Cuento nº 13 "Un hospital antisoledad"
Por uno de esos hechos casuales, a mi hijo Miguel le fue a coincidir su mayoría de edad, con asumir de manera efectiva la responsabilidad de tomar sus propias decisiones, vivir solo, incluso cuidar de sí mismo, al tener que desplazarse a otra ciudad por motivo de estudios.
La primera vez que fuimos a verlo, me sorprendió cuando al entrar en el piso me dijo:"He comprado unos peces de colores". Un pequeño detalle, muy importante como recurso para afrontar la "soledad" que le provocaba su nueva situación.
Me hizo recordar el tiempo que estuve ingresado en el HNP de Toledo, tras un cambio repentino en tu modo de vida, eres más propenso a sufrir ese tipo de soledad, como de vacío interior, de tiempo pasado perdido y malogrado.
Sin embargo, es todo lo contrario, si por algo se caracteriza este hospital, es por formar una comunidad familiar y entrañable. Se establecen relaciones con el personal de amistad y empatía , no eres un paciente anónimo, incluso los familiares forman parte activa como acompañantes, cuidadores.
Diríamos un hospital anti-soledad.
Este entorno es muy propicio en la rehabilitación psicológica, pienso que es uno de los aspectos más importantes del hospital.
Mariano Rivera Calera y Chozas (Toledo), 30 de Octubre 2019
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