Cuelgo esta NOTA debida a su importancia
He cometido un enorme fallo y no he puesto el límite en la extensión de los cuentos.Como el pasado año, el límite está en 200 palabras sin contar el título.
Aprovecho para hacer un llamamiento a los seguidores y a los nuevos que se incorporen y nos envíen sus cuentos.
Cuento nº 1
"Los Besos no se piden"
Hay besos que se dan.
Hay besos que se reciben.
El alma de cada uno es la mezcla de ambos besos.
Hay personas llenas de besos para dar, que tienen un entorno donde repartirlos, amigos, familia y conocidos a quien dar todos esos besos que lo llenan y de quien recibirlos.
Son personas llenas, con almas felices.
Hay otros que no tienen besos que dar ni de quien recibir.
Me dan miedo.
Almas vacías, sin nada dentro.
Algunos sin besos para dar, porque nunca tuvieron o los pocos que tenían se perdieron, pero con personas a su alrededor para darles los que llevan en su interior.
Son almas perdidas pero con una esperanza dentro.
Y qué hay de aquellos llenos de besos para dar, pero que sin tener apenas a quien darlos intentan encerrarlos para que no les ahoguen.
Aquellos que, además, también carecen de quien recibirlos.
Los besos no se piden, pero son el consuelo de esas almas que lloran por aquello que ni tienen ni pueden dar.
Y ahora que lo sabes, a qué alma ayudarías a llenar.
Milagros Lopez Vernet 7 de Octubre 2017
Cuento nº 2
"Pompas de jabón"
Estoy sentado en un banco del parque del Retiro tomando el sol de otoño, que calienta mis viejos huesos.
Veo acercarse a un grupo de niños con sus madres y precedidos por un vendedor de un artilugio para hacer pompas de jabón que se para delante del grupo para hacer una demostración de su habilidad para generar enormes pompas iridiscentes, transparentes y frágiles que vuelan, arrastradas por la brisa, perseguidas con gran jolgorio por los niños que tratan de alcanzarlas antes de que exploten.
Cuando el vendedor cesa en su exhibición la atención de los niños se vuelve hacia sus madres para pedirles, suplicarles o exigirles que les compren inmediatamente uno de los artilugios; un pequeño tarro de plástico, lleno de un producto jabonoso, y un palito con un aro.
Los niños intentan emular al vendedor y unos consiguen las maravillosas pompas, soplando suavemente a través del aro, sumergido previamente en la solución jabonosa, y otros
no consiguen formar la pompa y se sienten defraudados por el juguete. En cualquier caso, tras un cuarto de hora de actividad frenética, se acaba el líquido jabonoso y la mayor parte de los juguetes acaban en las papeleras el parque.
Cuando se aleja la patulea no he podido dejar de pensar que es maravilloso hacer pompas de ilusión, que hay que hacerlo con delicadeza y que hay que tener suficiente acopio del líquido jabonoso para que nos dure la posibilidad de seguir haciendo pompas cuando estas vayan estallando.
Por lo menos mientras sigamos teniendo aliento.
Veo acercarse a un grupo de niños con sus madres y precedidos por un vendedor de un artilugio para hacer pompas de jabón que se para delante del grupo para hacer una demostración de su habilidad para generar enormes pompas iridiscentes, transparentes y frágiles que vuelan, arrastradas por la brisa, perseguidas con gran jolgorio por los niños que tratan de alcanzarlas antes de que exploten.
Cuando el vendedor cesa en su exhibición la atención de los niños se vuelve hacia sus madres para pedirles, suplicarles o exigirles que les compren inmediatamente uno de los artilugios; un pequeño tarro de plástico, lleno de un producto jabonoso, y un palito con un aro.
Los niños intentan emular al vendedor y unos consiguen las maravillosas pompas, soplando suavemente a través del aro, sumergido previamente en la solución jabonosa, y otros
no consiguen formar la pompa y se sienten defraudados por el juguete. En cualquier caso, tras un cuarto de hora de actividad frenética, se acaba el líquido jabonoso y la mayor parte de los juguetes acaban en las papeleras el parque.
