domingo, 8 de enero de 2012

Con ojos de niño (I)

Suscribo el título que ya Francesco Tonucci usara en 1983 para plasmar cómo los niños veían la escuela a través de sus dibujos.
Desde mi experiencia en el campo de la lesión medular, puedo decir que los niños observan el mundo, interpretan la realidad y elaboran las pérdidas de un modo diferente a los adultos.
En esta entrada voy a hablar del modo en el que perciben la pérdida, no la propia, sino la de los otros (progenitores, hermanos, abuelos, tíos, primos, etc).
No hay un prototipo de respuesta pues cada niño es diferente pero si una tendencia generalizada a afrontar las pérdidas de un modo más adaptativo.
A veces, los adultos, tras sufrir la lesión medular, temiendo las reacciones, tienden a aplazar las visitas, el reencuentro, se sienten inseguros y creen que pueden ser rechazados por los cambios que se producen en ellos a nivel físico (respirador, traqueostomía, sondas etc.).
Aquí, la familia, juega un papel muy importante, por un lado, en la preparación de los niños y normalización evitando ocultar información y no demorando las visitas para que éstos se familiaricen cuanto antes con la situación y, por otro, infundiendo en el lesionado confianza.
Los niños, en general, les sorprenden por la naturalidad con la que incorporan los cambios y por el modo en el que se involucran en las tareas de “cuidar”, la forma en la que interiorizan la pérdida del control de esfínteres y por el modo en que aceptan la silla de ruedas. Ésta llega a ser un juguete y no digamos si es de tracción eléctrica. Si son varios los hijos o nietos se la disputan para ver cuando le toca a cada uno subirse o llevar al papá o abuelo de turno. Si se trata del sondaje, se convierten en enfermeros de la noche a la mañana, con guantes incluidos, y dispuestos a realizar la tarea. Si se trata de colaborar en la comida lo hacen mejor que los adultos porque para ellos no tiene las mismas connotaciones y lo viven como un juego.
Un paciente me contó cómo su pequeño de tres años se enorgullecía de él diciéndoles a sus amiguitos: "no toques la silla que es de mi papá".
La anécdota más reciente que me contaron otros padres es que su hijo en la carta a los Reyes Magos, les pedía a sus Majestades "un hombre que se lo hiciera todo como a su papá". ¡Qué mejor modo de aliviar la carga de la dependencia ver que también puede aportar beneficios!.



1 comentario:

MANDALAYC dijo...

EN ESTE MOMENTO PRECISO,CUANDO ESTOY LEYENDO TU ESCRITO ES COMO SI TU VOZ ESTUVIERA RELATANDO LAS PALABRAS.SOBRE ESTE ESCRITO,PUEDO DECIR QUE COMO MADRE QUE SOY .TIENES MUCHA RAZON EN EXPLICAR ,QUE EL NIÑO LO VE COMO EL ADULTO LO ENFOQUE.
EN MI CASO,PUEDO CONTAR,CUANDO ME ENCONTRABA EN MI CIUDAD (VALLADOLID)MI MADRE NO HACIA OTRA COSA QUE CUANDO MI HIJO IBA A VERME,SIEMPRE PROCURABA QUE NO ME VIERA LAS PIERNAS (SOBRE TODO LA IZQUIERDA,TENIA A LA ALTURA DEL TOBILLO UNOS FIJADORES EXTERNOS).ENTONCES A MI HIJO SE LE CREABA TANTO DESEO DE VER LO QUE OCULTABAMOS ,QUE EL NIÑO FUE CAPAZ DE POR SI MISMO DESCUBRIR QUE YO NO PODIA ANDAR E INCLUSO DIJO QUE EL ME ENSEÑARIA.PERO, NO SOLO ESO ,ADRIAN(MI HIJO)NO PARABA DE RONDAR ALREDEDOR DE MI CAMA.ADRIAN QUERIA SABER QUE SE ESCONDIA DEBAJO DE AQUELLAS SABANAS QUE TAPABAN MIS PIERNAS.HASTA TAL PUNTO QUE UN DIA MI TIO ,PROPUSO DESCUBRIR LO QUE DEBAJO DE AQUELLAS SABANAS OCULTABAMOS,SE HIZO DE UNA MANERA MUY NATURAL,TAN NATURAL ,QUE ADRIAN NI SE INMUTO.MUY BIEN EXPRESAS MARI ANGELES QUE LA FORMA EN LA QUE PREPAREMOS A LOS NIÑOS ES MUY IMPORTANTE.SOBRETODO SI SE HACE CON NATURALIDAD .