miércoles, 18 de abril de 2012

Los otros sentidos

Centrarse en las pérdidas no es una estrategia muy adaptativa. Ya he comentado en diferentes entradas del blog que el sentimiento de injusticia, la vivencia de la lesión como un castigo y la rumiación son reacciones frecuentes entre las personas que sufren una l.m. y su familia.

Aprovechar y valorar lo que queda y potenciarlo sacándole el máximo provecho es una estrategia más inteligente. Precisamente, me comentaba hace días un paciente que esa era su postura y que la protesta era estéril y no permitía avanzar, asumir y vivir con lo que queda : "Todavía me quedan los otros sentidos", decía, a los que sacar partido.

Ya decía Aristóteles : "Nada hay en mí intelecto que no hay pasado por mis sentidos" (Metafísica) y Thomas Hobbes :"no existe ninguna concepción en el intelecto humano que no haya sido percibida totalmente o en parte por los órganos de los sentidos" (Leviatán).

Si entendemos que no hay una sola inteligencia, sino múltiples, en cada individuo, ateníendonos a los postulados de Gardner, el panorama que se presenta no es tan desolador como inicialmente parece.
Gardner identifica siete inteligencias y señala que todos desarrollamos un conjunto de habilidades denominado inteligencia y definido como la capacidad de resolver problemas y elaborar productos significativos en una ambiente cultural determinado que adopta una combinación singular en cada sujeto. Además, Gardner, introdujo aún una octava inteligencia existencial

Asimismo, Zohar y Marshall utilizaron el término "inteligencia espiritual" que complementa la inteligencia emocional y la lógico-racional y que faculta para afrontar y trascender el sufrimiento y el dolor y para crear valores.

Si la l.m. se adquiere en la edad adulta, el lesionado ya ha podido hacer uso de la inteligencia en toda su magnitud y potenciar los sentidos en toda su extensión.

Es probable que, al igual que cuando las personas pierden la visión, el l.m. potencie otras áreas cerebrales en compensación con las que ya no funcionan a consecuencia de la lesión. Esto creo que está siendo objeto de una línea de investigación.

De todas maneras, independientemente de los mecanismos neurofisiológicos implicados, dada la plasticidad que tienen la mayoría de los lesionados medulares, si se saben explotar las capacidades y recursos no utilizados hasta ese momento, será más fácil afrontar las pérdidas y SEGUIR BIENVIVIENDO.

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