A pesar de que el tema de la Información se ha tratado, indirectamente, en otras entradas (ver "No quiero saber" (I) o "No quiero saber (II) : Esconder la cabeza como el avestruz"), me han sugerido que lo aborde más directamente y dado que el tema me parece lo suficientemente relevante, le dedicaré esta entrada.
La comunicación relativa a las pérdidas que se contraen tras la lesión medular, entraría dentro de lo que viene llamándose la "Comunicación de Malas Noticias" debido al impacto de las secuelas derivadas de la misma.
La mayoría de los profesionales (Facultativos Especialistas en diferentes áreas como son la Neurocirujía, Neurología o Traumatología), no están preparados ni formados en el ámbito de la comunicación debido al déficit de formación en este campo en las Facultades de Medicina del territorio nacional. Si a esto le sumamos una "Medicina Defensiva" y poco humanista, el resultado es un modelo de comunicación en el que no se tienen en cuenta los mínimos para comunicar noticias de un impacto tan relevante.
Se está considerando cada vez más la importancia del buen comunicar ya que se está formando a profesionales en este campo con la finalidad de que se tengan en cuenta factores como : el estilo comunicativo, el lugar donde se comunica, el momento de la comunicación (no es necesario decirlo todo "mal y de golpe") y la persona a la que va dirigida el mensaje (nivel sociocultural, entre otros) para adecuar el lenguaje a emplear.
La comunicación es un proceso en el que la empatía juega un papel muy importante. Así, "ponerse en el lugar del otro" y pensar en cómo nos gustaría que a nosotros nos dieran la noticia, sitúa ya al profesional en un plano más humano que agradecen pacientes y familiares y minimiza los riesgos de una descompensación.
No hay que olvidar que una mala noticia puede ir siempre acompañada de algo bueno y si a eso le sumamos el comunicarla empáticamente, mucho mejor.
La Información debe se un proceso dinámico tal y como se ha venido contemplando a nivel legislativo (Ley General de Sanidad, Ley de Autonomía del Paciente y del Derecho a la Información). Esta última Ley, no hay que olvidar, contempla, asimismo, el "derecho a no saber" por parte del paciente, algo con lo que nos encontramos frecuentemente en el caso que nos ocupa de la l.m.
Es difícil saber cuánto quiere conocer el paciente sobre el alcance de su lesión. Saber en qué momento psicológico del proceso se encuentra, facilitará la labor aunque esto solo se consigue si se ha establecido un buen "feeling" o canal de comunicación con el paciente.
De otra parte, nos encontramos con diferentes posturas ante la información por parte de los familiares del paciente, unas más protectoras que otras. Ayer, sin ir más lejos, en la Terapia Familiar, veíamos dos posturas opuestas : Una que consideraba que la ubicación del paciente en la lesión desde los primeros momentos es importante y otra que tendía a "ocultar" la información por miedo a que el paciente "se viniera abajo".
La Información es, probablemente, una de las tareas más difíciles de desempeñar debido a la de variables implicadas.
Creo que es importante que se le de información al paciente según vaya progresando, no se a ciencia cierta si a mi amigo le han dado información en tiempo y forma, o se le han dado alternativas o no se, lo único que se es que va al médico una vez al mes, chequeo de rutina, pero ignoro si le ha dado información. A veces creo que si pero las noticias no son buenas, o no son las que espera y eso lo desanima un poco. Creo que será una buena tarea de investigación!
ResponderEliminarAdry
Ya he comentado que la información debe adaptarse al proceso y al paciente. La ley de Autonomía del Paciente y del derecho a la Infoermación, ya comenté que contempla, también, el derecho a la no información.
ResponderEliminarEstar ubicado e informado contribuye a que no se hagan castillos en el aire y se creen falsas expectativas.
Dado que tu amigo ya salió del Hospital, debe saber todo lo que puede o no puede esperar y afrontar la realidad y "ponerse las pilas".
Creo que los médicos deberían conversar más con los pacientes y aprender a comunicarse. Los pacientes deben, asimismo, confiar en ellos, preguntar sus dudas, compartir sus miedos, entre otros.