Cuando se aleja la patulea no he podido dejar de pensar que es maravilloso hacer pompas de ilusión, que hay que hacerlo con delicadeza y que hay que tener suficiente acopio del líquido jabonoso para que nos dure la posibilidad de seguir haciendo pompas cuando estas vayan estallando.
Por lo menos mientras sigamos teniendo aliento.
Felipe Vila González 11 de Octubre 2017
Cuento nº 3
"Al final solo soy un ser humano"
He vivido mi vida tratando de conciliar mis principios con las exigencias de la vida familiar y social. Al principio todo ha sido fácil y me he sentido orgulloso, terrible error, llegando a creerme superior a una multitud de personas menos afortunadas que yo, sin saber nada de sus circunstancias vitales.
Después me vi sumido en la desgracia y sentí en mis carnes los latigazos del infortunio, sentí el dolor lacerándome el alma y llegué a rebelarme contra el dolor y contra la causa del mismo; sentí enormes deseos de evitar el dolor a cambio de mis principios. No lo hice y me sentí avergonzado de mis propios pensamientos.
El dolor se mitigó con el tiempo o mi mente se acostumbró a soportarlo.
Hoy, para perdonarme a mí mismo, sólo puedo hacerlo convenciéndome de que no soy superior a nadie, de que sólo soy un ser humano.
Felipe Vila González 11 de Octubre 2017
Cuento nº 4
Reconstrucción
Había
llegado el momento. Miró aquel desastre, respiró hondo y sonrió.
Estaba decidida a continuar, a pesar de las mil advertencias de que
aquello no le iba a llevar a ninguna parte, pues se había roto
demasiadas veces, lo habían dado por perdido.
Se
remangó, se recogió el pelo y cogió pegamento. No podía dejar
pasar la oportunidad de ver qué salía de ese montón de escombros.
Colocó un trozo, después otro y luego el siguiente; alguna vez se
cortó, pues el material era frágil y los fragmentos tenían aristas
afiladas. Pero no le importó: se limpiaba, colocaba una tirita y
continuaba. Según iba reconstruyéndolo, podía ver lo hermoso que
era y pensaba en lo maravilloso que debía haber sido antes de
hacerse añicos; aunque tenía que reconocer que las grietas le daban
un toque interesante. Esa nueva forma estaba quedando infinitamente
mejor que la original.
Y
por fin, un día terminó de unir todos los trozos. Acarició su mano
recompuesta y él cogió la suya con cariño. Se miraron
profundamente. El abrazo le hizo crujir, pero el pegamento que tanto
tiempo y amor había dedicado a poner, le hizo el más robusto y
entero del mundo.
Irene Rodriguez P. 15 de Octubre 2017
Dedicado a las rampas del Hospital
¡QUÉ BIEN SIENTA SUBIR RAMPAS!
Autor : Mariano Rivera Álvaro |
" Las rampas", lugar emblemático del Hospital de Parapléjicos, diríamos su columna vertebral.
Aquí, en estas cuestas, en este laberinto zig-zageante, en soledad, empujando una silla, derramando unas lágrimas, en estas vueltas y revueltas, este ir y venir de ideas. La cabeza da el paso de reconocerse parapléjico, de encontrarse con la realidad, asumiendo lo inevitable, ya no esperas el milagro.
Distinto al gimnasio, lugar de esperanza, de ilusión de futuro, de trabajo, de vida en compañía, de gratitud: aquel/lla fisio. Latido, "Corazón" del hospital.
Pero es aquí, en este camino retorcido, camino de iniciación, que te transporta a otra vida, diferente no peor.
Este bosque de pilares, de luz tenue tamizada. Te agotan cuando las subes, si las bajas, te llevan en volandas, casi sin tocar el suelo, de terapia hasta el gimnasio.
Es en ellas donde se afronta el reto de subir un tramo más, y con ello el de luchar un día más , recuperar una actitud más, podríamos decir: que es aquí y es así, donde se forja el espíritu de superación.
No olvidaré aquel día depresivo y asustado las palabras de Sagrario en terapia, aconsejándome sabiamente:
"Vete y ya verás, qué bien sienta subir rampas".
