viernes, 10 de febrero de 2012

Envidia sana

Dice José Luis Cano, psicoterapeuta y escritor, que la envidia es un fenómeno psicológico común que hace sufrir a muchas personas, tanto a los propios envidiosos como a sus víctimas.
De otra parte, ya decía Fernando Díaz Plaja en su obra "El español y los siete pecados capitales" que el mayor de todos los pecados capitales del español es la envidia.
Sorprende a los profesionales que vienen a formarse a nuestro Hospital, la expresión : "Qué envidia me da", pero envidia sana, ¡eh!, expresada por familiares, fundamentalmente, de pacientes más afectados respecto a los pacientes con lesiones de mejor pronóstico.
Cuando llevan unos días en el Hospital, los familiares de los pacientes ingresados, tienden a fijar su mirada en aquéllos pacientes que caminan. Cuando el paciente baja al gimnasio, también fija su mirada en el mismo tipo de paciente y le gusta conocer qué tiempo ha transcurrido desde que sufrió la lesión. No se plantean el origen de la lesión ni de qué nivel lesional parten.
Esta situación continúa de comparación, hace difícil, en ocasiones, la convivencia de unos lesionados con otros y más cuando pacientes con menor lesión la afrontan peor. Recuerdo una paciente con una lesión muy incompleta y que caminaba que cuando bajaba al gimnasio oía decir a los pacientes más afectados :"y ésta  ¿dónde tendrá la lesión, en la lengua?". Ella se sentía muy mal porque su lesión había afectado a su vejiga, a su intestino y a su  función sexual (algo invisible a los ojos) y estaba haciendo su duelo como cualquiera. También recuerdo una madre que se sentía un poco discriminada de los familiares de la planta donde su hija estaba ingresada porque ésta andaba.
Hay pacientes que procuran no andar delante de otros por no hacerles daño y conozco alguno que adelantó su alta para no hacer sufrir más a dos compañeros de su habitación que estaban tetrapléjicos.
Pacientes agudos o de nuevo ingreso y sus familiares, son alentados por veteranos quedándose sólo con lo que les interesa ( " a mí también me dijeron que no volvería a andar y ya ves..." es una de las frases comunes que se oyen) sin darse cuenta que "cada lesión es un mundo" y que cada uno debe de partir de la suya. Que el paciente se cree falsas expectativas impide, por un lado, el avance del trabajo por parte de los profesionales y, por otro, que la "negación" se prolongue más allá de un tiempo prudencial o terapéutico. De la negación hablaré en otra entrada.

2 comentarios:

CHELO dijo...

Otra vez, me pongo yo misma como ejemplo, que mejor que hablar de una misma.
Pues mi lesión es incompleta, C1-C2 con muchos variantes, como puedan ser hernias discales, pelvis y fémur fracturados, etc., antes de salir de allí del hospital iba andando, Mª Ángeles me conoce de sobra y lo puede confirmar.
Pues de mi seguro que habrán hablado en el gimnasio y por los pasillos, pero personalmente más me afectaba mis pensamientos, el yo ponerme de pie y andar, me hacía sentir mal antes el resto de compañeros, e intentaba hacerlo lo menos posible delante de la gente.
Curiosamente hace unos fines de semana estuve con una compañera “de promoción”, cuando digo promoción, me refiero al mismo año de ingreso que yo, las dos por nuestras lesiones salimos andando, y es algo que recordábamos. Lo mal que nos sentíamos en el gimnasio, rampa arriba y rampa abajo, escaleras arriba …

Afrontando la lesión medular dijo...

Si que es difícil el papel del "incompleto", es decir, del que teniendo una lesión tan incompleta puede llegar a caminar. Además, el Hospital no está pensado ni diseñado para el paciente que camina pues apenas hay lugares o asientos donde pueda pararse a descansar cuando ya le han retirado la silla.
Veo que tú compañera y tú sois claro ejemplo de cómo se retrae el paciente que puede caminar al suscitar la "envidia" en los demás.