"Quiero que me oigas, sin juzgarme.
Quiero que opines, sin aconsejarme.
Quiero que confíes en mí, sin exigirme.
Quiero que me ayudes, sin intentar decidir por mí.
Quiero que me cuides, sin anularme.
Quiero que me mires, sin proyectar tus cosas en mí...
Quiero que me abraces, sin asfixiarme.
Quiero que me animes, sin empujarme.
Quiero que me sostengas, sin hacerte cargo de mí.
Quiero que me protejas, sin mentiras
Quiero que te acerques, sin invadirme...
Quiero que conozcas las cosas mías que más te disgusten,
que las aceptes, y que no pretendas cambiarlas.
Quiero que sepas que hoy, por lo menos hoy, tú puedes contar conmigo...
Sin condiciones."
Jorge Bucay
La frase que da título a esta entrada pertenece a un poema de Jorge Bucay "Quiero" que copio aquí.
La razón de incluirla aquí es que fue traída a la Sesión Grupal de Familares del pasado viernes día once por el padre de una paciente que la leyó considerando que el poema estaba hecho a medida para el contexto de la lesión medular en tanto en cuanrto los familiares de los lesionados medulares, sin ánimo de de perjudicar al paciente, lo anula, a veces de tal modo, al sobreprotegerlo y tratarlo como a un niño, vivéndolo más "discapaz" de lo que en realidad es.
Se aprovechó el poema para abrir debate sobre las actitudes de la familia ante la l.m. de sus hijos, esposos o hermanos, teniendo un carácter más sobreprotector, si cabe, cuando la relación de parentesco es de padres a hijos.
Se trataron otros temas en la Sesión como son : La tendencia de dar "consejos" al l.m. por parte de familiares y parientes, tema que ya fue abordado en otra entrada (ver entrada "Consejitos"); Las preocupaciones de los padres sobre el futuro de sus hijos cuando ellos ya no estén, especialmente si la lesión les confiere una situación de dependencia; Las experiencias de las primeras salidas a casa (los miedos, la sobrecarga del "cuidador"cuando se tiene que asumir por vez primera las tareas de los profesionales del Hospital, algo que hasta ese momento no se había valorado o reconocido); Los gestos solidarios económicos y de otro tipo hacia los pacientes y sus familias; Las actitudes inadecuadas de vecinos y parientes ante la diversidad; El crecimiento postraumático tras la lesión; Los lazos de afecto y amistad con personas que están pasando por las misma situación, entre otros.
Gracias a Felipe por su acerada aportación, su sensibilidad y su adherencia al Grupo.
A veces caemos en eso, pensamos que el lesionado no puede tomar decisiones y sin duda lo anulamos.
ResponderEliminarEso me pasaba al principio, ahora es diferente, cuando veo a mi amigo, lo trato igual, lo ayudo en lo que debo ayudarlo, pero otras cosas las puede hacer sin problema. En cuanto a los consejitos, deje de hacerlo, sino quiere hacer ejercicios, si no quiere salir, regresar al trabajo o comer, pues es su decisión, no puedo hacerlo por el, claro no dejo de preocuparme pero no insisto ni aconsejo, es un hombre y puede tomar sus propias decisiones.
Creo que eso le gusta y se siente bien.
Pero es poco a poco, con mucha mucha paciencia.
Adry
Ya lo decía otro miembro del Grupo de Terapia Familiar : "Los familiares también necesitamos tiempo para saber cómo actuar y tratar al l.m".
ResponderEliminarEs su decisión, efectivamente, Adry.
Nuestra mayor conquista es que nos quieran sin condiciones.
ResponderEliminarGracias por hacer el primer comentario en el blog. Ignoro si eres seguidora silenciosa desde hace tiempo.
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