viernes, 13 de marzo de 2020

El Peregrino Ignacio

No se trata de un peregrino del Camino de Santiago sino de Ignacio Pérez de Vargas,  un expaciente que con su Testimonio nos deja un mensaje muy positivo : "La vida no termina en la lesión medular sino que continúa y se puede seguir disfrutando".


Ya le había dedicado una entrada a propósito de su colaboración en Infomédula



https://afrontandolesionmedular.blogspot.com/2019/12/testimonio-en-primera-persona-movilidad.html

Ignacio Pérez de Vargas. Foto aportada por él.
El pasado miércoles 11 de Marzo lo invité a participar en una sesión grupal de afrontamiento donde familiares, pacientes y profesionales pudimos aprender de su experiencia.

No es su estilo el de dar recetas sino el dejar que cada uno descubra las cosas buenas que la lesión aporta.

Lo que si considera importante es tener algo que dote la vida de sentido después del trauma y destaca sobretodo que "a pesar de las pérdidas que un lesionado pueda tener son muchos los valores y las facultades intelectuales y emocionales que quedan".

Este es el cuento que presentó al Certamen de Cuentos Cortos del pasado año con el que obtuvo el segundo premio.

Cuento nº 12                                  "El Peregrino"


Sentado en la escalinata de la Catedral, El Peregrino acompañado de su amigo inseparable, recreaba en su mente el camino a Santiago de Compostela, habían sido días llenos de anécdotas y experiencias.
 Había sentido deslizarse la lluvia por su rostro y, a continuación, el calor de los rayos del sol, acompañados de una brisa fresca, propia de los días otoñales y, a su vez, había percibido el olor que la tierra húmeda desprendía en los días lluviosos.
 Con satisfacción, también dejaba deslizarse por su mente, los pasajes duros y difíciles que había encontrado.
 Efectivamente, pensaba que no había sido nada fácil y que se había sentido invadido por el miedo y asaltado por la ansiedad, quizás esa era la clave, su propia fragilidad interior se había convertido en su principal enemigo, la lucha se había librado dentro de sí mismo.
 Por qué no reconocerlo, hubiese resultado más cómodo permanecer en su apartamento, que le resultaba familiar en todos sus rincones, visitar los lugares habituales, a los que a diario acudía, para encontrarse con las mismas personas.

Sin embargo, acariciando la cabeza del perro labrador, convertido en su amigo inseparable, sentía la profunda satisfacción de haber superado el miedo a lo desconocido.

Ignacio Pérez de Vargas                           Estepona (Málaga), 25 de Octubre 2019

Este cuento le hizo ganador del 2º premio del Certamen y ha aprovechado su estancia en Toledo para disfrutar de esa comida servida por el Restaurante Venta de Aires. 


Esto es lo que dice de la comida y de la atención recibida : 

"Puedes trasladar al restaurante la felicitación, por una comida excelente: crema de cangrejo, souflé de berenjena, media perdiz toledana y postre de chocolate,  y a su vez, pon un servicio excelente".

Muchas gracias, Ignacio, por tu disposición y apoyo con tu Testimonio. y muchas gracias a los pacientes y familiares que acudieron.

2 comentarios:

Javier dijo...

Es una realidad, la vida continúa, eso sí, asumiendo la nueva situación y enfrentándonos a las dificultades. También descubriendo a esas personas que nos prestan atención y apoyo, con las cuales somos capaces de alcanzar mucho más de lo que esperábamos.
Enhorabuena Ignacio por tu bonito relato.
Un saludo.
Javier Lázaro (Valladolid)

Afrontando la lesión medular dijo...

¡Cuánto tiempo, Javier!

No dejes de seguir descubriendo las cosas buenas y valorando las "buenas personas" que te rodean. Eso allana el camino.
Gracias por tu seguimiento.