Cuando se produce una lesión medular no sólo el paciente sino también la familia se ven involucrados en el proceso rehabilitador.
Dado que la lesión medular se presenta de forma imprevisible y cambia la vida "en un segundo", el sistema familiar se enfrenta a un trauma de tal magnitud, que puede que el paciente tenga que hacer frente a la desestructuración familiar, la pérdida temporal o definitiva de empleo, el "abandono" temporal de otros familiares (hijos o personas mayores), que quedan, según los casos, al cuidado de otros familiares o personas allegadas o "institutcionalizados de urgencia" como es el caso de los mayores. Esto sucede, especialmente, cuando la distancia de nuestro Hospital a la CCAA de origen no permite simultanear el apoyo a dos frentes (paciente y familia).
Se asiste a un cambio de roles inicialmente de manera provisional y, en algunos casos definitiva, al alta. En muchos casos el lesionado no puede seguir desempeñando la misma función y tiene que cambiar su rol con la consiguiente pérdida de identidad y, en ocasiones, de indefensión e inutilidad.
Además, muchos de los pacientes, al requerir asistencia para prácticamente todas las actividades de la vida diaria (AVD), si tiene pareja, ésta pasa a desempeñar el rol de asistente personal o "cuidador/a" corriendo el riesgo de perder el rol de pareja.
En otros casos, es un hermano/hijo el que se hace cargo de la casa desempeñando el rol de madre/padre bien cuando el paciente perdió a uno de los dos progenitores o cuando quedó tetrapléjica la madre.
Respecto a los hijos, es importante que el lesionado siga ejerciendo su rol de madre/padre independientemente del grado de autonomía física que le quede dado que la "silla" no quita autoridad ni capacidad de gestión a pesar de que muchos pacientes se muestran más inseguros y atribuyan todos los "males" y conflictos familiares de los hijos (especialmente en la adolescencia) a la silla.
Cuando los padres están ausentes del hogar debido a la lesión y al largo proceso rehabilitador, cuesta tomar de nuevo las riendas y educar.
En mi familia antes yo era el que llevaba las bolsas de la compra, llenaba el maletero, subía y bajaba los muebles, hacía el bricolaje típico de los maridos que les gusta de vez en cuando colgar cuadros y esas cosas. Cortar el césped, el seto y algunas cosas más. Pero siempre apurado para todo.
ResponderEliminarNo solo por mi lesión sino que también porque mi casa no está adaptada, estoy en la acera de enfrente. Mirando a mi pobre y patosa Clau intentando emularme. Y yo a ella. Me asignó la administración de papelería hogareña. Entonces le toca a ella observar mi profunda desorganización. Nos reímos, por supuesto. Es lo mejor que se puede hacer en estos casos.
Supongo que como lo expresas con buen tono y humor, tu Clau no se enfadará porque la llames "patosa". Ese "nos reímos por supuesto" es el mejor modo de abordarlo y el estar abierto a hacer una Máster avanzado en tareas antes nunca manejadas para ambos.
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