Relación de ganadores.
Nació en julio y crecía rápido, sus plumas y sus alas cada día más fuertes y bonitas.
Aprendió pronto a volar porque era inquieta y rebelde. Amaba el sol y le ponían triste los días lluviosos.
Le protegía mamá pero poco a poco dejó de escuchar esos consejos que le impedían volar libre y que no conseguía entender bien.
Comenzó a moverse sola por lugares peligrosos, con vientos fuertes que complicaban sus vuelos. Se magullaba a menudo contra árboles y edificios, sus alas se dañaban y no se ocupaba de repararlas, era fuerte y podía seguir volando.
Pero empezaron a agobiarle las mismas rutas, las que recordaban el dolor de cada golpe. Decidió irse lejos, cerca del mar, era un gorrión con alma de gaviota.
No imaginaba que el golpe allí iba a ser tan fuerte, sus alas se quebraron para siempre.
Tuvo que regresar, junto a los suyos el sufrimiento sería menor. Supo que no podría volver a volar, pero también descubrió que con el agua de esa lluvia que nunca le había gustado, podía limpiar las heridas, las nuevas y las que habían cerrado en falso y aún supuraban pus.
Empezaron a formarse cicatrices, algunas muy visibles pero tan bien curadas y tan fuertes que parecían dibujadas, como tatuajes.
Cierto día, un joven recibió la visita de un misterioso mensajero proponiéndole dos posibles soluciones a los problemas: debería elegir entre formar parte de un “comité de expertos” que buscarían la salvación del mundo de manera equitativa o aceptar una cajita que contenía unas gafas.
-Cada vez que te las pongas, alguien, en algún lugar del mundo morirá por el virus -le dijo al joven-. A cambio recibirás 60.000 euros.
Tras varios días de dilema moral, decidió apostar por él. Esas gafas le ayudarían a cumplir proyectos, sueños y ambiciones… Además, así ayudaría a muchos a terminar con su desgraciada vida. Viajes, mansiones, lujos…. ¡Se sentía afortunado y poderoso!
Una mañana despertó con un inmenso dolor de cabeza, tos, pérdida de olfato y gusto, empeorando rápidamente.
Golpeó las gafas tratando de romperlas en un intento desesperado de dar marcha atrás, pero era demasiado tarde. Alguien, en algún lugar del mundo, había decidido aceptar unas gafas que impedían ver más allá de uno mismo.
Tina Ruiz Don Benito (Badajoz), 1 de Noviembre de 2020
Enhorabuena
ResponderEliminarMi más sincera enhorabuena a Mamen y su intrépida gorrión. A Sonia y su valiente hermana guerrera. A Tina y su arrepentido protagonista.
ResponderEliminarSon tres bellos relatos, muy diferentes y con interesantes reflexiones que comparto.
Un saludo y disfrutad del momento.
Javier Lázaro
Gracias, Mila, por tu gratitud y por tu participación en el Certamen. De algún modo, todos vuestros relatos han ganado para mí. Son magníficos y muy intuitivos
ResponderEliminar¡Qué estupenda manera de resumir los cuentos ganadores, Javier!.
ResponderEliminarTe digo, como a Mila, gracias por tu gratitud y participación en el Certamen. Seguro que te han llegado al corazón los comentarios que te hicieron a tus cuentos.
Para mí son estupendos los treinta relatos presentados y no tengo palabras para agradecer vuestra desinteresada colaboración.
¡Ah! También veo que cada año algún colaborador descubre que tiene vena de escritor.
Enhorabuena a los ganadores y a todos los participantes, espero que se sientan tan orgullosos y satisfechos como yo de lo que han escrito y de las emociones que han hecho sentir a los demás con sus cuentos.
ResponderEliminarY gracias Mª Ángeles, por otro año más convocar el concurso
Gracias, Nuria, por haber enriquecido el Certamen con la aportación de tres bellos relatos y por tu comprensión y gratitud. Espero que en la próxima tengas tu merecido reconocimiento.
ResponderEliminarNo dejes de escribir. Me alegra haberte descubierto esa faceta que tenías oculta. Un abrazo.
Quiero dejar colgados los comentarios que me han hecho algunos participantes a través del correo electrónico
ResponderEliminarVicente López
El año que viene, más.
Ignacio Pérez de Vargas
Mi felicitación a los ganadores, por sus fantásticos relatos.
Mi premio ya lo he obtenido recuperando parte de la movilidad corporal y conservando mis facultades intelectuales y emocionales, que me permiten realizar la mayoría de las actividades de mi vida anterior a la lesión medular, y por supuesto, seguir disfrutando de cada atardecer, que representa el final de un día vivido con intensidad, y como no, la ilusión de un nuevo amanecer.
Una vez más, mi agradecimiento a todo el personal sanitario del HNP de Toledo, por lo que he recibido de vosotros, que me ha permitido, entre otras muchas cosas, la posibilidad de participar en el certamen de cuentos, con ello ya he obtenido un valioso premio.
Un abrazo
Aurelio Fuertes
Lo importante era participar
Mariano Rivera
"Yo participo como creo todos nosotros, con ánimo de exponer siempre nuestras experiencias vividas, y ya se ha convertido en una ilusión, al llegar el mes de octubre crear algún relato para el concurso de cuentos, ya es en un clásico. Dar la enhorabuena a los ganadores y estaremos esperando la próxima edición."
Gracias a todos de nuevo.