Relato nº 2 "Primavera"
Me dices que llevas años esperando que la primavera llegue a tu vida. Que tu verano fue largo y caluroso. Que luego llegó el otoño y llorabas y llorabas sin saber bien por qué. Después vino el invierno, frío. El dolor se agudizó, tanto que se llevó hasta las ganas de lamentarte, te dejó sin lágrimas. Y me preguntas ¿cuándo llegará mi primavera?
Mi respuesta, amigo, ya la hemos hablado más de una vez tu y yo. Ambos conocemos a personas que creyeron que encontrarían su primavera en el dinero, en casas grandes y bonitas. Otras, en el éxito profesional. Y también a quien, lo que más deseaba, era una familia. Lo consiguieron y, sin embargo, siguen esperando su primavera. Yo te digo que mires a tu alrededor, limpies y des una mano de barniz a lo que te guste y que te desprendas de lo demás. No pienses en dar una segunda oportunidad a lo que no te conmueve, a quien te hace padecer. La primavera está en lo que te estremece, en lo que te hace reír, en quién te escucha y te agarra la mano para caminar juntos el sendero de baldosas amarillas que llega hasta Oz.
Encontré estos párrafos en lo que parece una carta, sin remite ni destino, entre un montón de papeles viejos en el trastero de mi casa. Serán sobre las seis de la tarde. Es sábado y veo a través de la ventana que algo está pasando ahí afuera; hay una luz brillante y amarilla, maravillosa. El cielo, impresiona, se está volviendo gris plomo. La temperatura es realmente agradable. Empieza a oler a tierra mojada. No hay duda, la primavera ya está aquí. Y a Dios pongo por testigo -como dijo la señorita O’Hara- de que nunca la dejaré marchar porque, esta es mi primavera.
Sol Villanueva Toledo, 3 de Abril de 2021
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