lunes, 30 de marzo de 2015

Las miradas que se clavan

Imagen tomada del blog de Elena Prous


"El ser ambiguo, liminal, distinto a la mayoría, nos fascina, por tanto es escrutado minuciosamente, a fín de establecer qué papel tiene en la sociedad, cómo hay que relacionarse y qué distancias hay que establecer con él puesto que es diferente. Para ello, previamente hay que mirar.

Las personas con estigmas adquiridos solemos sufrir con las miradas cuando nos mostramos por primera vez en público. Al principio la reacción más común es la reclusión. Con el tiempo se articulan respuestas que pueden ir desde la indiferencia hasta interpelar al mirón. Porque algunas de esas miradas escrutan, analizan, interrogan, culpan y sancionan.

Dejarnos ver y ser vistos son algunas de las claves para eliminar la mirada discriminatoria. Si las personas sin estigmas se familiarizan con la presencia de los portadores de los mismos, la tendencia será la pérdida de interés".(Marta Allué)

Es común entre lesionados y familiares sentir malestar ante tanta mirada ajena. Depende de quién mire (edad, parentesco/relación) se encaja mejor o peor. Las personas mayores tienden a mirar con pena y "soltar" expresiones del tipo ¡Qué lastima tan joven!¡Pobrecill@!. Estas actitudes dan lugar a que muchos l.m. se queden en casa o a buscar las mañas para salir desapercibidos, sin ser vistos (entrar por el garaje, salir con coche y desplazarse a entornos lejanos donde no son conocidos, llegar de noche, entre otras). Algunos familiares que han hecho una avanzadilla cuando el l.m. aún estaba ingresado, me comentaban que procuraban no ser vistos y algunos llegaban a no dar ni la luz.

¿Cómo es posible que hagamos tan difícil las cosas a las personas que están pasando por una situación tan trascendente en su vida?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Las miradas es una de las cosas más difíciles de soportar, cuando vamos por la calle y le miran a veces tengo que centrarme en pensar en otra cosa para no ponerme a llorar. No me gusta llamar la atención, no lo soporto.

Y como pareja también nos tocan esas miradas, primero lo miran a él y acto seguido a mí. A veces nos preguntan si somos hermanos, o primos, muchos no nos identifican como pareja. En mi trabajo viajo bastante y me relaciono con mucha gente y no me gusta que la gente que acabo de conocer lo sepa, cuando hablo de él nunca lo menciono ¿por qué? Porque no me gustan esas miradas que me dirigen cuando se enteran, esa incomodidad que sienten buscando qué decir, ese yo también tengo un primo/tío/amigo parapléjico... Y luego si coincides con ellos en cualquier sitio como no se lo esperan casi te reprochan no haberlos avisado. Nunca sabes que es mejor ¿verdad?