lunes, 16 de marzo de 2015

¿Es posible ser feliz en el Hospital de Parapléjicos

Esto es lo que me cuenta Miriam Sánchez de su última visita para revisión en nuestro Hospital.



Cuenta Miriam que se encontró a algunos de sus amigos y compañeros de batalla de la rehabilitación y que se pusieron a hablar de las penas, las alegrías y lo bien que lo pasaban las noches de verano  en "El Jardín del Hospital". Observó que algunos recién llegados los observaban y miraban con extrañeza no entendiendo cómo en un sitio como ese se podía pasar bien.

No es la primera vez que me cuentan cosas de este tipo. Asimismo, hay familiares de recién llegados que observan alegría y humor en muchas estancias del Hospital como la cafetería y el Jardín.

Es un poco lo que decía Felipe en su último comentario : Pasados los tres primeros meses lo que empezó siendo una catástrofe se convierte en una segunda oportunidad a aprovechar llena de fuerza y optimismo en la mayoría de los casos.

Me alegro de que Miriam haya logrado dejar su silla y las muletas y nos regale esta sonrisa  y una foto con su pareja que cuelgo en el Post de las parejas. Gracias.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Mari Angeles, muchas gracias por tus palabras. Recuerdo sinceramente muchos momentos de felicidad compartidos con los compañeros en el hospital. También recuerdo días duros duros, días que nunca pensé que me tocaría vivir. Ahora, después de llevar ya 6 meses en casa, miro las fotos del hospital, que me ayudan a recordar que efectivamente nadie se merecía esa enfermedad, ese accidente, esa operación, ni los niños ni los mayores. Y me ayuda a dejar de pensar en el "por qué" y pensar y disfrutar de la cantidad de cosas preciosas que tengo: mi familia, mi pareja, mis amigas y amigos...
(En mi ultima visita al hospi vi a un bebe al que saludaba casi cada mañana al llegar a terapia cuando tenia apenas dos meses, ya tiene once!!, y estaba mejor...)
Un abrazo
Miriam

Afrontando la lesión medular dijo...

No sabes lo que me alegra de que puedas tomar distancia y disfrutar de los pequeños placeres de la vida al tiempo que sigues siendo tan empática y sabes estar al lado del que sufre.

Como dice Felipe, todos mejoran, el peque también.

Lo peor,a mi juicio, son las situaciones que están pendientes de un hilo por probelemas de salud pero si hay salud, la silla y las secuelas derivadas de la lesión se van encajando "poco a poco"

Sonriman dijo...

Buenas tardes, Es muy cierto que cuesta bastante trabajo asimilar y comprender , una situación complicada, difícil, pero si uno se empeña en valorar y sacar el pequeño , diminuto, inmenso lado positivo que hay en casi todo, te hará resurgir, muchas cosas no serán igual, pero serán y con un poquirriquitin de intención, fuerza, ...... llegara el poder sonreir, SONREIR y tal vez ser sonreído.

Sonriman dijo...

A continuación, de los primeros meses, uno va cambiando y aunque sea poco, si se para y se ve, eso te motiva y hace que todo sea más fácil, y de el principio abrupto pasa a ser mejor y la sonrisa cada vez aflora más a menudo. Disculpas no había finalizado el comentario. La imagen de la Dama , dice mucho. De nuevo una inmensa sonrisa aaaaaa.

Afrontando la lesión medular dijo...

Gracias, Manuel, por tus aportaciones. Miriam, como tu, regala sonrisas y está llena de vida.

La Chica del Jardín dijo...

Que si es posible ser feliz en el hospital? yo puedo asegurar que si...

Salvando los dos primeros meses, por su dureza, en cuanto la situación empieza a mejorar, aprendes a disfrutar de cada minuto del día, en especial en el Jardín...

Aprendes a vivir el momento día a día, sin esperar al futuro, que no existe, vives lo mejor posible, a pesar de las circunstancias que te han tocado...

Para mi, el Jardín del Hospital es todo un simbolo de emociones diversas. Allí, uno es capaz de llorar y reir casi por minutos, se convierte en "TU CASA", allí recibes a las visitas, comes, celebras cualquier pequeño avance del paciente, hablas con familiares, pacientes y profesionales... en resumen COMPARTES...

Recuerdo con mucho cariño las celebraciones de cumpleaños en las que todos formabamos parte del evento. Las tardes con Charo y sus nietos, los cigarrillos compartidos con los múltiples fumadores del lugar... Y no podemos olvidarnos de RUBÉN, la de risas que nos hemos echado en las horas de siesta de los paciente, los monólogos a duo con Manuel...

Por otro lado, también me viene a la cabeza los momentos reflexivos, las horas de escritura, lectura... momentos íntimos en los que nadie te incordiaba, ya que todos sabíamos que de vez en cuando se necesita estar solo, sin estarlo, simplemente a solas con tus pensamientos...

Claro que se puede ser feliz en el hospital, solo hay que abrirse al mundo que allí te rodea y disfrutar de todas las alegrías de cualquiera de los nuevos amigos que allí encontramos...

Besos felices, ahora desde Madrid

Afrontando la lesión medular dijo...

¡Fantástico resumen por tu paso por el Hospital!. Gracias, Carmen.