Mariano Rivera Álvaro 25 de Octubre 2017
Cuento nº 6
PIERDE TU TEMOR.
Hoy seré dueño de mis emociones.
Si me siento deprimido, cantaré.
Si me siento triste, reiré.
Si me siento enfermo, redoblaré mi trabajo.
SI me siento inferior, vestiré ropas nuevas.
Si siento miedo me lanzaré adelante.
Si me siento inseguro, levantaré la voz.
Si me siento incompetente, recordaré éxitos del pasado.
Si me siento insignificante, recordaré mis metas.
Hoy seré dueño de mis emociones.
Si se apodera de mi la confianza excesiva, recordaré mis fracasos.Juan José Muñoz Torés 26 de Octubre 2017
Cuento nº 7
El Pacto
Figura tétrica, visión espantosa,
pavorosa.! Dónde nos lleva la desesperación! Una asociación
terrible, que conlleva un contrato mortal.
-Sea según tus deseos. Una sombra
negra susurra al oído.
-¿Estabas pensando cambiar el
destino de tu alma inmortal por levantarte de la silla?.
-¿Si, lo haría si viviese sano?.
-Sí, vivirás en el conductor que
provocó un fatal accidente.
Transcurrido un tiempo de su nueva
vida sin lesión, decide cambiar.
-No soporto vivir siempre señalado,
sano pero con la conciencia destrozada, con una vida infeliz.
-Para que nuestro trueque siga en
vigor, habitarás el cuerpo de un ciego.
-Aceptaré, nada será peor que mi
lesión.
Pero con el pasar del tiempo,
descubrió que vivía en un mundo imaginado, ficticio, creado en su
interior, sin poder ver la luz. Además, necesitaba ayuda, había
perdido su independencia.
-Esto no es justo para mí, increpó.
-Será tu última opción. Ni serás
señalado, ni estarás discapacitado.
Pero volvió de nuevo para romper su
pacto.
-Esto no lo soporto, he visto la
tristeza de sus ojos, abatidos, decaídos, he muerto en vida.
Aceptaré mi lesión.
Se había reencarnado en aquellos
que habían perdido a sus hijos.
-Aprenderé a aceptar la situación
que me toque vivir.
Mariano Rivera Álvaro 27 de Octubre de 2017
Cuento nº 8
Soledad Montero García 30 de Octubre 2017
Cuento nº 9
"Omnipatente"
Cuento nº 16
El Lebrillo
En mi casa, cuando yo era un niño, había un lavadero en el patio con un grifo, un lebrillo y una tabla rugosa para restregar los trapos sucios.
El proceso siempre era el mismo; se llenaba el lebrillo hasta muy cerca del borde, se echaba la ropa en el agua para remojarla, se iban enjabonando y restregando las prendas contra la tabla, se apartaban estas prendas hasta que se había completado la colada y se desaguaba el lebrillo para volver a llenarlo de agua limpia en la que se iba enjuagando la ropa para después estrujarla y tenderla al sol.
Resultaba bonito ver llenarse el lebrillo, poco a poco, y daba alegría ver la transparencia del agua que realzaba las huellas del artesano que torneó el barro. Después, cuando se iba lavando la ropa se dejaba de ver el fondo y el agua sucia no era agradable de ver, por lo que se agradecía que se vaciase y se volviese a ver el fondo.
El lebrillo, como la vida, solo es bonito cuando está vacío o cuando está lleno de agua limpia. ¡Lástima que en la vida también tengamos que lavar nuestra ropa sucia y que volvamos a ver con claridad los detalles del fondo cuando se acerca el fin de la colada!.
Felipe Vila González 7 de Noviembre 2017
Cuento nº 17
Poquito a Poco
Cuento nº 8
Sueños
Una
noche tuve un bonito sueño, soñé que podía caminar, que mi vida
era “perfecta”, pero al despertar, todo se transformó en
realidad, mis piernas estaban dormidas y no respondían a mis órdenes
y de nuevo empecé un nuevo día con todas las barreras que en mi
situación me encontraba, y te preguntas, que hago aquí, este mundo
no es para mí, no está preparado, para que pueda llevar una vida
“normal”, la depresión te embarga, y nadie te dice cómo actuar,
que hacer, y como vivir así.
