Voy a dejar una galería de fotos del mismo porque creo que merece la pena disfrutar de la belleza del paraje aunque está muy descuidado y hay que replantearse en serio recuperar este espacio para que pueda seguir contribuyendo a la rehabilitación psicológica del paciente y su familia.
Vemos en las primeras imágenes que han sido cedidas por Felipe Vila, el embarcadero anegado
Elena Vila y su madre Pilar Herrero. Foto, Felipe Vila |
Dibujo de Nerea, nieta de Teresa González. |
Virgina y pareja : Foto aportada por Virginia Pérez |
Mónica Pacheco . Foto; Manuel Moreno
Una mía de hace muchos años
Estoy segura que como con el jardín, me empiezan a llegar un montón de fotos
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Las de "La Chica del Jardín"
Las que me envían Mariano Rivera y Guadalupe Fernández
Miguel Rivera Fernández, 11 años.(año 2013) |
Miguel |
Los que quieran me pueden enviar las fotos a mpozuelo@sescam.jccm.es o afrontandolesionmedular@gmail.com
Desgraciadamente, no tengo fotos en el embarcadero. :-(
ResponderEliminarMi anécdota es que en mi época era uno de los sitios idílicos y preferido por los pacientes, y familiares del H.N.P.
Yo me llevé desde septiembre 97, ingreso en UCI, hasta marzo de 98, que empecé a levantarme, escuchando casi a diario hablar de él, de los patos y las carpas, de que mucha gente se guardaban el pan, para dar de comer a carpas y patos.
Tras levantarme, recuerdo el día que me dijeron, "esta tarde ya podrás pasear por donde quieras", pues me habían tenido controlado en planta unos días, al llevar nueve meses en cama, y haciendo desconexiones del respirador.
Ese día sentí dos cosas, que no se me olvidarán jamás..., sentir de nuevo el aire puro en mi cara, al abrirse las puertas correderas ante mi, y disfrutar como un niño, viendo los patos y carpas comer, con el pan que guardé del almuerzo y merienda de aquel día.
Seguí yendo de cuando en cuando al embarcadero hasta mi alta, y volví en revisiones.
Un saludo.
Un lugar lleno de paz, un lugar para desconectar... al oir los pajaros, ver los patitos. Estar alli parecia no estar en un hospital.sin duda este hospital tiene zonas que ningun otro tiene, cuidarlos
ResponderEliminarEn el embarcadero pasé muchos ratos despues de comer cuando Manuel estaba en UCI; por una parte a mi me ayudaba a sosegar el ánimo y por otro lado, grababa imágenes para que Manuel supiera donde se encontraba.
ResponderEliminarRecuerdo un día en que la hermana de Manuel y yo ibamos hacia el embarcadero y los gansos venían hacia nosotras, protegían su territorio... pero seguimos hacia adelante, necesitabamos sentir el aire en aquel lugar... calmar nuestro desasosiego y fundirnos con la naturaleza para intentar borrar por unos instantes los duros momentos que estábamos viviendo.
No solo grabé imágenes, tambien sonidos, el viento hacía melodías con las hojas de los árboles...
Siempre que venían visitas no esperadas, les llevabamos al embarcadero, aunque uno esté en el hospital siempre gusta mostrar la belleza de sus rincones, en cualquier estación del año (yo también pude ver el embarcadero como nos lo muestra Felipe...)
Espero que los dirijentes del hospital se den cuenta de que hay que cuidar este entorno por el bien de paciente, familiares y ¡como no! de los profesionales que allí pasan muchas horas y a veces es necesario un ratillo de desconexión de las desgracias que ven continuamente a su alrededor...
Nosotros lo disfrutamos, espero que muchos otros puedan seguir haciendolo...
Besos madrileños
Es muy cierto lo que dices Carmen... Y sobretodo comparto que llevabamos a las visitas alli... Como si fuera un lugar inesperado y maravilloso.. No podian irse sin ver ese rincon. Aunque... efectivamente las ocas nos perseguian y que decir de los gatos... que estaban al acecho.. Jajja Despues de disfrutar del paisaje habia que volver... Y la cuesta era lo peor.... Habia que cojer carrerilla para subirla. Nos parecia una aventura ir al embarcadero!
ResponderEliminarVeo que fue y es un lugar entrañable. La foto mía me trae también muy buenos recuerdos pues a pesar de estar trabajando allí, no he huído de ese lugar sino que muchos fines de semana me he acercado por sus aledaños no solo cuando mis hijos eran pequeños sino ahora en busca de mis plantas y relax.
ResponderEliminarGracias a Fran por ese emotivo comentario. Lo que daría el por volver a ver el embarcadero y pasar su revisión en Toledo.
Gracias a Mª Dolores or seguirnos a pesar de que su madre nos dejó. Verás qué foto me ha enviado Elena que ahora colgaré donde identificarás una persona muy especial para tu madre, para vosotros.
Gracias Carmen por compartir tus vivencias tan sentidas, tan íntimas y personales y por las fotos enviadas que ahora colgaré y por el vídeo que espero insertar mañana.
Gracias Elena por tu serie de fotos y por añadir a los gatos y la cuestecita, jejej.
Sois un tesoro de seguidores.Estar atentos que en un ratillo están las fotos.¡Qué respuesta ha tenido esta Entrada!
¡Ah! Elena esa foto de los pollitos es maravillosa.
ResponderEliminarEhhhhh! Que nos has puesto la foto repe... jajajaja
ResponderEliminarSe ve que a estas alturas del día ya veo doble, jejej Ya está arreglado, que todos los problemas fuesen esos ¿verdad?
ResponderEliminarPara Mariano y para mí también fue un sitio muy especial.
ResponderEliminarNos atraía, proporcionándonos la paz y el sosiego que tanto necesitábamos.
Solíamos ir con nuestros hijos, Mario que entonces tenía 7 años, a echar pan a los patos,y el pequeño, Miguel, que iba acoplado en la barriga.
A pesar de lo difícil de la situación también hubo muchos momentos felices.
Gracias por compartirlas, Guadalupe. Ya están colgadas las fotos del entonces pequeño Mario.
ResponderEliminarHay un pequeño malentendido, el de las fotos no es Mario sino Miguel con 11 años.
ResponderEliminarSe las hice en abril del 2013 cuando fuimos a una de la revisiones de Mariano.
Miguel no conocía el embarcadero (nació cuando Mariano estaba ingresado.)
Mario, su hermano, le contaba que cuando iba a ver a papá al hospital le daba pan a los patos y a los peces y él tenía muchas ganas de conocerlo.
Fuimos a enseñárselo....estaba todo anegado, pero los patos si los vio.
El caso es que lo puede bien y lo corregí creyendo haberlo entendido mal. Lo vuelvo a rectificar. Perdona, Miguel, con lo mal que le sienta a uno que lo confundan con su hermano ¿verdad?
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