martes, 8 de enero de 2019

Qué hacer con la tristeza

Me han enviado un enlace que aborda el tema del duelo y no solo quiero dejar el enlace como referencia sino que me ha parecido que merecía la pena colgar el texto en su totalidad

Después de perder a su hija Sophie en 1920, Sigmund Freud matizó su teoría sobre el trabajo de duelo. Hasta el momento había sido inflexible en la diferenciación entre duelo y melancolía: el primero, forma “sana” de afrontar una pérdida; la segunda, declive patológico, resistencia a asumir esa pérdida y sustituir el objeto deseado por uno nuevo. En una carta a su amigo y colega Ludwig Binswanger, quien acababa también de perder a un hijo, Freud escribe: “Se sabe que el duelo agudo (…) hallará un final, pero que uno permanecerá inconsolable, sin hallar jamás un sustituto. Todo lo que tome ese lugar, aun ocupándolo enteramente, seguirá siendo siempre algo distinto. Es así, es la única forma de continuar con el amor que no se quiere abandonar”.
A veces, por amor, ni queremos ni podemos superar el dolor por la pérdida de un ser querido. A veces necesitamos encontrar un refugio donde cobijar ese dolor y protegerlo, darle el espacio que necesita. En "la mirada de los peces", Sergio del Molino reflexionaba sobre el duelo desencadenado por la muerte de su hijo: “No sé qué es el duelo (...), no tengo ni idea, ni quiero saberlo. No aspiro a superar nada, este dolor es mío y me gusta. Lucharé contra quien quiera quitármelo”. El dolor se convierte en vínculo con el ser querido ausente. Sentirlo es recordarlo.
Estos días de asueto navideño regreso al pueblo, a la casa familiar, y me reencuentro con historias de duelo inacabado, con una amiga que se ha quedado huérfana en un plazo de dos años y que vive con ansiedad la llegada de las fiestas. Mi amiga se acuerda de sus padres todos los días del año porque recordarlos, me dice, es la forma de que sigan un poco vivos. Pero la forma de recordar en estas fechas no es la misma que durante el resto del año: es impositiva y esquizofrénica. Impositiva porque la Navidad es ineludible: los anuncios, las luces en la calle, los villancicos en espacios públicos y establecimientos, las cenas de familia, de empresa y de cuadrilla, las felicitaciones —Feliz Navidad, Feliz Año, Felices Fiestas—, los regalos… Y con todo esto, con todos los rituales que se repiten cada año, se recuerdan también las Navidades pasadas, compartidas con aquellos que ya no están. Esquizofrénica porque, a pesar de que el recuerdo y su dolor son inevitables, se exige de quien recuerda que, aun así, disfrute las fiestas, sea feliz, reciba el año con alegría. Si normalmente somos una sociedad poco dada a hablar del dolor, si el dolor de los demás nos incomoda —“no llores”, “tranquilízate”, “sé fuerte”—, en este periodo navideño durante el que consensuamos una especie de felicidad por decreto, todavía se hace más difícil defender la propia fidelidad al dolor.
Pero durante estos días de celebraciones, más que nunca, tendríamos que preguntarnos qué hacemos con la tristeza en un entorno que no la contempla, qué hacemos con lo que nos duele, no sólo personalmente, también con las terribles noticias que sólo hace unos días nos desgarraban y que durante las celebraciones dejamos voluntariamente de lado.

Cuando pasan las Navidades y acaba el año, cuando comienza el año nuevo y se celebra la última comida pantagruélica el Día de Reyes, mi amiga respira tranquila y continúa su duelo, cultivando ese refugio en el que cuida, como siempre cuidó de sus padres, de ese amor que es dolor y que no quiere abandonar.

https://elpais.com/elpais/2018/12/27/opinion/1545931107_188241.html

11 comentarios:

Javier dijo...