Pero
la vida sigue y tú tienes que adaptarte a ella, en ese momento ves,
que hay cosas por las que tienes que estar contenta, tu marido, hijos
y sobre todo en mi caso mis nietos, que son la alegría de mi vida,
ellos llenan mi casa de ruidos, risas y sobre todo mucha alegría,
alegría que me contagian.
Os
dejo un estribillo de un tema que me encanta de una canción.
“Que
nadie calle tu verdad,
que
nadie te ahogue el corazón, que nadie te haga más llorar,
hundiéndote en silencio,
que nadie te obligue a morir, cortando tu alas al volar
Que vuelvan tus ganas de vivir” (Manuel Carrasco).
Que vuelvan tus ganas de vivir” (Manuel Carrasco).
Soledad Montero García 30 de Octubre 2017
Cuento nº 9
"Omnipatente"
- ¿Papá?
- ¿Pero tú no estabas dormido?
- No puedo. No paro de pensar en una cosa. La profesora ha dicho hoy que Dios es "omnipatente".
- Jaja. Será, omnipotente.
- Eso. ¿Qué significa omnipotente?
- A ver... Significa que tienes poder para hacer cualquier cosa.
- ¿Es tener superpoderes? ¿Cómo Supermán?
- Algo parecido. Pero ademas de superfuerza y poder volar, puedes hacer realidad cualquier cosa que desees.
- Pero,¿sin límites?
- Exacto, eso significa ser omnipotente.
-
Guau.
- ¿Lo entiendes ya?
- Creo que sí.
- Entonces, si tú fueras omnipotente, ¿qué harías?
- Uff. Tener muchos juguetes y chuches, luego quitaría el cole, y haría que María de 2'B fuera mi novia.
- Jaja. Muy bien. Pero siendo omnipotente podrías hacer cosas mucho más importantes. Acabar con las guerras, la pobreza, las enfermedades...
- Si, puede ser. Eso estaría bien, pero…
- Anda, deja ya de comerte el coco y a dormir.
- ¿Otra vez despierto?
- Es algo importante.
- Dime.
- Tenías razón. Si yo fuera "omnipatente" haría esas cosas que tú has dicho. Pero también un poco lo del colegio y las chuches. ¿Vale?
- Me parece genial. Pero entonces esa niña de 2'B ya no sería tu novia.
- Ya. Una pena. Pero no se puede tener todo en la vida.
Ángel Lozano Sicilia 4 de Noviembre 2017
Cuento nº 10
El Azacán filósofo
Como
todos los días Fulgencio llegaba a la orilla del Tajo en la zona de
San Martín. Era julio y el sol estaba saliendo. Hacía calor, pero
cerca del río la temperatura era fresca. En un remanso llenó sus
cántaros que fue cargando en la carretilla. Se pasó la correa sobre
los hombros y antes de levantar el peso miró hacía la cuesta que
tenía que subir. Hizo un gesto de resignación e inició el camino.
Parecía que el tiempo no había pasado. Todo estaba en el mismo sitio: la mesa-escritorio, un calendario del año 2000, un bote con un bolígrafo y un lapicero, unos folios escritos a un lado, unos libros detrás de la silla en una estantería junto a unas figuritas chinas de porcelana…¡Que recuerdos! Me parece estar oyendo a mi padre decirme:
En efecto, todo continúa igual…con bastante polvo. Miro los objetos y siento las mismas sensaciones después de diez años. Me siento diez años más joven…pero triste. Me da pena que todo siga igual, porque yo he cambiado.
