martes, 20 de marzo de 2018

Hablemos de sexo : Sin reglas



"No dejamos de ser seres sexuales, el deseo puede transformarse pero no desaparece, buscamos un sexo unido a la complicidad, al compañerismo, al afecto."

La publicación que encabeza la entrada, "Sin reglas" de Anna Freixas me da pie para introducir el tema de la sexualidad fuera de los estereotipos al uso. Un tema que interesa no solo a las personas con lesión medular sino a toda la población en su conjunto.

Cuando Freixas hace referencia a «desarrollar la sexualidad», se refiere a superar la limitación que supone concebir el sexo como mera genitalidad. En Sin reglas, se recogen ejemplos de mujeres que demuestran que la sexualidad es variada y mutable con el tiempo. En otras palabras que no tiene que ser necesariamente heterosexual durante toda la vida ni, por supuesto, centrada en el coito.
«La sexualidad en la sociedad actual es un sistema dual cuando, en realidad, la sexualidad es muy plástica y variada, que puede ir del cero al infinito. En el libro cito un libro, que también es película, titulado "Nosotros en la noche" de Kent Haruf . En él, una mujer mayor le propone a su vecino pasar la noche con ella. Pero no se refiere a tener una relación coital, sino a mantener una conversación, sentir el calor del otro, que también son formas de sexualidad. Por ello, los varones tienen que replantearse la sexualidad como la han entendido hasta ahora».
El problema es que hasta los estamentos científicos conciben la sexualidad desde un punto de vista masculino. Freixas cita en Sin reglas cómo un laboratorio decidió crear medicamento equivalente a Viagra para mujeres, convencidos de que, después del éxito de la pastilla azul entre los varones, una píldora semejante para las mujeres sería un estupendo negocio.
Sin embargo, meses después de comenzados los estudios, los científicos se dieron cuenta que los resultados no eran satisfactorios. La razón era tan sencilla como que la premisa de la que partían era errónea: las mujeres maduras no tienen una disfunción física que les impida tener relaciones sexuales. Si lo que se pretende es aumentar su deseo, un medicamento vasodilatador no era la solución.
La transformación de la sexualidad en edades maduras pasa por un cambio en las mujeres, desde luego, pero también en el hombre. Cuando ellos pasen de una sexualidad más genital a una más sensual, más epidérmica, se darán cuenta de que eso es más enriquecedor. A pesar de ello, muchos hombres buscan relaciones con mujeres más jóvenes solo porque piensan que así su sexualidad se va a estimular cuando, en realidad, lo que hacen es abundar en una forma de sexualidad insatisfactoria para él».
Isabel Allende también nos habla de la importancia de desarrollar otros sentidos, como el de la audición
“Para las mujeres el mejor afrodisíaco son las palabras. El punto G está en los oídos; el que busque más abajo está perdiendo el tiempo”.

2 comentarios:

  1. Me quedo con las palabras de Isabel Allende, escritora que me encanta.

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  2. A mí también, Mila, me ha parecido una frase muy inteligente y acertada la de Isabel Allende.

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