La empatía es la capacidad que tenemos para ponernos en el lugar del otro. La compasión es un sentimiento humano que se manifiesta a partir del sufrimiento de otro ser, por tanto, una actitud de acercamiento al que sufre y porque sufre para que pueda compartir su desdicha, un modo de compartir el sufrimiento y no un modo de sentir pena o compadecer al que padece. Todos nacemos con la capacidad para la compasión, la generosidad y la empatía (Luis Rojas Marcos).
La persona que sufre una lesión medular genera en los demás sentimientos de pena o rechazo según la cercanía o lazos de parentesco que los una a los otros. Muchos l.m. comentan que antes de contraer la lesión, las personas con una discapacidad física "visible" o en silla, como es el caso que nos ocupa, solían generar en ellos lástima. Por el contrario, siendo ellos los protagonistas, rechazan todo aquéllo que los coloque en una situación de desventaja física y social y de "pobrecitos" (miradas, comentarios o actitudes).
Este cambio de actitud entre ser observador y vivir las consecuencias de la lesión en primera persona obedece a la dificultad de "ponerse en la piel de" por mucho que uno se lo proponga. Hay una expresión española que ilustra bien este fenómeno : "ver los toros desde la barrera".
Cuando a uno le toca estar en la situación, la cosa es diferente. Cuando se produce la lesión medular, el lesionado tiene que enfrentarse a un "cuerpo nuevo" que ha perdido todo su potencial físico y energía. La inseguridad y la pérdida de la autoestima se hacen presentes. En esta lucha por identificarse y asumir la nueva situación, los comentarios inoportunos y las miradas descaradas les hacen chico favor.
Adrymex:
ResponderEliminarEs muy cierto, muchas veces no nos ponemos a pensar en que nuestra situación puede cambiar. Muchas veces e intentado ser empática pero es muy difícil. Ahora entiendo el porqué algunos evitan salir, no quieren ser observados o sentirse rechazados, y a quien le gusta eso? a nadie. En México tenemos poca cultura y no respetamos los lugares destinados para personas con discapacidades físicas, o los menospreciamos, el otro día me subí al transporte público llamado metrobús y hay lugares para poder asegurar la silla de ruedas, se subió un señor (en silla) y pidió permiso a una chica para asegurar la silla, sin embargo, ella no se quito y lo miro con rechazo, así que el señor se sostuvo del tubo, al frenar el metrobús, la silla se movió un poco y la piso, ella se enojo enormemente y le dijo al señor que se fijara, entonces una señora le dijo, "eso te pasa por no respetar los señalamientos, antes de reclamar edúcate" la chica se bajo enojada.Cosas como esas suceden a diario y eso nos hace ver, a que se enfrentan y no es nada fácil.
Por otro lado recuerdo que desde que era niña mi mamá me decía que tenía que respetar y ayudar por igual, ya que las personas no son valiosas por su aspecto físico, sino por las grandes cualidades internas que tienen. Ahora con mi amigo, yo veo eso, sigue siendo el mismo, se enoja por las mismas cosas, es un excelente conversador y si tal vez no salimos como antes, espero que algún día se anime, pero seguimos compartiendo cosas. Ambos hemos aprendido mucho y eso creo que enriquece.
No creas que solo en México hay poca concienciación respecto a las personas con diversidad funcional, en España hay poca sensibilidad también hacia estos colectivos. Quizá estén más evolucionados en otros países de Europa.
ResponderEliminarLa verdad es que si se les hiciera la vida nás fácil, fuera, desde la accesiblidad e integración, afrontarían mejor el cambio y saldrían más a la calle. No se lo ponemos fácil. Hay que tener mucho empuje y coraje y algo que te obligue a salir pues si no, las miradas y el mundo hostil lo que te empujan es a quedarte en casa.
Ser empático no es tarea fácil, pero al menos la acitud empática y la buena disposición, no nos deben faltar.
Como decía tu "mamá", la educación y el respeto son básicos.
Veo también que tú mamá te transmitió el mensaje de Antoine de Saint Exupéry : "lo esencial es invisible a los ojos".
Sois afortunados tu amigo y tú por todo lo que compartís : quédate con eso que tenéis y con lo que habéis ganado y no con lo perdido.
Ya ves, ya empieza a ser él mismo y cada vez lo será más, dale tiempo.