El Transcurso del tiempo
Van pasando los segundos, los minutos, las horas, de aquel momento.
En un principio, poco significante, un pequeño revés, que cualquiera puede tener; fue una caída, estando de pie y a dar un paso y una extremidad no acompañó y seguidamente el cuerpo quiso seguir y al no haber un acuerdo entre ambos todo se precipitó al suelo.
En su camino, todos los miembros intentaron comunicar, unos firmes, otros más despistados y ese despiste, los llevó a todos ellos, hacia un destino no muy lejano (EL SUELO).
Una vez allí, pasados unos momentos de gran incertidumbre, volvieron a intentar, volver a comunicarse.
Debía ser hora punta.
Donde hubo comunicación, todos al unísono, se decían, venga, con fuerza todos a la vez, pero parecía que esos estímulos eran débiles y no podían surcar ese camino, tan abrupto y aparentemente cortado.
Las neuronas del cerebro no cesaron en enviar estímulos, se iban agrupando y con el trascurso, de un poquirriquitín de tiempo.
Pareció un espasmo muscular, pero enseguida se volvió a repetir, fue un gran despertar.
Poco a poco, se fueron uniendo conexiones y del no haber al hay es un gran haber.
No todo a veces se normaliza, pero si más de lo que uno piensa se llega a volver hacer.
Sea con tú ayuda, con la ayuda de alguien, algo…, todo ello junto, bienvenido sea.
El no cesar en el empeño, con fuerza, con pocas o muchas ganas y una inmensa ilusión, depara más avances de los que uno puede pensar.
A veces parece que.......
Manuel Penalva Melero 9 de Noviembre 2017
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