La soledad es una gran aliada de la tristeza.
Rodearse de los hijos, nietos y también de los amigos, especialmente en éstos pasados días en los que los recuerdos de los seres queridos que ya no están con nosotros, se amontonan, para mí es la mejor terapia para distanciarme de la tristeza.
Por supuesto que siguen estando ahí presentes en los recuerdos de niñez y juventud, cuando ellos organizaban y animaban las mesas. Recuerdos muy agradables, siempre en forma de cariño y buenos momentos.
Ellos no son sustituibles, pero es la hora de coger su relevo y transmitir lo mejor de ellos a nuestros hijos.
Un saludo y "buen día"
Javier Lázaro (Valladolid)

Afrontando la lesión medular dijo...

Lo que defiende el artículo, de todos modos, es el poder cobijar el dolor y darle el espacio que necesita. En el dolor uno se siente acompañado de la persona perdida.

Gracias, de todos modos, por tu recomendación que no solo es válida para ti sino seguro que para más gente seguidora o no del blog.

Anónimo dijo...

Mi mamá actualmente sufre de la perdida de la salud, lleva algunos años combatiendo el cáncer que no cede, y la veo llorar porque no solo tiene un dolor físico, sino un dolor emocional que parece que no la deja avanzar, es curioso ver que los últimos meses ha recordado su infancia la cual fue sumamente difícil y también por lo poco que nos ha dicho dolorosa. A pesar de que la rodeamos de amor, nos parte el corazón verla llorar. Pero como dice el artículo, quizá ese es su espacio para el dolor.

Por otro lado, mi amigo al parecer va sobrellevando el dolor de no poder caminar, han pasado varios años pero parece que lo va aceptando.

Supongo que cada uno esta en una etapa de duelo diferente y si bien no han perdido a una persona, han perdido cosas que no se van a recuperar.

Saludos a todos

Adry

Afrontando la lesión medular dijo...

¡Qué bien verte por aquí de nuevo, Adry!. Al final el tiempo va colocando cada cosa en su sitio y tu amigo, aunque tarde, va afrontando poco a poco sus pérdidas.

Siento lo de tu madre.Lo importante es que a ella le llegue que estáis con ella.

Mamacorrecaminos dijo...

Yo recuerdo el duelo por perder el niño de "fantasía" que esperaba. Mi hijo nació con una diversidad funcional importante. Ese proceso de duelo le hizo espacio al niño real. Al que ahora no cambiaría por nada.

Afrontando la lesión medular dijo...

Gracias por compartir algo tan bello y personal, Madia.

Mamacorrecaminos dijo...

Escribo un blog donde reflejo todo lo que he ido sintiendo, www.mamacorrecaminos.blogspot.com.es

Afrontando la lesión medular dijo...

Gracias, Madia, por hacernos partícipe de tu blog. me pondré al día y dedicaré una entrada al mismo ya que veo que llevas con el desde 2015.

rosiitriago@gmail.com dijo...

Buscando en la web información para entender y comprender a una persona con discapacidad de una lesión medular de 5 meses apenas, busque ¿ estado psicológico de una persona tetraplejica? y encontré Hospital nacional de paraplejicos de castilla la mancha.Es impresionante la cantidad de información que ahí encontre y ahora su blogger me es de mucha utilidad en esta nueva etapa
que afrontamos con nuestra amada hermana rosemary mu gemela.., Ella fue arroyada hace 5 meses en Colombia se encontraba de visita en casa de su hija, una,mañana se encontraba con ese destino somos de venezuela ella mujer activa con apenas 43 años tres hijos el menor 9 años. ahorita esta de lata en casa pero enfrentando al primera etapa de su tragedia mucho dolor en miembros superiores y manifestaciones de sensoriales que aun la médula envía a su cuerpo. le agradecería si lee mi nota. caulquier inf. enviar a este correo rosiitriago@gmail.com aun no recibe la terapia física como tal. gracias de antemano. Roselyn figueroa

Afrontando la lesión medular dijo...

Mañana le escribo al correo que me proporciona.

Mamacorrecaminos dijo...

Muchas gracias!