El
valor de la familia
20-N
de 2014, son aproximadamente las 12.30 de la mañana. En una UVI
móvil y en estado grave, llego al HNP. En la puerta de urgencias me
esperan varias enfermeras y el Dr. Forcada pues la doctora
Gambarrutta, que es la que me llevaría en el hospital, como es
lógico, merece un descanso.
Me
suben a la planta, la A3, a partir de aquí todo es nuevo, nueva
situación, nuevo hospital, nuevos médicos, enfermeras… y también
como es lógico, mi familia. Una vez establizado, mi familia como el
resto, marchan a comer hasta la hora de visitas, las 5 de la tarde.
Esas horas las paso entre adaptación al nuevo respirador,
aspiraciones de secreciones, … unas cuantas, ¿verdad chic@s? Pero
cuando el reloj da las 5, la familia ya nota algo distinto en mí, un
haz de luz se abre en el horizonte….
Al
día siguiente, encuentro con Claudia, todo bondad, positividad,….
Se terminaría convirtiendo en una relación de amistad, más allá
de médico-paciente. Y en el horizonte mi familia angustiada
pregunta: ud. ¿no es de aquí? No soy de la tierra del Papa, responde
la doctora. Bueno, pues por favor salve a mi hijo. Y así fue, un 3
de diciembre, fiesta de S. Francisco Javier, lograron destetarme del
respirador. A partir de ahí, la rehabilitación y un 26 de
diciembre, como regalo de Navidad, regreso a casa. Lo has conseguido
gracias a tu familia, Javier, y a tus ganas de vivir. A pesar de todo
lo pasado, la esperanza nunca se perdió.
Javier Bravo (Estancia Año 2014, entregado Testimonio en 2018)
Javier Bravo (Estancia Año 2014, entregado Testimonio en 2018)
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