A.V.A. “San Jo Elmer” 4 de Noviembre 2017
Cuento nº 12
Me
encontraba muy bien. Me sentía vital, fuerte, seguro, con la energía
que proporciona el saberse invencible. A veces iba en coche, veloz,
esquivando obstáculos que parecían insalvables. Otras veces me
encontraba conduciendo una bicicleta y subía cuestas inverosímiles
sin cansarme. También conducía un biciclo, como los del circo, con
el asiento a más de dos metros del suelo, me costaba mucho avanzar
por aquel serpenteante camino, anocheciendo y sin saber bien a donde
me dirigía. Y ya el colmo de la felicidad: la moto. ¡Como conducía
la moto! No tenía permiso para conducirla, al menos no recordaba
habérmelo sacado, es más, no recordaba que supiera conducirla,
¡pero allí estaba! Raudo y veloz por una carretera estrecha y
sinuosa, adelantando a gente caminando, y observando que de cerca me
seguía algún coche, pero que nunca me daba alcance !Que bien me
encontraba! De improviso la carretera desapareció delante de mí y
me encontré confuso, veía mucha claridad que se acercaba. Con la
última campanada mi subconsciente dedujo que eran las 8 de la
mañana. Hora de levantarse.
Cuento nº 10
El Azacán filósofo
-“Esta
es la vida- iba pensando - Un trabajo duro con muchas horas de frío
y calor ¿merece la pena?”
Tenía a
Dolores, su mujer, dos hijos, Blas y Sagrarito, dos habitaciones en
el barrio de la Judería con derecho a cocina. Tenía la comida a sus
horas - la mayoría de los días cocido - su cuartillo de vino y su
rato para la siesta. De cena un tomate y sardinas saladas, pero
especialmente le gustaba salir a tomar el fresco con los vecinos a la
puerta de la calle antes de acostarse, mientras liaba y con
parsimonia encendía y se fumaba un cigarro. ¿Se puede pedir más?
Era feliz y mañana será otro día. Dios dirá.
A.V.A. “San Jo Elmer” 4 de Noviembre 2017
Cuento nº 11
¿Pasa el tiempo?
Tengo la
sensación de haber dado siempre mucha importancia al tiempo, pero la
verdad es que nunca he sabido bien lo que es, lo que significa. Mi
memoria me lleva a que lo que estoy viendo ahora, hace ya mucho
tiempo que lo vi, y recuerdo emocionado los sentimientos que
albergaba de aquel lugar y aquellos objetos.
Parecía que el tiempo no había pasado. Todo estaba en el mismo sitio: la mesa-escritorio, un calendario del año 2000, un bote con un bolígrafo y un lapicero, unos folios escritos a un lado, unos libros detrás de la silla en una estantería junto a unas figuritas chinas de porcelana…¡Que recuerdos! Me parece estar oyendo a mi padre decirme:
“Esto
que ves y tocas todos los días, imagínate que no vuelves por aquí
hasta mucho tiempo después, que se cierra la habitación y nadie lo
toca. Si vuelves, estaría todo exactamente igual, bueno, con un poco
más de polvo. Es impresionante”.
En efecto, todo continúa igual…con bastante polvo. Miro los objetos y siento las mismas sensaciones después de diez años. Me siento diez años más joven…pero triste. Me da pena que todo siga igual, porque yo he cambiado.
A.V.A. “San Jo Elmer” 4 de Noviembre 2017
Y si fuera un sueño
Mientras
me incorporaba, pensé que a la noche siguiente tendría de nuevo
oportunidad de volver a conducir.
A.V.A. “San Jo Elmer” 4 de Noviembre 2017
Cuento nº 13
El consuelo de estar viva a veces no es suficiente, aunque es hermoso vivir. No estamos preparadas. Yo no lo estaba. Y aunque la estadística dice que a una de ocho nos pasa, ¿por qué iba a pasarme a mí?
Laura Rodríguez y María Lebrato 5 de Noviembre 2017
Cuento nº 13
Arriba
el Telón
Mientras
escuchaba los aplausos iba recordando cómo habían sido mis últimos
tres años… Menudo tres años.
Una noche te
despides con un “hasta mañana” y al despertar el mañana
es algo que poco se parece a tu vida.
Una camilla.
Tubos. Máquinas que pitan. Cuerpo inmovilizado. Médicos,
enfermeras, auxiliares; mucha gente y ninguna cara conocida. Frío.
Olor a hospital y a medicamentos. Dudas. Y sin poder hablar porque…
¿qué tengo en la boca metido? ¿Otro tubo?
Y un diagnóstico
que no entiendo y además, no quiero entender… Todo empieza de
nuevo.
