viernes, 15 de febrero de 2013

Envejecer con lesión o sin ella

Ya he comentado en algunas entradas del blog sobre los factores que influyen en el buen pronóstico de adapatación a la lesión medular y sobre el afrontamiento en función de la etapa del ciclo vital en la que se contrae aquélla. El hecho de ser joven juega a favor debido a la plasticidad de los jóvenes para adaptarse a los cambios. Cuando la lesión acontece en una etapa tardía del ciclo vital, la adaptación se hace más difícil y la salida al alta también es más complicada porque ser mayor en nuestros días implica casi, automáticamente, el ingreso en una Residencia Asistida.

La diferencia en relación a la lesión es que la edad no es la única causa que precipita el ingreso en una Residencia sino la necesidad de cuidados a causa de la pérdida de movilidad y autonomía personal .

Ya he hablado también de otras alternativas no institucionalizadas y más "normalizadas" e integradoras, como es el hecho de vivir en el propio domicilio ya sea el previo a la lesión o el nuevo, cuando la lesión obliga a un cambio, con la ayuda de Asistencia Personal.

Recuerdo un paciente que al alta fue ingresado en una Residencia junto con su esposa que había empezado a mostrar los primeros signos de la Enfermedad de Alzheimer porque a los hijos les daba mayor tranquilidad. En este caso podría haberse mantenido el apoyo a domicilio con el que contaba la pareja ampliando el horario porque económicamente se lo podían permitir. Este caso era más sangrante, si cabe, porque el paciente tenía la suerte de contar con dos viviendas y una economía saneada. El video que cuelgo aquí http://www.youtube.com/watch?v=kcVBH3s7Wys  Cómo quieren ser cuidadas las personas mayores "me llamo Carmen" me trajo a la memoria a este paciente del que no he vuelto asaber nada y que aceptó, resignado, la decisión de sus hijos.

Con esta Entrada, vuelvo a destacar la importancia de la familia y el papel que juega, primero en la rehabilitación y después en la adaptación a la lesión y a las secuelas derivadas de ella. Casi desde el momento que ingresa el paciente al Hospital y vemos con qué soportes cuenta, sabemos cual va a ser su modo de afrontamiento.

En mi experiencia, la mayoría de los pacientes cuentan con unos apoyos dignos de admiración. Si se trata de padres, lo dan todo por sus hijos y si es la pareja, cuando el varón es el lesionado, suelen ser también incondicinales. Hay algunos casos en que son los hermanos los que aplazan sus proyectos para apoyar al lesionado. Hablaré de una de las Escritoras, hermana de un paciente, que dejó su trabajo en Australia con un futuro por delante para estar cerca de quien consideró en ese momento que era quien más lo necesitaba.


2 comentarios:

Betty dijo...

Este tema es complicado !Con lo que nos toca vivir! La "liberación de la mujer" en este pais donde pedir una excedencia para cuidar a hijos, enfermos y mayores está mal visto. Ademas de quedar fuera del mercado laboral en un par de años. Para que hablar si el que pide la excedencia es un hombre. Nos obliga a ser a veces inhumanos con los seres queridos. Dejarlos solos en casa con asistencia casi todo el día puede ser desolador. ¿Y en su propia casa?
En este pais lleno de tramposos. (Empresarios y trabajadores), a la hora de renunciar por nuestros mayores... nos ponemos todos muy profesionales. no se cual será mi actitud cuando llegue el momento. Espero estar a a altura.

Afrontando la lesión medular dijo...

La verdad, Betty, es que es un tema que daría para hablar mucho.

Veo que sacas temas interesantes , entre ellos, lo poco que favorecen las leyes en España a la conciliación de la vida familiar.

Otro tema es el que sigue asociado, mayoritariamente, el he cho de cuidar al sexo femenino aunque hay hombres con mejor perfil que muchas mujeres, conozco últimamente unos pocos y no jóvenes precisamente.

También creo que le vejez se ha devaluado en contra de lo que hasta hace poco fue un valor. Vamos apañados, pues, con la inversión tan brutal que se ha producido en la pirámide poblacional.

El cuidado era algo que tradicionalmente se pasaba de padres a hijos y ahora es cuestionado y no sólo porque haya impedimentos de tipo económico o de tiempo material sino también por el cambio en los estilos de vida, en el éxodo a las ciudades y alejamiento del medio rural, en la crisis de la familia, entre otros.