Me ha resultado muy entrañable esta mañana ver llegar al Hospital a un hombre joven con un ramo de "rosas de color rosa" para su esposa, que estaba en la UVI, como regalo de S.Valentín. Al amor, ni la lesión puede ponerle puertas, pensé.
Esta mañana oí, también, decir en la radio que se concluía, tras un estudio realizado para ver los mecanismos cerebrales que estaban implicados en el enamoramiento, que el cerebro tardaba en procesar dicha emoción dos minutos lo que venía a confirmar la existencia del flechazo o amor a primera vista. Supongo que todo esto es discutible y que el amor es mucho más que todo eso.
En relación con el pronóstico respecto a mantener el vínculo amoroso después de la lesión, existe la creencia de que se rompen muchas relaciones tras la misma, atribuyendo la causa de dicha ruptura a la silla de ruedas.Se rompen ni más ni menos que las que se rompen en la población en general, tasa que ha ido en aumento en los últimos años.
En mi trayectoria en el Hospital Nacional de Parapléjicos, veinticuatro años, he asistido a un cambio en las relaciones del sistema familiar, encontrando cada vez más familias desectructuradas y parejas rotas.
La ruptura tras la lesión, por tanto, no siempre es atribuible al hecho de la lesión-secuelas, sino al grado de compromiso y calidad de las relaciones previas.
De todos modos, cuando el motivo de la ruptura está claramente asociado a la silla, ésta es más frecuente cuando se trata de mujeres. Parece que los hombres son más materialistas y se fijan más en los aspectos físicos a pesar de que como diría Antoine de Saint-Exupéry : "Lo esencial es invisible a los ojos" o de la conocida frase del cuento de La Bella y la Bestia : " La belleza está en el interior".
Lo determinante sería, en suma, la autenticidad de la relación. Es lícito, no obstante, que alguien no sea capaz de asumir (sea hombre o mujer) el cambio y no se debe juzgar sin conocer. No es fácil tomar decisiones en este sentido y nunca parece oportuno el momento de la ruptura y más para el lesionado que tiene que hacer frente a dos pérdidas relevantes.
Cuando se piensa en la ruptura siempre pensamos que el lesionado medular está en desventaja a la hora de decidir sobre el futuro de la relación aunque, en algunas ocasiones, es quien decide interrumpir la misma.
Es evidente que si uno no está dispuesto a luchar hasta el final para, como decía A. S.Exupéry, :"Mirar juntos en una misma dirección", la relación debe de terminar.
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