La tetraplejia es
una putada. Y todo lo que se mueve alrededor de ella mientras yo no
puedo moverme, mucho más.
Y mientras veo
como el público se va poniendo de pie y sigue aplaudiéndome, repaso
cada día de estos tres años, cada lucha y cada logro. Todo lo que
me ha llevado hoy aquí. Y miro a la primera fila, donde están
ellos, mis incondicionales, mi familia, mi pareja, mis amigos. Los
que me han empujado cuando no podía. Los que han creído en mí. Y
me miro. Y miro este escenario.
Es hora de
despedirme, de celebrar el éxito. De saborear el teatro, de cerrar
el telón.
Laura
Rodríguez y María Lebrato 5 de Noviembre 2017
Cuento nº 14
La
Mujer Más Hermosa del Mundo
El consuelo de estar viva a veces no es suficiente, aunque es hermoso vivir. No estamos preparadas. Yo no lo estaba. Y aunque la estadística dice que a una de ocho nos pasa, ¿por qué iba a pasarme a mí?
Llegó el día.
Sabía que no iba a ser fácil, que no estaba preparada. Que jamás
iba a estarlo.
Era el momento de
enfrentarme al espejo, al reflejo, a mi amputación, a mi nuevo
cuerpo. Y allí estaba yo, aún con el pañuelo en la cabeza y con
una gran cicatriz de esternón a axila derecha, que me recordaba que
mi vida ya era otra… que yo era otra…
Y mientras dejaba
que las lágrimas recorrieran mis mejillas y mi corazón doliera,
escuché cómo tus llaves abrían la puerta.
¿Ya son las
14.30h? Se me echó el tiempo encima – pensaba mientras recolocaba
esa especie de globo que ahora era mi teta derecha dentro del
sujetador, y secaba mi cara con la camiseta, como si no hubiera
pasado nada. No quería preocuparte. Preocuparte más.
- ¿Qué tal la
mañana de trabajo, cariño?
- Echándote de
menos, Elena.
- Pero si sólo
han sido 6 horas.
- Creo que eres
la mujer más hermosa del mundo.
Laura Rodríguez y María Lebrato 5 de Noviembre 2017
Cuento nº 15
A
la altura del ombligo.
Eran
verdes con un jaspeado marrón. Los ojos más bonitos y profundos que
había visto jamás; y, ¿para qué engañarme?, también los más
cercanos que había visto en mucho tiempo. Se había agachado para
mirarme a mi misma altura entre la multitud que abarrotaba aquella
cafetería del centro. Recuerdo que el ruido era tremendo y la luz
exagerada, pero me quedé clavado en esos ojos que me escudriñaban
con curiosidad y en esa voz que tímidamente balbuceaba “Hola, me
llamo Ingrid, supongo que Antonio ya te hablaría de mí”.
Apenas
conseguí articular un triste “sí”. Probablemente fue lo más
absurdo que podría haber dicho, partiendo de que soy periodista y
que Antonio no se olvidaría de contárselo a esta chica.
Lo
cierto es que desde que miro a la gente a la altura del ombligo,
apenas presto atención a otros detalles que no sean la talla del
pantalón y la camiseta, igual que los demás sólo tratan de
disimular que están fijándose más en mi silla que en mí. Pero
Ingrid ya estaba estudiando mi cara antes de que pudiese decidir si
su blusa combinaba con sus vaqueros. Sonrió con timidez y justo ahí,
me sentí poner de pie.
Irene Rodriguez P 5 de Noviembre 2017
Cuento nº 16
El Lebrillo
En mi casa, cuando yo era un niño, había un lavadero en el patio con un grifo, un lebrillo y una tabla rugosa para restregar los trapos sucios.
El proceso siempre era el mismo; se llenaba el lebrillo hasta muy cerca del borde, se echaba la ropa en el agua para remojarla, se iban enjabonando y restregando las prendas contra la tabla, se apartaban estas prendas hasta que se había completado la colada y se desaguaba el lebrillo para volver a llenarlo de agua limpia en la que se iba enjuagando la ropa para después estrujarla y tenderla al sol.
