miércoles, 13 de marzo de 2013

"La chica de los Kleenex"

En la mesa de mi consulta tengo una cajita de madera con paquetitos de pañuelos de un solo uso, coloquiialmente llamados Kleenex. Resulta paradójico que nuestra Administración nos cuestione la reposición de este material fungible tan necesario en nuestras consultas. Cuando nos quedamos sin ellos y hay que hacer una petición, hay que hacer la justificación del gasto. Esto me ha llevado a encargarme yo misma de la compra. ¿Es posible que alguien en su sano juicio cuestione este gasto de material?.

Solo siento el consumo de este producto por el sufrimiento que el mismo representa para el que sufre.

A una de las personas que me visitan semanalmente (paciente?, cliente?), la he bautizado con el nombre que da pie a esta Entrada : "La chica o mi chica de los kleenex". Dado el número de paquetitos que venía consumiendo, Sesión tras Sesión, ayer decidió traer los suyos propios para no hacer gasto ¿no es un gesto tierno y digno de gratitud?

Esta Entrada me da pie a hablar de las emociones así como de la variabilidad en el modo de expresión del sufrimiento de la espcie humana. Seguramente, todos conocemos personas que se quejan porque les cuesta llorar y lo pasan casi peor que los que lloran sin consuelo. Hay otras, en cambio, que tienen uan facilidad tremenda para soltar la lágrima, que dicen ser muy "lloronas" o sensibles. Otras, prefieren utilizar términos como "estar blandito/a" para denominar lo que, en lenguaje clínico, nosotros llamamos "labilidad emocional".

Hace poco cambiaba impresiones con la hija de un paciente. Definía a su madre, la esposa del paciente, como una persona muy fuerte  y muy práctica que solía decir : "Ahora no es tiempo de llorar sino de actuar". Es sabido que muchas personas consideran que de nada sirve llorar o que nada se arregla llorando.

Es sabido que a los hombres de una o dos generaciones anteriores a la actual, se los educó en el "sentir seco". Era muy habitual que se educaran y se mecieran con expresiones del tipo : "Los hombres no lloran" o llorar es de niñas". Esto, evidentemente, dio lugar a una generación "mutilada" a la hora de expresar emociones. Una generación  que hubo de endurecerse poniéndose una armadura, una generación, precisamente, que sufrió, si cabe, más que lo que está sufriendo la actual. Una generación que pasó una guerra en la que el que más y el que menos perdió algún ser querido. Una generación que pasó necesidades, más bien calamidades, hambre y frío. Paradójcamente, esas generaciones dieron salida a los duelos haciendo uso de un luto riguroso (vistíéndose de negro, cerrando las ventanas y puertas, apagando receptores como la radio o cerrando pianos donde los hubiese). Estas personas estaban "muertos en vida".

Actualmente, el luto "exterior"solo se usa en determinados contextos culturales o en el medio rural. Lamentablemente, otros, aunque no lleven luto por fuera, lo instalan en su vida de tal modo que no les permita avanzar ni seguir viviendo. Estas personas se quedan detenidas en la fase de protesta y el sentimiento de injusticia con rumiaciones nada saludables lo que les impide disfrutar de las pequeñas cosas que, a pesar del duelo, siguen estando ahí. Esta actitud no favorece nada al lesionado. Éste precisa no ser mirado con pena y conmiseración sino se animado a seguir viviendo. ¡Quién puede animar a otro si no está animada el mismo!

Algunas personas no se "quitan el luto o abandonan esta actitud" por miedo al qué dirán y ser criticados. la opinión de los demás pesa más que los propios intereses. Es un tema cultural y como tal requiere de alguna otra generación para cambiar el enfoque.

Creo que esta Entrada se complementa bien con el enlace que hay en el blog : "Las alas de la vida"  donde podemos ver un enfoque positivo de la enfermedad y el afrontamiento de la muerte.

11 comentarios:

  1. "La chica del jardín"13 de marzo de 2013, 10:08

    A mi me llamó la atención la "cajita" el primer día que entré en tu despacho, no sabía qué había dentro, cuando de pronto la abriste y me ofreciste un Kleenex, aluciné en colores, ¡Qué punto!

    Yo intento saber llorar cuando es necesario, pero me resulta más fácil reír, reírme hasta de mi misma y sobre todo ofrecer mi sonrisa a aquel que veo que lo necesita.

    Con mi chico es muy fácil, el también es muy risueño, aunque es ¡tan sensible! que también llora sin pudor, ¡qué suerte tengo! la generación ha cambiado y sabe transmitir y mostrar las emociones en privado y en público, los "hombres" si lloran, claro que deben llorar.

    Tuvimos un día "blandito" hace unas semanas, su padre y yo volvíamos en el coche, pero él no quería llorar, es de esa otra generación, miraba hacia afuera por la ventanilla para evitar que yo viera las lágrimas que se limpiaba de vez en cuando, fue un viaje duro...

