Aunque nadie hemos venido a este mundo para quedarnos, es una pena despedirnos de los seres queridos. El blog está lleno de historias de vida y de pacientes y familias que luchan frente a la adversidad y cuando han superado el trauma, nos dicen adiós.
Esta entrada me ha surgido a raíz del fallecimiento de Domingo Dominguez Ríos el pasado 29 de Enero.
Domingo es de esos pacientes que no se olvidan. Fueron muchas la horas de charla en el despacho. Un paciente con muy buena adherencia al tratamiento con el que debatí largo y tendido.
Supe de su amor por los animales y me habló en una ocasión de una corza herida que logró sacar adelante a la que bautizó y todo, "Rosita". En la imagen inferior lo podemos ver junto a su nieta Celia y Rosita.
Me he puesto al habla con su yerno, José Manuel, y me ha enviado fotos muy entrañables.
Tomando el vermouth con su mujer Mariluz su hija Marian, yerno José Manuel y sus nietas Claudia y Celia
"Persecución"
Estoy en la cafetería, en breve mi abuelo acaba sus actividades. Aquí llega. Me acerco para darle el primer beso del día, pero, sin darme explicaciones, acelera y sale disparado. Yo, entre sorprendida y asustada, me voy sin pagar mi colacao e inicio una persecución por los pasillos. Sale a la calle, yo aún dentro, lo veo por la cristalera. Me estoy poniendo muy nerviosa; a pesar de que soy deportista no puedo alcanzarlo, esa dichosa silla corre mucho. Le grito pero no me quiere oír, yo sigo corriendo, el corazón me va a estallar, se dirige hacia el Tajo, dobla una esquina, lo pierdo de vista unos instantes; respiro aliviada... lo vuelvo a divisar. Ya lo tengo cerca….¡¡ ABUELOOOO !! ... Me paro, no puedo más, tiro la toalla, se acabó. Pero, de repente, como si de Carlos Sáinz se tratara, frena bruscamente derrapando hacia su derecha, girando ciento ochenta grados, quedando mirando hacia mi…. Yo, entre sonrisas y lágrimas, le pregunto : ¿tienes algo que decirme?... ¡Claro, que esta silla es maravillosa, Claudia, como tú!. Por cierto, ¿has traído pan para los patos?.
He vuelto a visionar el testimonio de Claudia y Celia con su abuelo Domingo en el Hospital. Lo vi en su día y lo recordaba perfectamente por su gran emotividad y muestras de cariño por ambas partes.
ResponderEliminarEn éste momento difícil para toda la familia quiero expresarles mis condolencias. Descanse en paz Domingo, ese buen "amigo que se ha ido"
Un fuerte abrazo, familia.
Javier Lázaro (Valladolid)
Gracias, Javier.
ResponderEliminar