sábado, 27 de abril de 2013

"El mítico sofá de casa"


Es probable que todos tengamos en casa un sofá, tresillo o butaca preferido que nos recibe de manera acogedora. El lugar donde charlamos, leemos, vemos la tele, tomamos un café, oímos música, escribimos, nos arrullamos o compartimos con la pareja, los hijos y, en algunos casos, el perro.

Hace unos días, en una Sesión de Grupo, nos comentaba una paciente lo siguiente :"Tenemos muy mitificado el sofá de casa y cuando uno sale por primera vez a casa tras sufrir la lesión, aspira a volver a sentarse en el sofá pero uno ya no es el que era o uno ya no está como estaba"; "el sofá ya no nos resulta tan acogedor ni nos devuelve las mismas sensaciones sino que nos confronta  con el cambio en nuestro cuerpo".

Lo describe, igualmente, Rafael, quien nos dejó sus escritos más íntimos de los que ayer ya adelantaba algunos fragmentos : "Pero....¡qué pasa con mi cabeza!... por un lado, está la vista de mi sofá, mi sitio preferido para estar en casa".

No son pocos los l.m. que cuando salen a casa están deseando dejar la silla de ruedas y pasar al sofá preferido o a un sillón o butaca "normales" como el resto de miembros de la casa y como él/ella acostumbraba a hacer siempre.También comentaba otra paciente del Grupo que ella se pasa a una silla de las del comedor de su casa para comer.

El hecho de sentarse en el sofá, silla o sillón no implica sentirse bien pues comentan los l.m. que en casa se perciben las diferencias más que en el Hospital. Es el espacio donde se ven más necesitados, más diferentes, más, en suma, "discapacitados". Es donde los requerimientos que la lesión impone se hacen notar más porque en el Hospital al estar los cuidados facilitados por los profesionales, se aligeran. Algunos, una vez que han salido, no quieren volver a hacerlo porque se sienten más carga.

Recuerdo un paciente que me comentaba que cuando salía, a pesar de que le habían comprado un sillón relax para que se sintiera mejor y más confortable (el podía caminar, aunque las manos no las había recuperado en su totalidad), el se sentía diferente en un mundo de "normalidad" sin poder disfrutar de las cosas debido, sobre todo, al dolor residual que le quedó tras la lesión.

Estas reflexiones nos demuestran una vez más que lleva un tiempo aceptarse y adaptarse a los cambios que la lesión medular impone y encontrarse cómodo en un "cuerpo nuevo".

Dejo el enlace a la canción de Joan Baez . "De colores" que me sugirió el Comentario de Macgo http://www.youtube.com/watch?v=48vNfKUHWRw

Dejó también esta presentación de mariposas con música de Enya https://www.youtube.com/watch?v=a9GCRgdCNJY

6 comentarios:

  1. Un amigo del hospital me dijo antes de salir que si él escribiera un libro sobre su experiencia del hospital lo titularía "Bichos". Me quedé muy sorprendido y no pude por menos preguntarle el por qué. Me dijo: entramos como gusanos en esta burbuja que es como un capullo de seda y cuando este se abre volvemos a casa convertidos en mariposas. De eso se trata: dejar volar nuestras ilusiones, nuestros sueños, nuestras esperanzas sin dejarnos atar por la silla. La mariposa despliega todos sus colores cuando vuela, no cuando está posada. No nos frenemos nosotros mismos. Ya habrá otros que lo intenten. Contra ellos debemos luchar: no contra nosotros mismos ni contra nuestra lesión.

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  2. Según leía tu comentario, Macgo, iba poniendo cara de sorpresa. Me ha llamado la atención el planteamiento de tu amigo, original, desde luego, y tu interpretación.

    Es necesario dejar volar, como dices, las ilusiones, los sueños, las esperanzas y la imaginación también es importante porque hace falta que germinen nuevas ideas y llevar la silla de manera más liviana para poder ascender y alcanzar los sueños. Me viene a la cabeza la Sifonía del Nuevo Mundo de Dvorak a la que ya hice referencia en otra Entrada el pasado año.

    Y ya que hablas de colores, dejo en el Post el enlace de la canción de Joan Baez "De Colores".

    Me has traído también recuerdos al poema 15 de Neruda "Me gusta cuando callas" por la frase, "Mariposa de ensueño te pareces a mi alma y te pareces a la palabra melancolía".

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  3. Cuando leo lo escrito por macgo u oigo hablar a personas como Baudilio me siento impotente para emitir alguna opinión sobre los temas que se están tratando. Es como si yo, en mi ignorancia, tratase de dar lecciones a quien demuestra ser un maestro. Como sí tratase de enseñar a luchar a un luchador profesional.
    Ante estas personas vale más aplaudir que aconsejar. Ambos me han dejado con la boca abierta, por su coraje.

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  4. Son grandes Macgo y Baudilio, Felipe, pero no lo eres menos tú. He visto tú evolución, sin apenas conocerte, y mereces ser felicitado por tu constancia, adherencia, solidaridad, generosidad, educación, gratitud inmensa. Me has aportado, nos has aportado, mucho desde que te conozco/conocemos. La verdad, ¡me has sorprendido!. Gracias por haberte animado a no ser seguidor silencioso y por acompañarnos y "regalarnos algo" todos los viernes en la Sesión Familiar.

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  5. Tenéis qué prometerme que nunca tendréis tanto miedo que os impida actuar con normalidad ...

    Sí podéis ,jamás pongàis muchos interiores en vuestra vida...

    Del libro Brújulas que buscan sonrisas perdidas.

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  6. Veo que a más de uno nos está aportando el libro.

    Yo destaco otra frase : "Decidí que yo también me permitiría ser todo lo que quisiera ser....". Es la frase que cierra el libro.

    Gracias Macgo por todo lo que transmites. Lleva razón Felipe : ERES GRANDE.

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