viernes, 2 de enero de 2015

Otro año de propósitos

El Comienzo del año suele ser momento de examen de conciencia y enunciado de nuevos propósitos. Parece una actitud humana y una necesidad en busca del equilibrio emocional y de la felicidad.

No se que nos sucede que pasa el año y no hemos logrado cumplir aquello que nos propusimos.También en el verano, una etapa de descanso en la que tenemos otra perspectiva, solemos hacernos una serie de propósitos. Creo que este ejercicio, más allá de que seamos capaces de cumplir lo que nos planteamos o no, es más beneficioso que dañino.

Y dejo estas reflexiones de Leila Guerrero que viene a colación de esto y que ella expresa mejor que yo y a ver si los seguidores se animan a contarnos sus propósitos para este año que acabamos de estrenar.

Debería, por ejemplo, empezar por viajar más, por viajar menos, por no viajar en absoluto. Debería hacer las paces con mi padre, debería depender menos de mi padre, debería ver a mi padre más seguido. Debería salir de esta casa en la que paso tanto tiempo sola, debería quedarme en casa y no salir a aturdirme con gente que no me importa en absoluto. Debería terminar mi novela. Debería renunciar a este trabajo que detesto. Debería ir a bailar antes de ser el más viejo de la discoteca. Debería divorciarme. Debería empezar a usar toda esa ropa que hace años que no uso. Debería ir a recitales. Debería invitarla a cenar, invitarlo a un bar, decirles que soy gay. Debería parar con la cocaína. Debería probar alguna vez un trago, debería beber menos, debería dejar de beber. Debería aprender a tocar la guitarra. Debería ir a África mientras todavía puedo caminar. Debería cambiar de analista, conseguir un analista, dejar de ir al analista. Abandonar las pastillas. Ceder. No ceder. Arrojarme en paracaídas, tomar un curso de buceo, poner un hotel en la montaña, un bar en una playa de Brasil. Ir más despacio, ponerme en marcha, no mirar atrás. A fin de año, más que nunca, la vida no es la vida sino una patética declamación de buenas intenciones, una renovación del permiso de postergarlo todo, una fe idiota en que nunca será demasiado tarde para nada. “Toda la inmortalidad que puedes desear está presente / aquí y ahora”, escribió el poeta chileno Gonzalo Millán en Veneno de escorpión azul, su diario de vida y de muerte, y esa bestia terrible de la poesía, la uruguaya Idea Vilariño, dijo, mejor que nadie, peor que nunca: “Alguno de estos días / se acabarán las bromas y todo eso / esa farsa / esa juguetería / las marionetas sucias / los payasos / habrán sido la vida”.


4 comentarios:

Felipe dijo...

Si he logrado aprender algo en setenta años de vida ha sido que los propósitos, sobre todo los firmes propósitos, no suelen serviir de mucho. Tratar de ir el línea recta, que es la distancia más corta entre dos puntos, no es posible cuando se trata de andar por terreno abrupto.
Más bien creo en tratar de fijarse objetivos y adoptar la postura del junco.
Pero insisto, una vez más, cada uno tiene que actuar según sus posibilidades y cada uno es quien mejor se conoce.
Mi deseo, para este año, para mi y para la gente que aprecio, es que,la vida que se no se nos presente no sea demasiado hostil.

Afrontando la lesión medular dijo...

Según Ramon Bayés, psicólogo, podemos tener ilusiones, hacer proyectos, tener expectativas, vivir a veces en el presente de las cosas futuras siempre que eliminemos de dicho futuro el condicional, por ejemplo : Seré feliz solo si mis ilusiones se hacen realidad, si mis proyectos se cumplen, si mi enfermedad desaparece, etc.....

Cuando estamos descansados (La Navidad puede ser es momento, así como el verano) es un mal momento para establecer metas porque al estar cargados de energía sobrevaloramos nuestras capacidades y no somos realistas. Tenemos que ser conscientes de que las energías que nos cargan en vacaciones no son las mismas durante la vida cotidiana.

Como bien dices, felipe, cada cual debe de actuar acorde a sus posibilidades y realidad.

Espero que vosotros, que ya tenéis una buena dosis de adversidad y sufrimiento, no tengáis que pasar por más situaciones que pongan en riesgo la integridad física y psicológica. Creo que ya es hora de recorrer caminos transitables y que la vida os trate con bondad.

Sonriman dijo...

Comienza un nuevo año. Uno se para a pensar, meditar las cosas que debería , querría hacer.Muchas veces esas cosas que uno desea , quier hacer no se llevan a cabo, no se realizan. Pero sí uno se para un momento y analiza y observa , todo lo que se ha meditado durante un tiempo y sí ese tiempo es abrupto, lleno de baches, sin darse uno cuenta a realizado ha echo algo, sea poco o sea mucho, ese algo ha sido, considerado, valorado de una forma positiva.
Yo por mi parte seguiré, por el camino empezado hace ya un tiempo. Un camino con baches , trabas, obstáculos,pero es un camino que se debe hacer, se tarde poco o un poco más pero se debe intentar, yo por mi parte seguiré , como puedo SONREÍR, SONREIRÉ, y esperare ser SONREÍDO.
Sin más una INMENSA SONRISA A TODO INMENSO SER HUMANO QUE ME RODEA.

Afrontando la lesión medular dijo...

Quedarse con lo positivo, llevas razón Manuel, aunque no se hay alcanzado del todo el objetivo. Por eso comentaba yo que es más beneficioso que dañino el hecho de parara pensar qué quiere uno alcanzar aunque no llegue.

Ya sabemos que............ "se hace camino al andar aunque al volver la vista atrás se vea la senda que nunca se ha de volver a pisar".

Otra inmensa sonrisa para tí.