viernes, 19 de julio de 2013

"Solo quiero oir la voz de mi padre"

"Lleva poca carga.
a nada te aferres
 porque en esta vida
nada es para siempre" 


Esta Entrada me la han inspirado dos pacientes, Jose Luis y Jaime a partir de los comentarios emitidos por sus hijo/a, respectivamente, cuando tuvieron conciencia del alcance y gravedad de las lesiones. : "Me conformo con oir la voz de mi padre o con poder seguir hablando con mi padre" A esto se suman otros muchos Pepes, Juanes, Pilares y un largo etcétera de pacientes con los que diariamente trato de los estilos de afrontamiento y la respuesta de su familia ante las pérdidas.

Se trate de padres en relación con sus hijos, de hijos en relación con sus padres o de parejas, CASI TODOS, priman por encima de todo la supervivencia, esa segunda oportunidad, el poder seguir viviendo y CELEBRANDO LA VIDA. Me viene, inevitablemente, de nuevo a la mente la canción de Dani Macaco : "Brindo por tí "http://www.youtube.com/watch?v=VxnFirCYkdQ apoyado por Eduardo Punset que nos habla de la importancia de "celebrar la vida".

Después de recibir noticias de una manera tan cruda y como si se estuvieran ensañando con los familiares en las que éstos nos dice que les vaticinan que sus seres queridos se van a quedar en la cama para toda la vida como un vegetal o conectados a una máquina, no me extraña que "celebren la vida" sea como sea.Si, además, como suele suceder, se salen con la suya y superan esos pronósticos tan catastrofistas, mejor quer mejor.

De otra parte, cuando el paciente se ve tan limitado en las primeras etapas de la rehabilitación lo primero que se le pasa por la mente es DESAPARECER. Algunos, como una paciente la semana pasada, piden morir, otros, anhelan no amanecer al día siguiente.

Se requiere de gran fuerza y valor para seguir adelante y más cuando el lesionado está solo o no tiene nadie ni razones que "tiren" de él. Si los pacientes tienen estos "hijos coraje" y esposas o maridos corajes", "padres coraje" o "toda una familia coraje" es difícil que tiren la toalla pero aún así, ocasionalmente, nos tropezamos con pacientes que abandonan y que no se dejan querer familiarmente ni apoyar profesionalmente.

Sigo insistiendo en que hay que salir con un proyecto de vida, con un "plan B" del Hospital para que el alta y la adaptación sea más llevadera y las secuelas derivadas de la lesión se asuman mejor.

6 comentarios:

"La Chica del Jardín" dijo...

la VIDA, ¿quién es capaz de no celebrarla y brindar por ella?

Creo que la lesión nos enseña a AMAR LA VIDA con más fuerza y a disfrutarla más.

No creo que los familiares seamos tan especiales, simplemente nuestro AMOR hacia el lesionado nos mueve, y creo que tenemos un papel importante, aunque yo no le doy tanta importancia, pero para nuestro lesionado debemos ser VITALES, ALEGRES, ANIMOSOS, y un largo etcétera que llene de VIDA su situación. ¿De qué les sirve que lloremos por cada esquina? ¿De que sirve el derrotismo? ¿De qué sirve...? Si nosotros no somos capaces de acompañar y ayudar con alegría... mejor que nos volvamos a casa y que otro nos sustituya.

Las etapas de la rehabilitación son duras, pero ¿y si no estuviéramos? más aún. Yo no quiero perderme ni un avance de Manuel, cada día sorprendiendo, cada día inventando, cada día intentando algo nuevo ( si le hubierais visto esta tarde leyendo los monólogos que escribió hace años... y se ha dejado grabar para hacer una prueba... ¡qué lujo!)

Bueno, creo que debo ir a dormir un ratillo, besos y hasta mañana...

Afrontando la lesión medular dijo...

Los familiares no sois especiales hasta que lo sois. yo, ante vosotros, "me quito el sombrero".

Mañana hablaré dedicaré una Entrada a la "resiliencia familiar".

Es verdad que no nos vale al lado del paciente una familia que no tire de él o lo estimule en la rehabilitación. El paciente necesita ver que la familia cree en las posibilidades rehabilitadoras, un sistema que contenga la "catástrofe" acaecida.

Felipe dijo...

Volver a oír la voz de un ser querido cuando sale de la UCI y ha estado un largo periodo sin poder hablar es una de las experiencias más reconfortantes del proceso de rehabilitación. Comprobar que su tono de voz es el mismo de siempre hace concebir la primera esperanza, cuando ya se temía por su vida. En ese momento es casi imposible contener el llanto. Un llanto de alegría.
Quedan atrás larguísimas horas de temor, de incertidumbre y de angustia y empieza a brotar el germen de una nueva vida.
Después asumimos ese primer milagro y , como seres humanos que somos, queremos más. No sabemos aún cuanto sufrimiento nos espera, tanto al lesionado como a sus familiares, pero también somos más fuertes, más resistentes al dolor. Incluso más humanos.
Abrazos toledanos.

Afrontando la lesión medular dijo...

Veo que eres uno de los resilientes familiares de los que acabo de hablar en el Post que acabo de editar.

Además de la voz, hay otras experiencias que son difíciles de describir o medir en emociones. como es el hecho de verlo respirar, verlo de nuevo de pie o verlo andar. En los casos de pacientes que tienen comprometidas la extremidades superiores, el verlo manejarse para rascarse, comer, lavarse los dientes, entre otras. Se valora cada pequeño logro.

Hablaré en breve del dolor y la capacidad de rehacerse. Hoy hablo de esta resiliencia o resistencia.

Anónimo dijo...

Cuando veo a mi amigo, pienso que no va a salir, amaba la vida y ahora solo piensa en sobrevivir, o tal vez en dormir y no despertar.

Muchas veces me ha dicho que no se escuchar y que veo solo por encima de las cosas y cuando opino de algo, simplemente dice que no se de lo que hablo.

Creo que en parte tiene razón, no vivo con el, ni soy parte de su familia y no veo lo que ellos viven día a día.

Me duele pensar que pasará el resto de su vida así, creo que me resisto a creerlo, pero al final tengo que respetar sus decisiones.

Creo que el dolor nos ciega y hace que no veamos algo para salir adelante o no se.

Pero leer el blog hace sea un poco positiva.

Adry

Afrontando la lesión medular dijo...

Adry, haré una Entrada relativa a ese tema en unos días que te ayudará a ver que hay salida. Está atenta.