Cuento nº 6 "Si sonríes a la lluvia, el sol saldrá para sonreír contigo"
Nació en julio y crecía rápido, sus plumas y sus alas cada día más fuertes y bonitas.
Aprendió pronto a volar porque era inquieta y rebelde. Amaba el sol y le ponían triste los días lluviosos.
Le protegía mamá pero poco a poco dejó de escuchar esos consejos que le impedían volar libre y que no conseguía entender bien.
Comenzó a moverse sola por lugares peligrosos, con vientos fuertes que complicaban sus vuelos. Se magullaba a menudo contra árboles y edificios, sus alas se dañaban y no se ocupaba de repararlas, era fuerte y podía seguir volando.
Pero empezaron a agobiarle las mismas rutas, las que recordaban el dolor de cada golpe. Decidió irse lejos, cerca del mar, era un gorrión con alma de gaviota.
No imaginaba que el golpe allí iba a ser tan fuerte, sus alas se quebraron para siempre.
Tuvo que regresar, junto a los suyos el sufrimiento sería menor. Supo que no podría volver a volar, pero también descubrió que con el agua de esa lluvia que nunca le había gustado, podía limpiar las heridas, las nuevas y las que habían cerrado en falso y aún supuraban pus.
Empezaron a formarse cicatrices, algunas muy visibles pero tan bien curadas y tan fuertes que parecían dibujadas, como tatuajes.
Mi voto para este relato, número 6. Bien contado y bonita metáfora.
ResponderEliminarMi voto para el relato número 6.Original y cargado de mensajes
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