Portada nº 29 Revista Infomédula |
El t´tulo y la foto que encabezan la Entrada corresponden a último número de la Revista Infomédula. el nº 29 , un especial a propósito del 40º Aniversario de la inauguración del Hospital Nacional de Parapléjicos.
Esta mañana me hice con unos cuantos ejemplares. A pesar de que el papel va quedando en desuso, yo le tengo un especial cariño y, al igual que los libros, me gusta acariciarlo. Quien no lo sepa es probable que no se de cuenta de que las imágenes que están tras las letras de la Portada son las fotos de todos los que trabajamos en el Hospital. Creo que es cierto eso de que somos un Gran Equipo y como miembro del mismo me siento orgullosa. Asimismo, creo que el Hospital Nacional de Parapléjicos es un Gran Hospital en el sentido de la calidad de los cuidados que presta y de su Misión : La atención integral al lesionado medular.
Sin embargo, es un Hospital más pequeño que la mayoría de los hospitales y más familiar y cercano. Cada día, cuando realizo las Entrevistas de Acogida Familiar, me queda constancia del mimo y cuidado con el tratamos a los recién llegados a juzgar por las primeras impresiones de los familiares, familiares que agradecen mucho que minimicemos el estrés generado por la enfermedad-lesión y por el traslado e impacto a la llegada.
Animo desde esta ventana a todos los profesionales a no perder el interés, motivación e ilusión en el trabajo y a seguir desempañando nuestras funciones dando lo mejor de nosotros tanto a nivel profesional como personal. Vivir en contacto con el sufrimiento humano y con pérdidas de esta magnitud, nos enseña a saborear más cada instante, a disfrutar de las pequeñas cosas y a no dispersarnos en problemas que no lo son y centrarnos en lo que de verdad importa.
La belleza de la vida reside en los ojos que la contemplan. Si esos ojos son capaces de convertirse en vidrio, para que otros puedan apreciar a través de ellos esa belleza que hasta entonces no supieron apreciar, el privilegio se convierte en un don.
ResponderEliminarPara descubrir la belleza a veces es necesaria una mirada oblicua, capaz de ver un futuro diferente, lleno de información, de afecto y de esperanza. Saber transmitir a los pacientes esa información, es convertirse en un enorme ventanal con vistas al mar o a la mejor de las montañas. Mantener el cristal sin veladuras ni suciedad, estoy segura que precisa de gran esfuerzo. Por eso, me sumo a tu petición, Mª Ángeles. Que no decaiga la vocación, la ilusión y el buen hacer que hace de vuestro hospital un lugar puntero en lo tecnológico y lo humano. Que lo convierte en un inmenso mirador donde, incluso, el cristal se diluye dejando entrar el olor a sal, a lluvia, a vida. Que transforma a los enfermos en soldados dispuestos a recuperar las riendas de sus vidas.
Mis felicitaciones a los profesionales. Mi ruego a que sigan al pie del cañón y mis besos. Para ellos y para los que cada día se asoman a esta ventana en particular.
¿Cómo se va a desmotivar uno con personas como tu?. Sois quienes nos impulsáis a seguir adelante. No quiero añadir nada más porque estropearía tu literario y brillante comentario. Mil gracias, Betty. Prometo seguir ilusionada y dando lo mejor a los lesionados y sus familiares para hacerles más llevadero el proceso rehabilitador.
ResponderEliminarNo puedo dejar de sumarme al elogio, ampliamente merecido, que hace Betty de la labor de los profesionales de ese hospital. He vivido de cerca vuestra labor y nunca dejaré de estar agradecido por vuestro esfuerzo, que ha permitido evolucionar a mi hija, desde un estado casi vegetal, hasta convertirse en una persona que, a pesar de las secuelas de su enfermedad, mira a la vida de frente y trata de seguir con ilusión.
ResponderEliminarSólo quiero recomendaros, por vuestro bien y por el prestigio del hospital,que tratéis de apartar de ese grupo tan vocacional y entregado a los escasísimos enanos mentales que utilizan la vulnerabilidad de las enfermas, causándoles verdaderos traumas con sus impertinencias.
Un abrazo para todos lo que colaboran en la recuperación de los enfermos y mi reprobación para los que la obstaculizan.
Espero que se puedan subsanar esos terribles déficits. Recuerdo que un celador decía que una taza de leche es buena hasta que cae en ella una mosca y lo fastidia. Pues bien, evitemos que esos "moscones" enturbien el buen hacer.
ResponderEliminarGracias siempre por tu incondicional seguimiento y gratitud, Felipe.