Ayer tuve de nuevo la ocasión de organizar una Sesión de Afrontamiento de las que siempre hablo y reflexiono en el blog tras su realización.
A ella le dedicaré otra Entrada mañana pero hoy no quiero dejar pasar la ocasión de invitar a la reflexión a raíz de una carta que he recibido.
El invitado de ayer, Miguel Letón, comentó en más de una ocasión durante el transcurso de la Sesión que cuando presento al candidato y hago una introducción al afrontamiento, dejo entrever que es fácil afrontar. El que yo ponga énfasis en el buen locus de control interno y buen afrontamiento de algunos lesionados, no quiere decir que me olvide de lo difícil que es afrontar una lesión medular y lo que cambia la vida del lesionado y de su entorno. No solo soy consciente de la dificultad y envergadura del problema sino que dejo bien claro que hay quienes no afrontan que, como dijo muy bien Miguel, son aquellos que no los vemos en la calle o realizando actividades.
Invitado estaba también Juan José Muñoz pero por motivos ajenos, no pudo asistir. Mantuve una entrevista con el solo al final de la jornada en la que analizamos también el antes y después en su vida. La de hoy en nada tiene que ver con la de antes y aún queda asimilar el cambio. En cualquier caso, se alegra de contarlo aunque en otro tiempo pensara que tal vez hubiera sido mejor quedar aquel día en la carretera. A esta entrevista merece la pena también dedicarle una Entrada.
Pues bien, hace unos días que recibí este correo que no había podido abrir ni leer hasta ahora y no me demoro en colgar la carta porque creo que abrirá debate:
Transcribo literalmente
"Cuando era yo de lesión
reciente, me impactó ver en televisión a un
tetrapléjico, Ramón San Pedro pedir la eutanasia a un
juez, aquello impactó, no solo a mi, si no a medio Hospital,
donde me encontraba ingresado, concretamente el Hospital Nacional de
Parapléjicos, en Toledo.
Los años han
pasado, casi veinte hace de aquello, y de cuando en cuando se me
viene a la cabeza la entrevista a aquel hombre en cama. No hizo el
esfuerzo de levantarse por que venía la tele, sería
para presentar su caso, no sé. Aquello no se me olvidará
jamás.
Yo no lo entendía
en aquel momento, pero pasados estos años puedo decir que al
90% hoy día si lo entiendo o en parte, es complicado, pero me
intentaré explicar.
Según su familia,
tuvo sus años en los que se levantaba e intentaba hacer vida.
Creo que se cansó de hacer siempre lo mismo, lo comúnmente
llamado monotonía.
La casa donde vivía,
no estaba adaptada, su habitación estaba en una planta
superior, y necesitaba de mucha ayuda física, simplemente para
dar un paseo.
Esos paseos, no los podía
dar pues siempre rechazó la silla electrónica de
mentón.
Se cansó de solo
hablar con su familia. Empezó a recibir visitas a raíz
de salir en los medios.
Todas esas cosas, y más
que habría en su cabeza, le llevarían a tomar aquella
decisión.
Como dije al principio,
yo llevo casi una veintena de años con mi lesión. Mi
vida es muy diferente a la de Ramón, pero a veces me cuestiono
mi existencia, el seguir existiendo.
Mi salud, es un
pasito para delante y dos para atrás. Solucionables, si…,
pero no depende de mi, ni de quién me cuida.
Cansado de intentar,
y no conseguir.
Cansado de que no me
busquen, y si me buscan, es para el bien de quién me busca.
Cansado de recibir
excusas tontas, si me da por pedir algo, que necesite de alguien.
Cansado de que mi
opinión no cuente, hasta que otra persona diga lo mismo, y
entonces ya si cuente.
Que algo que haga
yo, no tenga agradecimiento, pues… “como lo ha hecho estando en
silla, lo puede hacer cualquiera”
En fin, supongo que solo
será una mala racha.
Toca seguir…?
Un saludo.
NUEVO AÑADIDO
Aunque este fragmento de una entrevista realizada a José Luis Sampedro ya lo había colgado en el blog, me parece que, dada la acogida que ha tenido esta Entrada, tal vez merece la pena reflexionar de nuevo sobre, valga la redundancia, las reflexiones de este otro Sampedro
El arte de vivir [José Luis Sampedro]
"¿Qué es la sabiduría? El arte de vivir. No el arte de hacer cosas, el arte de vivir... Se puede vivir sin hacer muchas cosas, y se puede hacer muchas cosas sin saber vivir. La mayoría de la gente que ahora uno ve por la calle sabe hacer muchas cosas, se mueve todo el día, está agitada todo el día, y no sabe vivir. Hoy, en gran parte, el hombre de una ciudad civilizada y urbanizada es un servidor del sistema y de las máquinas, porque cuando tiene que ocuparse del coche, de la lavadora, de lo otro y de lo de más allá, se pasa el día alimentando cosas y sosteniendo cosas, cuando sencillamente podría vivir mejor. Porque lo que no está claro son los fines. ¿Cuáles son los fines de la vida?, ¿para qué vivimos?, ¿para qué estamos vivos? Estamos vivos para vivir, para hacernos, para realizarnos, para dar de cada uno de nosotros todo lo que puede dar, porque así tendrá todo lo que pueda recibir. Pero para que esto empiece hace falta libertad. Y para tener libertad, no libertad de expresión, lo que hay que tener es libertad de pensamiento, porque si usted no tiene libertad de pensamiento, da igual que hable o diga lo que quiera. El poder se asegura de que no tengamos libertad de pensamiento, para eso nos educa, para que pensemos lo que él quiere que pensemos. Y entonces, cuando consigue que nosotros pensemos lo que él quiere que pensemos, y eso lo consigue en la infancia, cuando enseña la doctrina, cuando enseña los principios; lo consigue en la sociedad con el ambiente general, con los principios, la publicidad, el mercado, etc. Cuando consigue que la gente piense lo que el poder quiere que piense, resulta que, si no tenemos libertad de pensamiento, no tenemos libertad de expresión, y no nos educan para tener libertad de pensamiento. Y cuando tengamos eso, podremos pensar en los fines de la vida, porque los fines de la vida no son aumentar en dinero y en gasto y en diversión, no es eso. Es ganar en satisfacción personal, ser más lo que uno es.
El tiempo no es oro, el tiempo es vida."