Me viene muy bien para esta entrada el título de la película del mismo nombre de Roberto Begnini y que quien haya visto no olvidará la actitud resiliente del protagonista, actitud que rememora la de Viktor Frankl, psiquiatra vienés, padre de la Logoterapia, teoría que desarrolló mientras permaneció exilado en un campo de exterminio. Muchos han sobrevivido de manera resiliente y han sabido aprovechar la experiencia para , desde diversos campos (literatura, psicología, medicina) transmitirnos sus enseñanazas.
Según Diego Gracia, experto en Bioética, todos perseguimos como fín último, alcanzar la felicidad, la plenitud. Ya comenté en una de mis entradas que Javier Sádaba habla en términos de la "la vida buena".
Directores de cine y escritores han titulado sus obras con nombres como "la vida es bella" (el que encabeza esta entrada); "qué bello es vivir"; "la alegría de la vida"; "amar la vida" etc. entendiendo que todos damos una importancia primordial a ese vivir bien o plenamente.
Yo me pregunto cuánto tiempo necesitarán las personas expuestas a situaciones adversas para rehacerse de las mismas y si todos conseguirán su fin primordial del que nos habla Diego Gracia. Me consta que no todas las personas que sufren una lesión medular tienen un buen afrontamiento. En muchos persiste una actitud resignada. Otras no son capaces de ver la lesión como una segunda oportunidad sino como el resultado de un castigo o de una injusticia lo que les impide avanzar.
Dejo aquí estos apuntes y referencias para la reflexión con el fin de que puedan ayudar a encauzar la vida de un modo más o menos adaptativo y positivo.
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