miércoles, 5 de marzo de 2014

La jaula de oro


"Aunque la jaula sea de oro, no deja de ser prisión"

A veces me siento un sol 
 y el mundo me importa nada; 
 luego despierto y me rio, 
 luego despierto y me rio; 
 soy mucho menos que nada. 

Así, en una jaula, es como se sienten muchos lesionados medulares y en especial los que están afectadas de lesiones que conllevan mucha dependencia y asistencia física. 

Ya había hablado en otra Entrada (ver "Atrapados en un cuerpo") de estas sensaciones. Vuelvo al tema por ser una sensación constante en muchos lesionados aunque, como dice la estrofa de la canción, la jaula sea de oro pues no deja de ser prisión.

La metáfora empleada de "oro", en el caso que nos ocupa, se refiere a la expresión usada por un paciente para hacer alusión a los apoyos que tiene que en su caso son más que en de otros lesionados. La sensación de estar preso y en manos de los demás de momento no puede cambiarla pues la lesión es reciente y la adaptación lleva tiempo.

La sensación de que uno con la pérdida de movilidad pierde el control de su propia vida parece inevitable al comienzo donde uno se siente muy pequeño al lado de los demás y más cuando sus atributos y canon de belleza, le habían situado "por encima de los demás".recuerdo un paciente que en su día me dijo ."La lesión es la mayor lección de humildad que me han dado en mi vida".

A esta sensación contribuye la actitud, que sin ser conscientes la mayor parte de las veces, tienen los familiares hacia el lesionado, decidiendo por ellos, diciéndoles todo el tiempo qué tienen y cómo tienen que hacer. (Ver Entradas "Quiero que me cuides sin anularme" y "Consejitos").

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