p.ej. empleados de banca, ejecutivos en despacho, vendedores en concesionarios, entre otros.
También condiciona el no estar adaptados los puestos de trabajo (para sondarse, sin ir más lejos) o el no facilitar la reducción de la jornada para aplicarla a las necesidades del l.m.
Todos nos debemos de tomar unos minutos al día para pensar, meditar y dejar la mente en blanco. Es una buena gimnasia mental.
Tienes razón no lo había visto de esa manera.
ResponderEliminarAdry