David |
"David es una felicidad que llena la familia, es lo mejor que hemos hecho en la vida, no lo cambio por nada"
David es uno de los niños nacidos de una mujer que sufriera en su día una lesión medular. En este caso, su madre quedó con menos secuelas que otras mujeres l.m. Independientemente del alcance de la lesión, lo que quiero abordar aquí es la "normalización de la vida tras la lesión aprovechando las oportunidad de ser madres de las mujeres con lesión medular, oportunidad que, me consta, algunas han aprovechado después del trauma (algo que no se habían planteado antes).
La vida les cambió de tal modo que los valores también les cambiaron lo que les hizo replantearse su vida y priorizar objetivos.
En silla, con mayor o menor limitación, con andador, con muletas o sin ortesis, no son pocas las mujeres con l.m. que han sido madres.
Como dijo Yolanda González en el Libro "Afrontando la lesión medular " : "Mi hija es mi mejor terapia" (Ver pág.230).
La cifra de mujeres que contraen una l.m. se ha visto incrementada en los tres últimos años aunque bien es verdad que el perfil es el de una mujer más mayor cuyas lesiones son de origen médico (mielitis, infartos medulares o vasculares, Síndrome de Guillain Barré, tumorales o infecciosas, entre otras)
Hay otro gran grupo de pacientes que están afectadas de Esclerosis Múltiple. Ser joven y sufrir una l.m., en nuestra casuística, está asociado a intento autolítico.
Ser mujer siempre se considera doble hándicap : El de ser mujer y el de tener una situación de diversidad funcional.
Por ello, todo aquello que pueda contribuir a recuperar la autoestima y la seguridad en uno mismo es algo a potenciar. Ser madre, hemos observado, favorece la "normalización" e integración de la mujer con l.m.