El vuelo de las mariposas
- No me pidas que cargue con ese peso, que mis alas son frágiles - le dijo la mariposa -. Si pretendes hacer de mí lo que no soy, perderé todo lo bello: mis colores, mis vuelos, mis caricias al aire, mi sonrisa al pasar...
Entonces, el hombre comprendió lo injusto de querer que aquella mariposa volase como el resto de sus halcones, y acercándose suavemente a ella, le susurró:
- Déjame conocerte y quererte, y te enseñaré el vuelo de mariposa más bonito que hayas visto nunca.
Carmen Sara Floriano
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