Vivir sin miedo
- Querida familia, gracias por el magnífico almuerzo, creo que voy a salir a la terraza a echar una pequeña cabezada.
Al salir cerró los ojos y pensó que había tenido una vida plena, vivido aventuras y desventuras, y había engendrado una extensa prole.
Se encontraba en la plenitud de su existencia y guardaba en la memoria solo los recuerdos más hermosos; cuando subía con el perro a las montañas, se bañaba en los ríos de agua helada, corría descalzo sin destino, bailaba hasta la madrugada y revivía la sensación del viento en su cara cuando la moto aceleraba.
También recordaba, cómo despertó de un largo sueño y aprendió a vivir sin miedo, a volar sobre peces de colores entre nubes transparentes, a escalar por arboles de vidrio cubiertos de hojas de papel, a pescar estrellas musicales en el fondo de los mares, abrazar.......las............ flores...........anim......... ...................
- ¡Abuelo despierta!
- ...... si, creo que estaba soñando.
- Vamos a ver cómo se zambullen las ranas en el viejo estanque?
- Vale.
- ¿Te puedo llevar?
- Si, cuidado con las piedras.
- No te preocupes, tú quita los frenos.
Jorge Rosillo, 25 de Octubre 2015
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