jueves, 10 de mayo de 2012

La fachada personal : Sobre el cuerpo y la apariencia y su influencia en la interacción social

Goffman introduce el concepto de fachada personal ("front") que define como la dotación expresiva empleada por el individuo durante una actuación, ya sea de forma intencional o no. Considera, asimismo, que el cuerpo, junto a su "envoltorio", es el primer signo mediador en la nueva relación social.

La corporalidad se constituye en un instrumento de expresión de nuestra propia personalidad, también nos sirve para tomar contacto con el exterior comparándolos con otros cuerpos u objetos (A.M. Barreiro).

Para Merleau Ponty "nuestros cuerpos no son sólo el lugar desde el cual llegamos a experimentar el mundo, sino que a través de ellos llegamos a ser vistos en él".

La frase, ya pronunciada en otras entradas, "la belleza está en el interior" obedecería sólo a una parte del cuerpo de la persona, la que corresponde a su esencia interior, pero el cuerpo, ya vemos, también tiene un "envoltorio" o apariencia física cuya representación social no debemos de eludir y, más aún, cuando se acompaña, en muchos lesionados medualres, de un elemento nuevo que hay que incorporar como es la silla de ruedas.

Ya he comentado en otra entrada que las personas dependientes de silla de ruedas para desplazarse evidencian más su "discapacidad" a causa de la silla, elemento que se hace tan visible y que muestra el cuerpo "fragmentado" e "imperfecto" lo que hace a la persona diferente a los ojos de los demás (Costa VSP y otros).

No todo el mundo incorpora la silla de ruedas del mismo modo. Así, hay algunos que hablan de ella como algo que no les queda más remedio que usar para desplazarse. Otros, lo ven como el "mal menor" de todas las secuelas derivadas de la lesión llegando a considerarla como los "nuevos zapatos" que tienen que ponerse a partir de ahora.

Otro factor a tener en cuenta es la "vergüenza" que surge como consecuencia de la inseguridad y baja autoestima que se genera en el l.m. tras contraer la lesión y "sentarse en la silla".

Para cerrar esta entrada, decir que una vez asumida la silla, las personas con l.m. llegan a pensar en las cualidades que deben reunir no sólo en lo que a peso o tamaño se refiere (ligera y que "se note o se vea poco") sino a su estética (color a juego con una u otras preferencias, con accesorios o adornos ("tuneadas"),  etc).

2 comentarios:

Ana dijo...

Me parece interesantísima esta entrada. Mi actual pareja tiene una lesión medular, nosotros nos conocíamos de antes de su lm, desde que éramos unos chavales y después dejamos de vernos y de saber el uno del otro, cuando nos reencontramos hace un año vía redes sociales él ya había tenido el accidente. Cuando después de pasar el confinamiento hablando por whatsapp, por teléfono y por zoom decidimos quedar para vernos en persona a mí me producía cierta inquietud o preocupación el hecho de no saber reaccionar ante la realidad de verlo en la silla, de hecho, así descubrí este blog y hasta pregunté. Yo no había tenido trato cercano con usuarios de silla de ruedas y me preocupaba hacer o decir algo incorrecto o crear una situación incómoda. Después quedamos y todo fue muy bien, bueno, tan bien que ya llevamos varios meses saliendo, pero me preocupaba ese primer contacto. Hace unas semanas, hablando de aquella primera cita post confinamiento, él me dijo que en aquellos había estado preocupado por cuál iba a ser mi reacción, que le daba miedo que después de aquellas semanas charlando y viéndonos por pantallas, la realidad de la silla enfriase nuestra amistad. Bueno, luego acabó confesando que yo ya le gustaba y que se planteaba la posibilidad de una futura relación y temía que la primera impresión de la silla le restase atractivo y estropease el vínculo que estábamos empezando a crear. Me pareció tan curioso que los dos estuviéramos pensando cosas parecidas sobre lo mismo y que ninguno se atreviera a verbalizarlo, hablábamos a diario de todo y ninguno fue capaz de sacar el tema, cosa que lo habría hecho todo mucho más fácil. A mí me daba vergüenza sentirme así, me parecía casi una falta de respeto hacia él plantear que el primer contacto con su silla me intimidaba un poco y a él le daba vergüenza decirme que estaba preocupado por nuestro primer encuentro porque creía que decirme eso sería casi como acusarme de tener prejuicios. Es interesante ver cómo a veces las personas tenemos una tendencia natural a complicarlo todo.

Afrontando la lesión medular dijo...

Gracias, Ana. Es verdad que la tendencia humana es adelantarse y preocuparse por cosas que no sucederán. Tenemos demasiados prejuicios y damos mucha importancia a la apariencia.

No sabes lo que agradezco que compartas una experiencia tan personal y al tiempo tan bonita y que las cosas os vayan bien.

Con mis mejores deseos.