viernes, 14 de octubre de 2016

Las manos que fueron y siempre serán

Recibo hace dos días la triste noticia del fallecimiento de la madre de Concha Perelló, amiga y compañera murciana, coautora de el libro "Afrontando la lesión Medular" y que el pasado año nos regaló el Cuento 35 "Las manos de mi madre". Su madre no pudo llegar a este nuevo Certamen. Lo menos que puedo regalarle a ambas es esta merecida entrada en el blog.

D.E.P.


Las manos de mi madre

"Las manos de mi madre me abrazaron y me acogieron al nacer
eran cálidas y me arroparon con amor.
Las manos de mi madre me guiaron por la vida de niña,
me peinaban, me protegían y curaban las heridas.
Cuando fui adolescente y joven, me señalaban lo que estaba bien y lo que no,
me censuraban, a veces con excesiva firmeza,
y yo las rechazaba, me enfadaba, me distanciaba,
porque necesitaba libertad, independencia, autonomía.
Sus manos vibraban cuando cantaba, pintaba, o escribía poesías
pero sobre todo cuando emocionada cogió a su nieta por primera vez.
Sus dedos finos, sus uñas almendradas,
tan bellas y elegantes,
siempre me gustó mirarlas.
Las manos de mi madre ahora tiemblan pero siguen siendo hermosas,
me hacen sentir ternura y son las mías las que la acogen y acarician."



Concha Perelló28 de octubre 2015