    Pienso que hay que vivir cualquier emoción, es sano, más divertido es reír, pero a veces es muy necesario LLORAR

    Gracias por hacer que reflexionemos cada día, eres una GRAN "BLOGGUERA", aunque no se de cuantas horas tienen tus días, jajaja


    ResponderEliminar
  2. Este comentario da mucho juego. Lo primero pedir disculpas por el fallo "garrafal" al poner Cleenex en lugar de Kleenex que es lo corecto y gracias a tí ya lo he corregido (si se entera la marca comercial.........).

    Lo segundo : Cuando Julio Morales, uno de los Escritores (un día haré un Post sobre él) me propuso hacer el Blog y acepté, nunca pensé la que se me venía encima. Hay que decir que el es el primer sorprendido de esta devoción y dedicación mía al blog. ¿Blogguera?. Suena mal ¿verdad?

    Si es de utilidad, adelante con él.

    Estiro el tiempo como puedo pero siguen faltándome horas.

    Muy bien tus pntualizaciones que corroboran lo que yo contaba.

    No se si las nuevas generaciones saben expresar mejor las emociones, la verdad. Al menos espero que no se ven influídas por estereotipos ligados al género.

    Gracias siempre por tu seguimiento.

    ResponderEliminar
  3. (¿Error 503? Perdón si el comentario sale repetido.)

    Las chicas del blog, clínex o jardín. Frente al “seco sentir”, hace unos cinco siglos el caballero Garcilaso de la Vega ya hablaba del “dolorido sentir”.

    ResponderEliminar
  4. ¡Vaya Manuel! me has hecho retroceder en el tiempo, no tanto como cinco siglos pero sí unos cuantos-bastantes años a mi época de estudiante de lengua con la métrica a cuestas midiendo los versos de Garcilaso.

    ¡Qué profundidad, qué lenguaje! el de Garcilaso de la Vega.
    Realmente, creo que la lengua ha perdido riqueza. Deberíamos releer a los clásicos. Menos mal que te tenemos a tí para que nos enriquezcas. Todos los versos que nos traigas serán bien recibidos.

    ResponderEliminar
  5. ¿Quién iba a decirle a Garcilaso que su Soneto trascendería de tal modo que se colaría en un blog cinco siglos después?.

    ¡Estupendos Garcilaso y Manuel!!

    ResponderEliminar
  6. Falta muy poco para que se cumpla un año desde que Martita se fue, llevo pensando en ello varios dias, y por fin despues de casi un año, hace dos noches consegui soltar algunas lagrimas, a veces es dificil soltar o asimilar ... sobre todo con personas que nos han dado TANTO...
    Bss Belisa

    ResponderEliminar
  7. Ya que nos hemos puesto poéticos...

    Llorar ¿Por qué?

    ¿Llorar? ¿Por qué?

    Este es el libro de mi dolor: lágrima a lágrima lo formé; una vez hecho, te juro, por Cristo, que nunca más lloraré. ¿Llorar? ¿Por qué?

    Serán mis rimas como el rielar de una luz íntima, que dejaré en cada verso; pero llorar, ¡eso ya nunca! ¿Por quién? ¿Por qué?

    Serán un plácido florilegio un haz de notas que regaré y habrá una risa por cada arpegio, ¿Pero una lágrima? ¡Qué sacrilegio! Eso ya nunca. ¿Por quién? ¿Por qué?

    AMADO NERVO

    ResponderEliminar
  8. Belisa : Que Martita muriera hace que tú te sientas más viva. Ya verás que pronto hablaré de los que sois afortunados de tener dos vidas o vivir en dos vidas.

    Si tú te hubieras ido antes que Marta, ella sería la que estaría sufriendo o "llorando" ahora. Le has ahorrado el sufrimiento, míralo desde esa óptica y tal vez lo asumas mejor.

    ResponderEliminar
  9. Conozco poco de Amado Nervo y me alegro que lo compartas con nosotros. No estoy de acuerdo en su totalidad aunque entiendo con Rabindranat Tagore que "Si lloramos porque no hemos visto el sol, las lágrimas no nos dejarán ver las estrellas".

    Gracias Mac, de nuevo. Eres una caja de sorpresas.

    ResponderEliminar
  10. en las dos consultas de psicologos que he visitado estaban siempre una cajita de pañuelos en la mesa, al principio llama la atención, pero rapidamente descubres que más a mano no pueden estar, que pueden hacer falta.
    Respecto al tema emociones, yo soy de reirme mucho, (reconozco ser escandalosa y todo, jajaj) estar siempre con una sonrisa...
    Pero si tengo que llorar, lloro, porque no? yo creo que más que ser o no ser de reirse, yo soy de expresar mis estados de ánimo, soy más de estar feliz y tomarme las cosas con humor, pero reconozco no estar en mis mejores momentos, por lo que si lo que "toca" hoy es llorar, pues se llora, no puede uno estar aguantando emociones, eso luego siempre sale por algún sitio.
    S.

    ResponderEliminar
  11. Ya lo creo que paa factura el disimular y aguantar. Hay que favorecer dar rienda a las emociones pero sabiendo siempre lo que hacemos. Para muchas personas, llorar es un símbolo de debilidad.

    Gracias por enriquecer con tus aportaciones el Blog.

    ResponderEliminar