Resultaba bonito ver llenarse el lebrillo, poco a poco, y daba alegría ver la transparencia del agua que realzaba las huellas del artesano que torneó el barro. Después, cuando se iba lavando la ropa se dejaba de ver el fondo y el agua sucia no era agradable de ver, por lo que se agradecía que se vaciase y se volviese a ver el fondo.
El lebrillo, como la vida, solo es bonito cuando está vacío o cuando está lleno de agua limpia. ¡Lástima que en la vida también tengamos que lavar nuestra ropa sucia y que volvamos a ver con claridad los detalles del fondo cuando se acerca el fin de la colada!.
Felipe Vila González 7 de Noviembre 2017
Cuento nº 17
Poquito a Poco
Quiero decir que
antes de verte estaba muy nerviosa. Sabía que te iba a conocer en
poco tiempo… Más que nerviosa estaba asustada. Aterrada. Algo que
comprobé, y reforcé, cuando te vi entrar por la puerta. Tu
presencia me hacía sentir intimidada.
No sabía cómo
encajaríamos.
Recuerdo nuestras
primeras salidas. No podía mirarte de frente, y mucho menos ver
nuestro reflejo. En tus brazos me di cuenta que el ritmo de mi
corazón cambiaba…
Una vez pasadas
las primeras citas, nos fuimos entendiendo poco a poco y ganamos
confianza. Nos cogíamos de la mano y comenzábamos a caminar juntas.
Desde hace un
tiempo, más que caminar, bailamos este baile desconocido que hemos
aprendido, creando al mismo compás.
Ya no me
intimidas, ni me siento tan pequeña a tu lado; más bien al
contrario. Me das libertad, sumándome alas con las que poder volar.
Y llevamos 452 kms
danzados, casi 500; en el cual haremos una fiesta para celebrar esta
gran relación. Te decoraré con muchos globos y lazos de colores,
como tú has coloreado mis días. Serás la silla de ruedas más
divertida.
Gracias por tu
paciencia, por todo este aprendizaje… y por los lugares nuevos que
vamos a descubrir juntas.
Laura
Rodríguez Moreno 8 de Noviembre 2017
Cuento nº18
El Transcurso del tiempo
Un día cualquiera, que luego resultó no serlo, fue para ser recordado, una masa densa, aparentemente trasparente y pegajosa me engulló.
Elena Prous Climent 9 de Noviembre 2019
Cuento nº18
El Transcurso del tiempo
Van pasando los
segundos, los minutos, las horas, de aquel momento.
En un principio,
poco significante, un pequeño revés, que cualquiera puede tener;
fue una caída, estando de pie y a dar un paso y una extremidad no
acompañó y seguidamente el cuerpo quiso seguir y al no haber un
acuerdo entre ambos todo se precipitó al suelo.
En su camino,
todos los miembros intentaron comunicar, unos firmes, otros más
despistados y ese despiste, los llevó a todos ellos, hacia un
destino no muy lejano (EL SUELO).
Una vez allí,
pasados unos momentos de gran incertidumbre, volvieron a intentar, volver a comunicarse.
Debía ser hora
punta.
Donde hubo
comunicación, todos al unísono, se decían, venga, con fuerza todos
a la vez, pero parecía que esos estímulos eran débiles y no podían
surcar ese camino, tan abrupto y aparentemente cortado.
Las neuronas del
cerebro no cesaron en enviar estímulos, se iban agrupando y con el
trascurso, de un poquirriquitín de tiempo.
Pareció un
espasmo muscular, pero enseguida se volvió a repetir, fue un gran
despertar.
Poco a poco, se
fueron uniendo conexiones y del no haber al hay es un gran haber.
No todo a veces
se normaliza, pero si más de lo que uno piensa se llega a volver
hacer.
Sea con tú
ayuda, con la ayuda de alguien, algo…, todo ello junto, bienvenido
sea.
El no cesar en el empeño, con fuerza, con pocas o muchas ganas y una
inmensa ilusión, depara más avances de los que uno puede
pensar.
A veces parece
que.......
