Este es un libro que aborda ocho episodios de la ciencia española a través de algunas imágenes, la sinuosa historia de una presencia fantasmal a partir de unos rastros igualmente espectrales. Las imágenes aparecen y desaparecen, nos convocan y actualizan cosas muertas o sumergidas. La ciencia ha sido y sigue siendo vista como una presencia incierta, reivindicada y postergada en el contexto de nuestra cultura. ¿Hubo ciencia en España? ¿Por qué nos cuesta verla? Como los muertos mal enterrados, la ciencia golpea nuestro subconsciente y aguarda un funeral digno, una reubicación al lugar que merece en la memoria y en nuestro imaginario colectivo. Desde el avistamiento del Mar del Sur hasta una reciente exposición naturalista en el Museo del Prado, por este libro se pasean dibujos, óleos, mapas, fotografías, láminas botánicas y estampas microscópicas de nuestro pasado, imágenes intermitentes y luminosas, fantasmas de la ciencia española.
Hace pocas semanas, el español Pablo Jarillo ganó el prestigioso premio Wolf de Física por encontrar el “ángulo mágico” del grafeno. Pocos días después, los medios informaban de que el científico español Joan Massagué había descifrado el origen de la metástasis, un avance con un potencial curativo inmenso de los cánceres de peor pronóstico. Además, la Organización Nacional de Trasplantes de España, que lleva 28 años en el primer puesto global, batió su récord al gestionar 19 trasplantes en 24 horas. Éxitos que resumen un diagnóstico general: científicos y médicos españoles están en la vanguardia de las fronteras de conocimiento.
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