Hippocampus o caballito de mar |
Todos somos fuertes y capaces a pesar de que nuestro exterior aparente la delicadeza de un caballito de mar
El título que da pie a esta Entrada lo he tomado prestado de una película y a prpósuito del artículo que cuto más abajo https://www.youtube.com/watch?v=gOun0Upa3dk
Hoy voy voy a hablar de este otro aspecto de la mente y de un área muy especial del cerebro que está estrechamente ligada a nuestras emociones como es el sistema límbico. Dejo este enlace que me ha pasado una, más que paciente, amiga, Isabel Segura y que pensó que sería muy adecuado para este blog. http://lamenteesmaravillosa.com/el-hipocampo-estructura-de-la-resiliencia
El hipocampo y la resiliencia Seguro que algunos dirán que es extraña esta relación entre el hipocampo, una de nuestras estructuras cerebrales y a cuento de qué hablo de ello. Si nos dejamos guiar por algunos estudios y algunos de sus hallazgos sería bueno que enfocáramos las adversidades del mejor modo. Copio aquí literalmente : "Si aprendemos a gestionar nuestras emociones, si logramos conseguir apoyo y orientar nuestras vidas adecuadamente aprendiendo de la adversidad, el hipocampo se mantiene fuerte y bien desarrollado. Es él quien sufre, es él quien aprende, quien siente felicidad y desgracia...Él es nuestro músculo cerebral que ejercitar para desarrollar nuestra resiliencia".
Se pueda demostrar científicamente esta relación o no, en cualquier caso, creo que aprender a gestionar nuestra emociones es y crecer de la adversidad es algo que beneficia más que perjudica y que ayuda a ser más feliz y resta carga a la dependencia en tanto en cuanto, hace la vida más fácil a los familiares de las personas afectadas por lesiones o enfermedades.
Aquí se podría aplicar : "Si tu estás bien, yo estoy bien"
Buen consejo, Mª ángeles. En casa suelo decir que dramatizamos cuando sacamos las cosas de quicio. Quien no ha tenido la sensación de perder el control, al hacer un simple comentario, las cosas se enredan y se produce un follón terrible. Pues en general, con los disgustos y las tragedias, con palabras que nos molestan terminamos haciendo igual. Después de pensar en ello durante años, intentando entender porqué ocurre esto, llegué a la conclusión de que sobrevaloramos lo malo, influenciados a menudo por nuestro estado de ánimo. Si uno consigue entrenar al cerebro y mantener la calma, descubre con satisfacción que los momentos malos, a veces no lo son tanto. Son menos numerosos y de menor intensidad, con lo que los buenos momentos ganan por mayoría. ¿Ser feliz no consiste precisamente en eso? Si uno lo piensa bien, la felicidad es una colección de buenos momentos, de instantes especiales de recuerdos inolvidables que no existirían si no tuviéramos con qué compararlos (Con otros no tan buenos).
ResponderEliminarMillones de besos.
¡Cuánto valoro que comentes, Betty, sabiendo lo cargada de trabajo que estás!.
ResponderEliminarYa tienes mucho camino recorrido por haber elegido uno e los caminos más sencillos que llevan a la felicidad!
¡Buenas noches, buenos sueños, buen amanecer!
Buenos días!
ResponderEliminarAun con fiebre y sin voz… voy a decir algo
“RESILIENCIA” bonita palabra, que algunos hemos aprendido no hace mucho tiempo, y tampoco sabemos quién gestiona esta historia, lo cierto es que es importante, ante la adversidad, ser RESILIENTES…
Después de una temporada adversa, ¡uno aprende tanto!, la vida se transforma y somos capaces de poner calma en nuestros días, disfrutando más que antes de las pequeñas cosas y pequeños momentos que suceden en la vida diaria. En particular, mi incorporación al trabajo después de lo sucedido, fue y es bueno, no me afectan del mismo modo las estupideces diarias, he reaprendido a relativizar mucho más, para mí lo importante de mi profesión son las personitas que tengo en clase, a las que intento enseñarles algo más que lo meramente académico, más ahora después de la aventura toledana…
Es curioso ver cómo algunos de mis compañeros montan en cólera por cualquier cosa y yo no, vivo las situaciones tensas con más calma, lo que no quiere decir que cuando hay que enfadarse uno se enfada, pero de forma tranquila, sin histeria…
Creo que debemos rehabilitar nuestros hipocampos para que sean fuertes y capaces de guiar nuestras emociones por el camino adecuado
Besos y achuchones para todos
No estaría mal enseñar resiliencia en los Coles, Institutos y Universidades lo que redundaría en un beneficio para los educandos.
ResponderEliminarBesos para tí también.
Tomaré el tema de enfermedades varias, saben mi mamá tiene diabetes y actualmente el tener el nivel de azúcar alto ocasiona que se sienta mal, tiene hormigueos en las piernas, dolor de cabeza, depresión continua entre otras cosas. Pero creo que el principal problema es que no hace lo que le dicen que haga, no hace dieta, no quiere hacer ejercicio, no se checa la sangre cuando debe, entre otras cosas, entonces solo se queja de que se siente mal.
ResponderEliminarCreo que sería muy bueno que vendieran un chip con la resiliencia integrada, pero creo que aún no lo venden, entonces, la pregunta es ¿cómo podemos aprender a ser resilientes?
Adry
Buena pregunta, Adry. Llama la atención que se pensó que muchos de los niños judíos que sobrevivieron al exterminio o muchos de los niños maltratados serían infelices. Nuestra sorpresa es que no sólo sobrevivieron sino que de entre ellos renacieron los padres de la Resiliencia como Boris Cyrulnic )te paso un enlace a través del correo)
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