martes, 30 de junio de 2020

Celebrando el primer año, celebrando la vida

En otras ocasiones he hablado de cómo muchos lesionados medulares suelen celebrar dos cumpleaños, el del aniversario del día que vinieron al mundo y el del día que volvieron a nacer tras el accidente/lesión.

En estas imágenes podemos ver a Montse Ortega celebrar su primer aniversario en compañía de su marido Vicente y de su hija Leonor.



Y dado que es el primer año, aún no ha afrontado las secuelas derivadas de la lesión. La adaptación progresiva a las pérdidas conlleva un proceso largo. Además, en su caso le ha sorprendido la Pandemia del Covid-19 y el confinamiento, partiéndole por medio al rehabilitación en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo donde estaba acudiendo ya en la modalidad ambulatoria.

Cuando fue posible empezar las clases y examinarse, se sacó el carnet adaptado


Y es ahora, a las puertas de su marcha a Yecla, de donde proceden, que ha empezado a contactar con Irene Villa como modelo de persona que se rehizo tras el atentado sufrido hace muchos años.

La vemos el domingo en la casa de Irene 


Desde aquí le deseamos lo mejor a Montse. Espero que algún día ella nos ayude con otros lesionados en el afrontamiento de sus pérdidas.

jueves, 25 de junio de 2020

Los que nunca se rinden

El pasado domingo publicaba esta entrada centrada en la figura de Carmen Movellán


Hoy la traigo de nuevo al blog a propósito de su colaboración en este libro "Los que nunca se rinden".




El libro recoge 58 «historias con alma», entre reportajes, entrevistas y crónicas realizadas en los últimos siete años, cuyo hilo conductor es la superación personal de sus protagonistas.


https://www.abc.es/espana/castilla-la-mancha/toledo/ciudad/abci-periodista-manuel-moreno-recopila-libro-historias-superacion-201809112213_noticia.html



La vida y los sueños de Mamen en 582 palabras

“Hola,
Me llamo Mamen Movellán García. nací en Palencia y vivo en Toledo desde hace 15 años, cuando me trasladaron desde Tenerife porque un accidente de tráfico me produjo una lesión medular.
Vivía en la isla del Hierro y la tarde del 9 de mayo de 2002, volviendo a casa, sufrí un accidente; iba en el asiento del copiloto sin cinturón de seguridad. Una salida de la calzada, unas vueltas de campana y salí despedida del vehículo. Yo no recuerdo absolutamente nada, pero me contaron que un helicóptero realizó mi traslado urgente al hospital “Virgen de Candelaria” de Tenerife.
Casi un mes de coma inducido. En cuanto desperté y pude viajar, un avión medica Liza do me trajo a la península. Ya en el Hospital de Parapléjicos de Toledo se me informó de la lesión. Durante casi 9 meses de hospitalización tienes que aprender a vivir en una silla de ruedas, una vida diferente pero no tiene por qué ser peor. Desde entonces yo decidí ser feliz y cada día un poquito mejor. A mí personalmente la discapacidad me ha hecho más libre.
Supongo que siempre me gustó el deporte, porque la silla de ruedas no te convierte en alguien diferente, pero sí que se encarga de que afloren en ti valores y capacidades que estaban dormidas o poco atendidas. Hoy el deporte es uno de los motores de mi vida, mi mejor medicina. He probado casi todos los deportes adaptados, pero con mi lesión, una paraplejía completa motora y sensorial, a la altura de la dorsal 5 -es decir, a la altura del pecho-, la falta de equilibrio es mi peor aliado. Mi tronco carece de abdominales y lumbares, por lo que ni en baloncesto ni en tenis me desenvolvía demasiado bien. Mi último intento fue con el pádel, pero mientras entrenaba se me escapaban todas las peloteas; y las que conseguía dar con la pala, ninguna llevaba la trayectoria correcta.
Mis ojos se desviaban al fondo de las pistas, allí había una sala de musculación, yo sabía que adaptado no me iba a encontrar ningún aparato, pero me decidí a preguntar. Y allí encontré a Cesar, un monitor que se propuso ayudarme y que me sintiese cómoda. Lo consiguió. Levó 2 años sintiendo cada día, con los descansos que él me exige y las sobrecargas y lesiones me obligan a tenerlos.
Al mismo tiempo que entraba en el mundo de la halterofilia, conocí también a Miriam. Ella me habló de su proyecto, de formar un equipo de rugby en silla, y la idea también me enamoró. El rugby es un deporte destinado especialmente a personas con lesiones muy altas, tetraplejias o dorsales altas. ¡Eso sonaba muy bien! Mi lesión es una dorsal 5, pero tengo 49 años. Así que creo que encajo perfectamente en el equipo, que de momento solo consta de unos pocos jugadores, una entrenadora, algún preparador físico y con un montón de ilusión por sacar adelante nuestro proyecto. No tenemos nada más, necesitamos mucha ayuda y no parece que vaya a ser fácil. Sillas, equipa iones... Hasta hoy, a las puertas que hemos tocado, no nos han hecho mucho caso; parece mentira, porque luego les encanta colgarse medallitas.
Nosotros vamos a seguir en nuestro empeño, entrenando en las condiciones que se nos permitan, hoy por hoy poco adecuadas. Pero seguiremos hasta conseguir nuestro sueño y algún día lograr competir y dedicar nuestros triunfos a todos aquellos que nos apoyaron y creyeron en nosotros y a los que no, también.”



domingo, 21 de junio de 2020

Sesiones ejemplarizantes

Carmen Movellán García. Foto propia.
Tuve la oportunidad de llevar a cabo una Sesión de Afrontamiento con Carmen Movellán, "Mamen" , como la llamamos los que la conocemos hace tiempo. La sesión ha sido de apoyo a una  paciente para que le sirva de modelo de rol. Teníamos contacto habitualmente pero no había descubierto el potencial que tiene esta "mujer coraje" que ha sabido encajar la lesión medular y la silla a las mil maravillas. Se llega, incluso, a olvidar de que está en silla después de tantos años.

«ME FUI A LA ISLA DEL HIERRO PARA INTENTAR CAMBIAR MI VIDA Y…»
Mamen Movellán, palentina de 44 años, se fue un buen día a la isla del Hierro porque quería dar un giro a su vida. «Pero vamos, que cambió del todo», recalca. Fue hace 11 años cuando sufrió el accidente que la dejó en silla de ruedas. «Iba de copiloto y no recuerdo lo que sucedió. No, no… No lo recuerdo. Pero vamos, sí sé que iba sin cinturón de seguridad puesto y que salí despedida del coche
Es curioso, porque después de todos estos años, también se quedó a vivir en Toledo, «le estoy muy agradecida a la silla. Lo acepté bastante bien y sí, es verdad, mi silla está debajo de mi culo, no en la cabeza».
Le parece fenomenal contar su caso a los conductores que pasan por los controles, «porque con saber que hemos llegado aunque sea a sólo una persona…». Encomiable.


Una de las cosas que le han dado la vida ha sido el deporte. Ella pertenece al equipo de rugby en silla de ruedas.


Mamen la segunda por la izquierda.



También practica Boccia


Además, ha llevado a cabo campañas de sensibilización de Seguridad Vital 




e imparte desde hace poco charlas de prevención en Centros educativos.

Campaña "Muévete con seguridad"