Manuel Penalva Melero 9 de Noviembre 2017
Cuento nº 19
Hoy el Presente
Estoy
a punto de cumplir 5 años y en mi memoria parece que ha sido hace
un instante.
En
el trascurso de estos casi 5 años, parece mentira, que se puedan
almacenar, tantas imágenes, sentimientos, decepciones, llantos,
sonrisas, …….
En
un principio se empiezan a almacenar, muchas informaciones de
diferentes caracteres.
Que
poco a poco, por diferentes motivos no se muestran.
Son
momentos que has retenido, aquel que te dijo: (Para la vida que vas a
llevar, mejor que…, en otros momentos, el silencio, la pauta, él
hay que esperar…
Este
espacio de tiempo no fue ni corto, ni largo. Pero fue difícil de
asumir.
En
un momento dado, un pequeño roce en el cuerpo y este lo reconoce,
una simple sílaba que no logras entender, pero si escuchar.
Con
el trascurso del tiempo, vuelve a haber una conexión, entre el
cerebro, el cuerpo y el ser.
Un
muy despacio, pero se van reparando conexiones, la recuperación es
mínima, escasa, pero va sucediendo.
En
un principio, todo indica que no podrás, hacer, realizar… y
posteriormente consigues, respirar, estar vivo, sonreír, llorar……
Las
secuelas ahí están, y algunas no se irán, pero yo intenté, intento
e intentaré que disminuya, su intensidad.
Cada
día es diferente, no amanece igual y uno tampoco está igual, pero
eso no es lo más importante.
Opinión
personal: Poder sonreír es importante, sonreír es magnífico, pero
:(SER SONREIDO) es lo mejor.
Manuel Penalva Melero 9 de Noviembre 2017
Cuento nº 20
El soñar es un bien de todos
Hubo, un ayer que
ya pasó, fueron ideas que se fueron formando, pero una huella las
dejó marcadas y estancadas.
Un traspiés, las
atrapó y las retuvo.
Ideas de un
futuro, que pasaron a un pasado y que hoy día actual, van aflorando
algunas, unas se van desechando, otras van dando forma a otras
nuevas, que en parte contienen un ayer.
Es bueno el no
olvidar todo el ayer, pero no debe de influir, para construir un
ahora mismo mejor, siempre se puede hacer mejor, pero no buscar la
perfección, ¿Por qué?
Con permiso para
mí no existe. Existe una continuidad, un no darlo todo por perdido.
En el ayer todo
fue muy montaña rusa, con cuestas hacía arriba, el hoy es más
llano, con montículos y curvas, pero poco a poco se van superando.
El mañana, no ha
llegado. Por lo tanto, seguiré poco a poco, seguiré pensando,
seguiré soñando: Qué bello y bonito es el instante exacto.
Manuel Penalva Melero 9 de Noviembre 2017
Cuento nº 21
Cuento nº 21
No me nombres así
Un día cualquiera, que luego resultó no serlo, fue para ser recordado, una masa densa, aparentemente trasparente y pegajosa me engulló.
Cuando
me miran, desde todos los puntos de fuga que apuntan las miradas,
se puede leer en la viscosa masa una única y terrorífica palabra
que marca mi conducta y la de quien
me ve.
No soy
la única engullida, su capacidad viral se propaga a través de días
cualquiera, que luego no resultan serlo, afectando
indiscriminadamente a cualquiera, en cualquier momento del ciclo
vital.
Engullidos
vemos y vivimos el tiempo, mientras la masa pasa por diversos cambios
y fases, que se ordenan de maneras múltiple, en nombres y
experiencias en cada caso, modificando su pesadez y poder.
Pese
a sus cambios, la masa densa tiene la extraordinaria capacidad de
mantener la palabra siempre para todos, pero solo ser vista como
masa, por quienes la portamos, resultando para el resto como una
realidad más, liviana, sin forma, abstracta y compartida, que viaja
en su pensamiento, ligera, mientras se reitera, se mantiene y se
aposenta adosada sobre nuestros hombros, en el día a día, a través
de una única y pavorosa palabra, cada vez que la leen, cada vez que
nos nombran así.
Elena Prous Climent 9 de Noviembre 2019
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