viernes, 6 de febrero de 2015

Traspasando el umbral

En esta ocasión, me voy a referir al umbral de la intimidad, algo que se traspasa con mayor o menor delicadeza en el Hospital de Parapléjicos y al que se enfrentan cada día pacientes y profesionales, cada uno desde una perspectiva, como es natural.

Pongámonos, como diría Elena Vila, en la piel del paciente. Hay personas que lo pasan francamente mal sometidas a las miradas de los profesionales y sienten su cuerpo muy invadido y expuesto a múltiples agresiones. La Ética tiene mucho aquí que decir.

Nos hemos familiarizado tanto con las situaciones que no nos damos cuenta en ocasiones del malestar que determinadas invasiones o prácticas suponen para el paciente. Ya solo el hecho de estar inmóvil y desnudo bajo una sábana le deja a uno totalmente desprotegido e indefenso. Como además es un Hospital por el que rotan en prácticas alumnos de muchas disciplinas de pregrado (enfermería, fisioterapeutas) y de postgrado (médicos de diferentes especialidades) el paciente se siente intimidado al ser explorado por tantos profesionales.

Las funciones de evacuación que el lesionado, debido a las secuelas derivadas de su lesión, no puede controlar, ponen al paciente en una situación incómoda al tener que hacer sus necesidades en la cama, algo totalmente antinatural. A continuación debe ser aseado y limpiado. Asimismo, el baño para algunos es muy humillante porque es trasladado a la sala del baño en una bañera portátil.

La verdad es que es llamativa la capacidad de adaptación del género humano ya que lo que en un principio parecía ser algo que uno no podría soportar, llega a ser vivido con "naturalidad" y tomado con bastante filosofía, permitiéndose, incluso, el paciente bromear con las situaciones y adornarlas de cómicos matices.


Se oyen esas expresiones :

"Ya me da igual, me ha mirado el culo tanta gente que ya no me preocupa"

Lo peor no es la invasión en sí, que parece inevitable en las situaciones de dependencia sobrevenida, sino la falta de delicadeza y consideración para la persona, la puerta que se deja abierta cuando el paciente está desnudo o sondándose, la falta de intimidad para estar solo con uno mismo o con la pareja, entre otras situaciones.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Por mi parte decir que por supuesto hai muchisimas cosas que cuesta asumir y acostumbrarse, pero como no hai otra lo tienes que hacer . quisiera desde aquí poner un toque de atención en las ventanas del hospital nuevo, porque reune mui pocas condiciones para la intimidad del enfermo . Aunque no quieras hai veces que estan arreglando a un paciente y desde enfrente esta a la vista de todos.un saludo de isa y andres

Sonriman dijo...

Buenas noches, en mi opinión en las habitaciones anteriores, la visión desde otro punto, era un poco difícil, devido a que daba al jardín. Pero una vez ingresado te vas acostumbrando , al estar desnudo en la cama, a que todo aquel que te manipula te ve o puede verte desnudo, al principio con la lesión no se da uno cuenta y después ya te han visto tantos que uno más que más da.No creo que alguien en esas circunstancias empleé el tiempo en mirar, la prisa que tienen que llevar, no les hace casi mirar, y si les preguntas es su trabajo. Por otro lado opinión personal, lo que van a degustar los gusanos que lo disfruten los humanos
Con todo respeto, una inmensa sonrisa aaaaaa. Manuel ( sonriman ).

Felipe dijo...

Es imposible, para aquellos que han sido educados en el pudor, no sentirse avergonzados al tener que mostrarse desnudos ante desconocidos. Comprendo que en un hospital no es posible ser muy escrupulosos pero si se podría cuidar un poco mas de lo que se hace.
La solución está en manos de los profesionales que se ocupan de ello. Pero tal vez estos profesionales no se han sabido meter en la piel de los pacientes.

Afrontando la lesión medular dijo...

No sólo sucede en el Nuevo Hospital, Isa, porque ya hubo quejas de alguna paciente cuyo ventanal daba a unas rampas por las que desfilábamos los profesionales y aquello era como un escaparate cada vez que se tenía que sondar.

No se si pensamos que una vez lesionado, todo da igual pero creo que hay que seguir siendo pudoroso y proteger a nuestros pacientes.

Gracias, Isa, por el seguimiento y abrazos para ti y Andrés.

Afrontando la lesión medular dijo...

Hay miradas y miradas y el lesionado las capta al igual que hay comentarios y comentarios. es un tema delicado y yo creo, Manuel, que muy importante aunque los lesionados os acostumbréis, finalmente, a todo.

Afrontando la lesión medular dijo...

Pues pienso, Felipe, que pocos se ponen "en la piel de los pacientes" y que nos hemos familiarizado demasiado con las situaciones como si el pudor no existiera.

Me consta que hay profesionales muy profesionales que hacen más llevadero a los pacientes estas situaciones de indefensión y vergüenza a las que se exponen tras la lesión.

Anónimo dijo...

Lo peor, enterarte de q tu amiguilla de chica está muy enferma, preguntar en los primeros días a la familia con angustia y dejar pasar los muchos meses para no molestar y después volver a conseguir ponerte en contacto con ella, con lágrimas en los ojos agradecerle a Dios q lo ha superado y luego...el desconcierto de ver q ya no cabes en su vida, q por más que intentes contactar, ...no hay interés. Lo siento mucho pero de corazón me alegro q sea porq tiene tanto apoyo q yo sobro. No pasa nada. A veces nos ponemos en la piel de nuestros pacientes pero no nos dejamos querer...

Afrontando la lesión medular dijo...

Le agradezco que se asome a esta ventana pero su comentario no alcanzo a comprenderlo porque...por un lado, pienso que es amigo/a del paciente y por otro no se si es un profesional. Puede escribirme, si lo considera oportuno a alguno de los dos correos del blog

afrontandolesionmedular@gmail.com o mpozuelo@sescam.jccm.es