Un día de feria como tantos en la vida de Ana, como tantos cuando se es joven. Por una mala suerte del destino, la atracción en la que Ana Mª Martinez Hidalgo, una de nuestras Escritoras del Libro "Afrontando la Lesión Medular"(ver Testimonio : "Tres etapas" en la página 61), se descolgó, aunque Ana reaccionó rápido y tuvo la oportunidad de agarrarse. Aún así, el accidente le provocó una lesión medular a la altura de la vértebra C7 y tuvo, como tantos lesionados, que hacer frente a un largo proceso de rehabilitación. En su caso, la suerte le favoreció y lo que en un momento apuntaba hacia una lesión solo incompleta sensitiva, se tornó en incompleta motora. Cuenta su madre que Ana aprendió a andar dos veces y las dos en Toledo. La primera vez que aprendíó a andar, vivía en Toledo con su familia porque a su padre lo trasladó el Banco a Toledo. El destino quiso que volviera a aprender a andar en Toledo
Ana Mª en el lokomat. Foto J. Carlos Monroy |
Como diría Philippe Pozzo (Intocable) : "Dos vidas por el precio de una"
Ana se encontraba cursando 4º Curso de Psicología. tenía pareja, pareja que se rompió.
Retomó la carrera tras el alta y encontró nueva pareja. Fue seleccionada para un puesto de Directora de una Residencia de ancianos donde trabaja actualmente.
Me suele visitar cuando viene a revisión y el año pasado me llamó para comentarme que estaba embarazada. El 26 de Junio de 2012 nace su hijo Miguel al que he tenido la oportunidad de ver con casi un año el pasado mes de Junio aprovechando la Revisión de Ana.
La vida le sonríe. Quien sabe si las cosas le hubieran ido tan bien de no haber contraído la lesión. Todos los cambios no son a peor como la gente piensa.
Gracias Ana por esa sencillez que te caracteriza y por esa sonrisa que ha heredado Miguel.
Miguel |
Maternidad |
Me quedo pensando en lo que escribes, y muchas veces nos cuestionamos, o cuando menos yo lo hago, sin entender que como dice un amigo, que todo trae un "bueno", y de pronto imagino la sonrisa de Miguel, si que entre todo hay grandes rayos luz o milagros, pero a veces no los vemos. Un fuerte abrazo a todos
ResponderEliminarPues estoy de acuerdo con tu amigo, María. Tarde o temprano todo trae un "bueno". Sólo hay que permanecer alerta porque en algunos casos es difícil dejarle la puerta abierta. En otros entra sin pedir permiso.
ResponderEliminarEstoy deseando que Ana vea el Post pues aún no he podido avisarle pero he hablado con su madre. Quién le iba a decir a ella que su hija iba a sr tan feliz después del accidente.
ResponderEliminarRespecto a Ana, dice su madre que íntená disfrutar del niño todo lo que puede. Un tesoro que la llena de vida.
Gracias María y a ver cuando puedo colgar las fotos de Miguel para que lo veáis.
"Sin pedir permiso" es, verdad. Las cosas que nos suceden, las buenas y las malas, llegan sin pedir permiso. Disfrutemos de las buenas todo lo que podamos. Gracias
ResponderEliminarPor lo que te oído contar es frecuente que las lesionadas medulares sean abandonadas por sus parejas, viéndose aparentemente afectadas por una doble desgracia.
ResponderEliminarComo varón no puedo menos que sentirme avergonzado por lo que significa esta cobardía. Hace falta ser una verdadera alimaña para abandonar a tu compañera en semejante trance.
El caso que cuentas hoy la forma de rehacer la vida de esta chica, con la recompensa de la maternidad, hace pensar que existe una cierta forma de justicia superior al comportamiento humano.
Me gustaría, que a través de mi comentario, le llegara la solidaridad de un hombre viejo que aún sigue creyendo en la fidelidad.
Creo que no me corresponde juzgar el comportamiento humano porque no se de qué sería yo capaz si me ponen a prueba.
ResponderEliminarEs verdad, Felipe, que me has oído decir que las mujeres, en general, salen menos favorecidas tras la lesión medular en lo que a mantener la pareja se refiere aunque tampoco me gustan las generalizaciones y tenemos chicas en el Hospital, cada vez más, a quiénes sus parejas le siguen apoyando y mucho.
La vida le sonrió y mucho : Amor, Salud y Trabajo que tal y como está el panorama es muy afortunada. Ana se lo merece.
Le va a gustar a Ana esa actitud tuya tan empática y esa solidaridad de la que hablas aunque yo daría un giro a la frase y sustituiría el adjetivo "viejo" por "maduro".
Gracias por tu solidaridad.
Ana, una mujer con un par...
ResponderEliminarLa lesión no tiene por qué romper tu vida, solo cambiarla como miles de cosas lo hacen. Un simple cambio de trabajo... y nuestra vida se revoluciona, pero sigue, con momentos diferentes, pero sigue y hay que seguir disfrutándola cada minuto...
No entiendo a las muchas parejas (hombres o mujeres) que tras la lesión salen como el correcaminos, no solo el lesionado tiene que afrontar la lesión sino además la pérdida de su amor; yo me pregunto ¿sería AMOR? lo dudo, cuando se quiere a alguien de verdad, no creo que importe su estado físico, en silla o sin ella, el AMOR va más allá de las fronteras físicas, si es verdadero (pero... hay tantos casos, jóvenes y no tan jóvenes...)
Ana, estoy contigo, sigue luchando y disfruta del pequeño, el verá que su madre es la más especial del mundo, porque... ERES SU MADRE
Besos calurosos
Está tan bien expresado, que no tengo nada más que añdir.
ResponderEliminar¡Mi enhorabuena, Ramona! : me alegro por tu felicidad, pareja y embarazo.
ResponderEliminarTe recomiendo una página web que creó una expaciente nuestra, Fabiloa, que se lllam "mamis sobre ruedas, donde te puedes apoyar durante tu embarazo y compartir las experiencias.