martes, 22 de abril de 2014

¿De qué crisis hablamos?

Ya hice alusión en el blog el pasado año al término "crisis" del que no se ha oído dejar de hablar, desgraciadamente, en los últimos años.

Es cierto que la única crisis no es la que sobreviene tras sufrir una lesión medular y que hay otras crisis accidentales que afectan igualmente a quienes las padecen. Hablamos de situaciones críticas como el paro o la pérdida de nivel adquisitivo que son a las que se hace alusión y parecen ser contagiosas cuando no se habla de otra cosa y que se enfocan desde una actitud catastrofísta.

Pero G. Caplan ya hizo alusión en 1974 (ver cita) a otras crisis dividiéndolas en las crisis propiamente evolutivas o esperadas y no por ello menos crisis como la pubertad, adolescencia, matrimonio, climaterio o la senectud y a las crisis  accidentales entre las que se encontrarían las lesiones medulares y esas otras perdidas a las que he hecho alusión.

"El funcionamiento emocional individual de una persona actúa dentro de ciertos esquemas coherentes. El individuo enfrenta situaciones que requieran la resolución activa de problemas, pero puede superarlos por medio de reacciones y mecanismos habituales. Se encuentra en equilibrio, mas no estático. Equilibrado significa que las diferentes fuerzas sociales producen una estructura relativamente coherente en un continuo temporal. Esta coherencia se mantiene por mecanismos homeostáticos reequlibradores.
Superponiéndose a los cambios evolutivos y contribuyendo significativamente a las alteraciones de la estructura, se encuentra las discontinuidades más repentinas que ocurren en los puntos de crisis.
El equilibrio se altera cuando el individuo o el sistema enfrentan una fuerza o situación que modifica su funcionamiento previo. Esto constituye un problema. Ante este problema, se despliegan una variedad de mecanismos habituales de resolución, resultando el estado de tensión no excesivo, ya que el individuo contaba con métodos para enfrentar el problema, resolviendo la situación de manera exitosa.
Crisis: el estímulo del problema es mayor y las fuerzas reequilibradoras ordinarias no alcanzan a actuar dentro del margen de tiempo común. Desequilibrio entre la dificultad y la importancia del problema y los recursos de los que se dispone inmediatamente para enfrentarlo. Los mecanismos homeostáticos son inútiles y el problema es tal que ningún otro método parece poder usarse. Métodos habituales para resolver problemas resultan ineficaces dentro del lapso propio de las antiguas expectativas de éxito. Aumento de la tensión. Sentimientos de malestar y esfuerzo subjetivos. Sentimientos displacientes. Sensación de impotencia, desorganización del funcionamiento".Teoría de la Crisis (G. Caplan : "Principios de Psiquiatría Preventiva. edit, Paidós.)

No es difícil imaginar que muchas personas, si pudieran elegir, preferirían vivir con menos recursos y seguir "andando" (hablábamos hace unos días de ello) pero también es cierto que hay personas que aún no pudiendo recuperar la función de la marcha, pueden seguir disfrutando de la vida. Si a ello le sumamos un aceptable nivel de recursos mucho mejor.Asimismo, hay muchas personas infelices que andan y dejan "escapar" la vida sin ser capaces de ver lo afortunadas que son.

No hay que olvidar que de esta crisis, la que acontece tras la l.m., no cabe esperar un desenlace de muerte  como en algunas enfermedades como el cáncer. Me encaja aquí muy bien una frase que dijo un familiar : "Cáncer, muerte, paraplejia, vida".


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es bueno saber que para muchos lo importante es vivir.

Me gustaría que mi amigo pensará así, pero no lo es.

Lo rescatable es que yo si quiero vivir, y trato de disfrutar cada momento.

Adry

Afrontando la lesión medular dijo...

No lo dudes, la vida es lo mejor que tenemos. De muchas cosas podemos prescindir así que hay que saber adaptarse a las circunstancias que nos tocan. Unos tiene mejores cartas que otros en la vida aunque algunos con malas cartas son capaces de hacer una buena jugada.